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Número 732
23 de octubre de 2018

LA OCUPACIÓN INFORMAL DEL SUELO ES UNA OPCIÓN DE ACCESO A VIVIENDA

EN AMÉRICA LATINA

*Los asentamientos en tierras periféricas han generado una estructura urbana difusa

 

En América Latina la ocupación informal del suelo se ha convertido en una opción de acceso a la vivienda para un número creciente de personas pobres, expuso el economista Pedro Abramo, investigador del Instituto de Investigación y Planificación Urbana y Regional de la Universidad Federal de Río de Janeiro, Brasil.
 
El consumo de vivienda es crucial para la estructura urbana en la región, por lo que repensar la metrópoli implica analizar si este elemento produce o no ciudad, planteó el también director del Observatorio Inmobiliario y de Políticas de Suelo del citado centro de estudios.
 
Al dictar la ponencia magistral de la segunda jornada del Tercer Seminario Internacional Repensar la Metrópoli, que tendrá lugar hasta el viernes 26 de octubre en la Rectoría General de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), afirmó que hay dos lógicas de acceso al suelo: la que provee el Estado mediante un contrato social y la que proviene del mercado inmobiliario.
 
Sin embargo “en nuestros países hay gran número de personas que no lo consigue por los mecanismos clásicos de la sociedad moderna y entra en una tercera lógica: la necesidad”.
 
Las áreas populares latinoamericanas no están siendo producidas, “ni por la lógica del Estado ni por la del mercado, sino por la necesidad”, de tal modo que la ocupación de tierras en las periferias constituye un proceso que está ocurriendo en forma acelerada y genera una estructura de ciudad difusa e informal.
 
Otro fenómeno en las zonas informales es la mercantilización del suelo, que se está transformando poco a poco en el mecanismo principal para los sectores de escasos recursos.
 
La dinámica de producción capitalista por la vía del uso del suelo genera un tipo de ciudad con estructura compacta y confusa que hace que los promotores inmobiliarios “desestabilicen localmente condiciones para dar lugar a otras espacialidades a partir de la innovación en condominios cerrados, por ejemplo”.
 
Ciertas prácticas de imitar el pasado detonan una tendencia a la homogenización y, por tanto, la estructura territorial funciona en una doble dimensión, lo que significa que buena parte de las innovaciones vayan desde la periferia y den cuerpo a una estructura compacta, difusa y confusa.