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Número 661

21 de diciembre de 2020

SIN EL ENLACE UNIVERSIDAD-EMPRESA, IMPOSIBLE IMPULSAR

LA INNOVACIÓN EN MÉXICO

*Nallely Molina, doctora en Estudios Sociales por la UAM, participó en el Seminario: Economía del conocimiento

Mientras no existan acciones de enlace entre investigadores de universidades y el sector productivo será imposible impulsar las capacidades de creación en México y pasar de la imitación a la innovación, aseguró Nallely Molina Velasco, egresada del Doctorado en Estudios Sociales de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). 

 

En el Seminario Economía del conocimiento y de la innovación: reflexiones en tiempos del COVID-19 –en el que expuso su trabajo de tesis doctoral Patentes y la transferencia tecnológica. Los inventores académicos en México en el periodo de 1983 a 2017– señaló que las instituciones de educación superior son las principales generadoras de saberes e interactúan con empresas para intercambiar conocimientos, procesos y productos, sin embargo, en el país esta vinculación es de baja complejidad y menor inversión, al tratarse de actividades de formación académica de alumnos, inserción laboral de egresados y servicios de consultoría. 

 

Los centros de estudios no están concibiendo “recursos adicionales por transferencia tecnológica; tampoco son realizadas ferias para dar a conocer la oferta y la demanda” del resultado de su trabajo y lo que requieren las compañías, por lo que los acercamientos son en general informales, debido a que institucionalmente no se difunden las novedades, sostuvo.

 

Este contacto limitado en cuanto a la comercialización de la innovación provoca desconocimiento del potencial en este campo y la compra de tecnología en el extranjero, sumándose a esto que la legislación respectiva es aún incipiente para el desarrollo de la indagación y el impulso económico del país a través del avance de las ciencias. No obstante, algunas medidas políticas son de gran trascendencia para apoyar al inventor académico, por ejemplo, las funciones que cumple el Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

 

“En México, en 2017 la inversión en investigación y desarrollo fue de 0.49 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), muy por debajo de Argentina, además de que es el sector público el que invierte más en este rubro, mientras que en Estados Unidos y países asiáticos es el privado”. 

 

La investigadora explicó que su proyecto consistió en ubicar, tanto a creadores académicos que patentan en la oficina de Estados Unidos como a quienes lo hacen en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) para compararlos.

 

Todas las licencias conferidas a mexicanos por la instancia estadounidense en el período 1983-2015 se juntaron para tomar sólo las concedidas a universidades y, con el fin de no limitar el número de observaciones, se incluyeron centros públicos.

 

Así se obtuvo una lista de inventos y se comparó con los científicos adscritos al SNI en las disciplinas más propensas a la creación: físico-matemáticas, ciencias de la tierra, biología, química, ciencias médicas y de la salud, biotecnología, ingeniería y agropecuarias.

 

Después “se hizo lo mismo para el IMPI con todas las patentes concedidas a mexicanos desde 1980 hasta 2017 y extrajimos las universitarias para hacer una comparación con investigadores del SNI vigentes en 2018”.