El escritor Juan de Dios Maya Ávila (1980), licenciado en Comunicación Social por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), ganó el XLVIII Concurso Latinoamericano de Cuento Edmundo Valadés por Díptico disléxico, que recrea historias y personajes de la Plaza de San Fernando, en la colonia Guerrero.
 
“Es un gran impulso a mi trayectoria como creador porque es uno de los certámenes más prestigiosos de México que lleva el nombre de uno de nuestros grandes cuentistas, por lo que siempre fue un objetivo ganarlo”, aseguró el ex alumno de la Unidad Xochimilco, quien recibirá el galardón en la ciudad de Puebla, a través de la Secretaría de Cultura.
 
Originario de Tepotzotlán, Estado de México, Maya Ávila señaló que su obra está dedicada a uno de los lugares más entrañables de la Ciudad de México, de gran valor histórico y cultural, en el que converge variedad de personajes, entre prostitutas, transexuales, drogadictos, alcohólicos y locos.
 
“De tanto visitar ese espacio y conversar con sus habitantes, me volví un personaje más. Díptico disléxico es un cuento partido en dos: por un lado trata de recrear esa plaza y por otro recrea el lenguaje de uno de los locos que vive ahí”.
 
El Premio Internacional de cuento, mito y leyenda Andrés Henestrosa 2012 compartió que los temas que se han vuelto obsesiones en su obra son la urbe, la antigüedad y la muerte, pero también las montañas y los seres mitológicos que persisten en la modernidad.
 
“Nací y crecí en una zona serrana llamada San Miguel Cañadas marcada por la mitología, las leyendas sobre nahuales, duendes y brujas; escuchaba los relatos de los ancianos y eso ejerció un mecanismo importante de imaginación; si no hubiera nacido en Tepotzotlán no hubiera sido escritor”.
 
Todo el ambiente de la Casa abierta al tiempo fue primordial también en su desarrollo como cuentista, al ser un espacio en el que conoció la libertad, la camaradería e, incluso, el apoyo institucional para editar una revista.
 
“En la UAM conocí al escritor Héctor Manjarrez, fundamental en mi decisión de ser narrador y, con algunos compañeros, fundé una publicación literaria que más adelante me abrió las puertas a suplementos de periódicos. Aunque nunca ejercí la comunicación, disfruté mucho de estudiar cine, fotografía y radio, porque me acercó y me reveló que no necesariamente necesitas estudiar letras para ser escritor”.
 
Además de la creación literaria, Maya Ávila coordina desde 2013 el Concurso estatal de cuento y poesía para niños y jóvenes San Miguel Cañadas Tepotzotlán, que se ha convertido en un foro de expresión para las nuevas generaciones.
 
“Cuando gané el Premio Andrés Henestrosa decidí que parte del monto se destinaría a conformar un concurso que fuera una ventana para que niños y jóvenes de la zona rural pudieran tener acceso a libros, talleres y un canal para mostrar su trabajo”.
 
El escritor mexicano destacó que en 2019, el Concurso estatal de cuento y poesía para niños y jóvenes San Miguel Cañadas Tepotzotlán fue beneficiario del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias, lo cual permitió publicar, junto con Ediciones Periféricas, el libro Érase un dios jorobado, “una antología de los trabajos de los participantes, principalmente de zonas rurales del Estado de México, que ha tenido muy buena recepción al enriquecer la cultura de los pueblos”.
 
Maya Ávila también ha colaborado en diversos medios impresos y antologías literarias nacionales e internacionales. Ha sido becario de la Fundación para las Letras Mexicanas, del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico, y en 2018, la editorial Resistencia publicó su libro de relatos eróticos Soboma y Gonorra.