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Número 900
24 de diciembre de 2018

TODO PROYECTO DE BIOTECNOLOGÍA DEBE SER 100% SUSTENTABLE

*Los inversionistas no financian ideas, sino emprendedores

 

Dos de los grandes problemas mundiales son el impacto social y el medioambiental con que se produce lo que el ser humano requiere para la vida moderna, por lo que es imprescindible pensar en proyectos 100 por ciento sustentables, aseguró el maestro Javier Larragoiti Kuri a estudiantes de Biotecnología en la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

El maestro en Ciencias expuso ante alumnos de las licenciaturas en Ingeniería Bioquímica Industrial y de los Alimentos y del Posgrado en Biotecnología las posibilidades de ser un emprendedor en estas áreas, como parte de las actividades del Primer Seminario Internacional de Biotecnología y 12ª Semana de Biotecnología celebrado en esa sede académica.

 

Al referirse a su propia experiencia como director de XiliNat, proyecto mexicano para producir un sustituto de azúcar a base del olote del maíz, sostuvo que para ello desarrolló el xilitol, que consiste en la implementación de un proceso biotecnológico para la obtención del edulcorante, aprovechando los residuos lignocelulósicos como materia prima para la obtención del producto.

 

Normalmente aquél se extrae de la madera del abedul, un árbol endémico de la región eruoasiática, pero hace cuatro años empezaron a trabajar en un proceso de fermentación muy similar al que se usa para obtener cerveza y transformaron residuos agrícolas de maíz, porque son los más abundantes en México.

 

Para lograr resultados positivos en el desarrollo de proyectos biotecnológicos innovadores es necesario dirigirlos sobre un concepto de sustentabilidad para tener mayores posibilidades de conseguir financiamiento, ya que “los inversionistas no financian ideas, sino emprendedores”.

 

La academia y la industria siempre van de la mano, normalmente la primera genera proyectos que luego resultan necesarios para la segunda y eso representa altas posibilidades de trabajo y de negocio para estudiantes que desarrollaron proyectos promisorios en el curso de su licenciatura o posgrado.

 

Otro ejemplo expuesto por el maestro Larragoiti Kuri fue el de Clevot, una compañía en Nuevo León de otrora estudiantes del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey que detectaron un problema en las bandas transportadoras de las fábricas de productos alimenticios que debían ser detenidas para limpiarlas, lo que representaba una pérdida de tiempo y producción.

 

Estos jóvenes desarrollaron una inyección de vapor saturado a las bandas que las esteriliza, éste se condensa y resulta en un proceso continuo, sin necesidad de detener las máquinas; hoy en día esa tecnología es utilizada por las marcas más comerciales a nivel mundial.

 

Otro emprendimiento, también de estudiantes de Nuevo León, fue la creación de polímeros a partir de la semilla del aguacate para fabricar popotes.