Las mujeres suelen no ser reconocidas en distintos ámbitos y su capacidad para desarrollar una actividad como haría un hombre tampoco es aceptada en general, lo cual propicia un sistema androcéntrico que las inhabilita para ser consideradas creadoras de cultura en términos válidos e institucionales e impide pasar a la historia por sus logros, apuntó la maestra Luisa F. Hernández Herse.
 
La egresada del Posgrado en Estudios de la Mujer de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) expuso que “vivimos en un mundo cuyas normas colocan al hombre como figura central” y eje para elaborar legislaciones, escribir la historia o simplemente para explicar la configuración del universo, ya que “todo ha sido concebido con la premisa de que el ser humano es masculino”.
 
La teoría feminista se preocupa por señalar que la humanidad es mucho más compleja y diversa, se trata de un movimiento tanto teórico como político sustentado en una serie de luchas sociales lideradas por féminas, quienes protestan por la eliminación de diferencias o desigualdades con base en el género.
 
Al presentar los libros Mujeres frente a las paradojas de la ciudadanía y Feminismo, cultura y política. Prácticas irreverentes –coordinados por Mónica I. Cejas, profesora-investigadora del Departamento de Política y Cultura– comentó que en ambos se incluyen textos académicos dedicados a profundizar en forma crítica en el ser femenino, tomando lo político como punto de partida esencial.
 
Durante la actividad efectuada en la 31 Edición de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara 2017, Hernández Herse resaltó que ambos textos resultan de un amplio trabajo colectivo emprendido desde los programas posgrado para analizar su construcción, en tanto ser social, desde experiencias y vivencias personales.
 
En Feminismo, cultura y política. Prácticas irreverentes, editado por la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Unidad Xochimilco de la UAM y Terracota, la especialista precisó que participó con un trabajo enfocado al estudio del graffiti elaborado por jóvenes, cuyo objetivo es abordar esas producciones artísticas que son alimentadas de una historia de vida y estereotipos.
 
“Somos nosotras mismas creadoras de cultura, la cual puede ser visible a través de la revisión de los elementos materiales utilizados en pinturas. Además, me interesó investigar la parte simbólica para llegar a la verdadera significación de esta práctica con el fin de poder vislumbrar el tejido de las relaciones de poder que las somete”, indicó.
 
Los demás autores de México, Argentina, Brasil, Chile y Colombia, detalló, eligieron distintos objetos de estudio que revelan una pugna por el respeto al derecho por un acceso mayor a espacios de toma de decisiones, entre ellos el rock, el activismo visual, el fanzine y el movimiento feminista.
 
La graffitera mexicana Priscilla Félix compartió su experiencia dentro del movimiento y dijo “siento que es más fácil ser hombre que mujer en esta actividad porque ellos son mayoría y el interés por pintar con una chica es mínimo, sin importar qué tan buena sea, lo he vivido, siempre recibes menos invitaciones”.

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