Imprimir
Número 851
3 de diciembre de 2018

RINDE LA UAM HOMENAJE A MIGUEL ÁNGEL FLORES

*Los libros El silencio de los muelles y Umbría nube fueron presentados en la FIL de Guadalajara como parte de la distinción 

 

Antes de incursionar en la literatura Miguel Ángel Flores deseaba ser economista, “pero llegó a escribir gran cantidad de libros magníficos, comentó el maestro Bernardo Ruiz López, director de Publicaciones y Promoción Editorial de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), cuya primera colección de poesía es obra del investigador de esta casa de estudios fallecido este año.
 
Durante la presentación de los libros El silencio de los muelles y Umbría nube, de quien fuera profesor del Departamento de Humanidades de la Unidad Azcapotzalco de la Casa abierta al tiempo, dados a conocer a manera de homenaje en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2018, recordó aquellos primeros años en los que se gestó la labor editorial institucional, con la edición precisamente de uno de sus textos titulado Laberinto.
 
“Es uno de sus poemas más bellos, críptico en su momento por toda la visión que desarrolla de la Coatlicue y poco después tuvimos la sorpresa de que fue anunciado como el ganador del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, y desde entonces siguió escribiendo de manera infatigable al tiempo que se dedicó a investigar y traducir a una serie de autores de Norteamérica”, mencionó.
 
También tuvo afinidad por la cultura checa, por lo que “viajaba al menos cada tres o cuatro años a Europa, luego se inclinó a hacer un poco de periodismo cultural y poco a poco se involucró con poetisas, siguiendo las enseñanzas de nuestro amigo y maestro José Emilio Pacheco, de tal suerte que su obra periodística ahora ocupa muchos volúmenes”.
 
La maestra Carolina Gómez, editora de la Dirección de Publicaciones y Promoción Editorial, indicó que Flores fue resultado de los literatos de Occidente, “pero de igual modo externó en una de sus obras su interés por aprender chino mandarín para poder traducir a algunos de los poetas chinos, al final tuvo la distinción entre la producción de occidente y de oriente”.
 
“De la oriental se dice que no contiene metáforas o imágenes sino que el lector va armando el significado de su experiencia, en este sentido los poemarios El silencio de los muelles y Umbría nube tienen ecos de ambas culturas poéticas”.
 
El primero es muy evocador, pues “con gran destreza lírica nos lleva a mirar aquello que quiere decir y que se puede asemejar a la pintura de un puerto marítimo, por lo que cada poema formaría parte del entramado que compone este cuadro; así encontramos en ellos evocaciones de un instante que nos proporciona una emoción”.
 
El licenciado Jesús Francisco Conde de Arriaga, editor de la Dirección de Publicaciones y Promoción Editorial, agregó que una de las grandes virtudes de la poesía es que el lector puede reconocerse en ella muy fácilmente, y luego dio lectura a Hotel del escritor mexicano.
 
Además rememoró lo que el narrador Jorge Ruiz Dueñas escribió en la revista Casa del Tiempo en la que hace referencia a la amplia visión de Flores por su carácter histórico, “quien prefería descubrir el mundo a pie y constatar los hechos y tramas que transformaba en poesía para llegar a la síntesis del discurso lírico en formatos orientales que visitan occidente”.
 
Flores era originario de la Ciudad de México, tuvo una formación en Economía que lo llevó a dar cursos en la Universidad de Praga y le otorgó una visión muy amplia de la evolución histórica del poder. Su obra poética es considerada de gran armonía en su construcción y está compuesta por Sombra de vida (1986), Isla de Invierno (1996), Umbral y memoria (1999), Pasajero de sombras (2007), Jardín atlántico (2008) y Yo cuervo (2012).
 
En el ámbito del periodismo, oficio que ejerció durante más de 30 años, trabajó en las revistas Proceso, Revista de la Universidad, Diálogos, Vuelta, Casa del Tiempo, La Palabra y el Hombre, Crítica y La Otra, así como en suplementos de periódicos como El Universal, Nacional, Novedades y La Jornada.
 
Hombre de modesto perfil, también tradujo numerosos poemas de Fernando Pessoa, Paul Claudel y Wallace Stevens, y dedicó gran parte de su tiempo a la docencia y la investigación literaria en la Unidad Azcapotzalco de esta casa de estudios.