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Número 645
10 de diciembre de 2019

COMPROMISO CON LA REALIDAD SOCIAL, EL ESPÍRITU DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA

*María del Carmen de la Peza Casares participó en el Foro 45 años de la UAM: retos y futuro

 

 

Una ciencia global desde el sur significa el establecimiento de un diálogo crítico con las teorías elaboradas en otras latitudes para confrontarlas con saberes y experiencias de las comunidades de México y América Latina que viven en carne propia los problemas más acuciantes, sostuvo la doctora María del Carmen de la Peza Casares, Profesora Distinguida de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

En el Foro 45 años de la UAM: retos y futuro, realizado en la Rectoría General, la académica del Departamento de Educación y Comunicación de la Unidad Xochimilco refirió que esto permitirá hacer frente a los obstáculos que impiden el acceso a condiciones mínimas de bienestar en la mayoría de países de la región, incluidos el deterioro del medio ambiente, las migraciones forzadas y la violencia exacerbada.

 

Al dictar la conferencia Una visión desde las ciencias sociales y humanidades, la directora adjunta de Desarrollo Científico del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología explicó que la globalización del capital y el ascenso de las capacidades técnicas han producido efectos a escalas enormes del desarrollo del capital financiero, un sistema altamente complejo que ha divido el orbe en zonas extremas para desplegar ciertas actividades económicas en situaciones de desigualdad.

 

En un extremo “podemos ver las ciudades repartidas estratégicamente en distintos lugares del mundo donde se llevan a cabo funciones económicas avanzadas, pero a la vez hay tercerización de manufacturas, servicios y trabajos de oficina en áreas de bajo costo y con regulaciones débiles”, debido a lo cual las nociones de crisis resultan insuficientes para dar cuenta de modos de expulsión radicales de amplios sectores de la población internacional, ya sea de territorios, economía o sociedad, abundó.

 

Estos fenómenos de expulsión y niveles altísimos de concentración de la riqueza no son causales, sino el resultado de una combinación de variables en las que pueden incluirse las políticas de austeridad del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI); el adelgazamiento del Estado; la desregulación laboral, y la apertura de fronteras que favorecen a grandes corporaciones en detrimento del empleo y la industria nacionales.

 

Sin embargo, el discurso de las ciencias sociales y culturales se ha impregnado de la ideología del management, una encomia economista de la gestión de los recursos humanos que se ha generalizado en las políticas de formación profesional, de los científicos y de investigación de los Estados nacionales.

 

Por ello, luego de 45 años de la fundación de la UAM es necesario hacer un alto para pensarla críticamente según las condiciones socio-históricas presentes, ya que "no podemos pensar la universidad sin referirnos al proceso que nos trajo hasta aquí; cualquier reflexión crítica implica una evaluación y cualquier evaluación se realiza estableciendo parámetros de referencia, una comparación entre el proyecto que imaginamos, la forma de concreción en las condiciones actuales y el futuro que deseamos".

 

Esto conlleva un esfuerzo de deliberación que permita remontar a contracorriente el pragmatismo que bajo el efecto del desarrollo de investigaciones funcionales no ha dejado de extender su influencia a las formas de ver y de decir.

 

Ahora "más que nunca necesitamos herramientas teóricas propias para comprender y conceptualizar con mayor precisión el tipo de sociedad que se prefigura para los países del sur en las condiciones actuales de los métodos de globalización”.

 

Hacer teoría con fundamento empírico desde y para México y América Latina es una práctica de pensamiento que “nos permite describir la realidad latinoamericana para nombrarla más apropiadamente y problematizarla en sus determinaciones múltiples para comprender su especificidad.

 

“Ese es el espíritu de la universidad pública, cercanía y compromiso con la realidad mexicana en el contexto internacional, y autonomía y distancia crítica para comprender y pensar dicha realidad”.

 

Por ello “estamos obligados a volver a pensar no sólo que merece la pena conocer, sino cómo resolver los graves problemas de salud, violencia y desigualdad, muchos de ellos producidos a raíz de los más avanzados logros económicos y técnicos, una ciencia con espíritu humanístico y para el bienestar de todos los mexicanos”.