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Número 750
29 de octubre de 2018

LAS INMOBILIARIAS SE HAN ADJUDICADO

LA PLANIFICACIÓN DE LA DISTRIBUCIÓN URBANA

*El gobierno debe tomar el control, pues tiene la capacidad para atender la demanda

 

Las empresas inmobiliarias tienen en sus manos la distribución territorial de la Ciudad de México que planifican en aras de las ganancias, así como la construcción de viviendas nuevas, en particular en zonas de mayor plusvalía, sostuvo el maestro Pablo Benlliure de Bernal, profesor del Posgrado de Urbanismo de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

 

Estas áreas corresponden, en primer lugar, a Polanco, donde el metro cuadrado alcanza hasta 180 mil pesos, seguido de la Condesa, Insurgentes, Periférico Sur, y Santa Fe, mencionó en el Auditorio Arquitecto Pedro Ramírez Vázquez de la Rectoría General de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

Estos costos se elevan principalmente porque en estas zonas se concentran las principales fuentes de ingreso del sector terciario –servicios– y es donde hay más centros de salud –privados y públicos– y las principales instituciones de educación superior.

 

A partir de esta distribución es que las empresas inmobiliarias comienzan a obtener mayores ganancias, principalmente desde la perspectiva del cobro de rentas diferenciales, pues al ubicarse en espacios de alta demanda los costos se elevan y se convierten, casi, en monopólicas, por ser la única oferta dentro de la región.

 

Los dividendos también crecen de manera exponencial por las rentas de segregación, por las que determinados sectores de la sociedad están dispuestos a pagar cantidades absurdas para diferenciarse de “gente indeseable”.

 

En este juego de nuevas construcciones, el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) juega un papel preponderante, ya que otorga 73 por ciento de los créditos hipotecarios en México, aunque cada vez son menos los préstamos que ofrece a los derechohabientes, lo cual ocurre debido a que resulta más importante el mercado que las necesidades de la sociedad.

 

El Infonavit, como ente del Estado, debería exigir una transformación de la distribución de los nuevos hogares y construir en zonas más accesibles para sus derechohabientes.

 

La doctora Priscilla Connolly Dietrichsen, profesora del Departamento de Sociología de la Unidad Azcapotzalco de la UAM afirmó que más que seguir construyendo vivienda nueva en la Ciudad de México, el gobierno debiera concentrarse en el mejoramiento de la ya existente, lo que representaría menor gasto y endeudamiento, y contribuiría a frenar el crecimiento de la urbe.

Además de que resulta inviable el otorgamiento de créditos a personas que no pueden pagarlos, las instituciones públicas deben frenar la entrada de más capital extranjero al sector de la construcción de casas habitación, toda vez que las empresas nacionales tienen la capacidad de absorber la demanda pública, expuso la Profesora Distinguida de la Casa abierta al tiempo.