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Número 597
30 de agosto de 2018

EL CINE MEXICANO DE LA DÉCADA DE 1960 PLANTEA UNA REFLEXIÓN HISTORIOGRÁFICA

*El Primer Coloquio Miradas transdisciplinarias a la cinematografía tuvo lugar en la Unidad Azcapotzalco

de la UAM

 

La situación de las comunidades mexicanas en Estados Unidos en los años cincuentas y sesentas del siglo pasado dista mucho de ser lo que viven ahora los migrantes en el vecino país del norte, sostiene Fernando Gachuz Fuentes en una revisión acerca de cómo el cine mexicano de 1960 proyectó el desplazamiento de mexicanos que cruzaban la frontera para llegar a su lugar de origen.

 

La mesa Narrativas y otras latitudes del Primer Coloquio Miradas transdisciplinarias a la cinematografía, realizada en la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) abrió espacio al análisis de obras fílmicas diversas desde las perspectivas social, política y cultural que enriquecen la forma de vivenciar el séptimo arte.

 

El maestro en historiografía por la Unidad Azcapotzalco hizo una revisión sobre la manera en que la película México de mi Corazón, dos mexicanas en México, representa la salida de Estados Unidos y la entrada a México de dos jóvenes chicanas.

El filme fue realizado por el director Miguel M. Delgado y producido por Jesús Sotomayor; el guión fue escrito por Fernando Galiana y la música compuesta por Gustavo César Carrión. Las protagonistas principales, María y Lupe, fueron interpretadas por Lola Beltrán y Lucha Villa; Mauricio Garcés y Luis Aguilar asumen el papel de Mauricio y Luis, respectivamente.

 

Esta historia cómica y musical narra cómo las chicanas Lupe y María ganan un concurso de canciones en Los Ángeles, California, y el premio que reciben es un viaje a la Ciudad de México.

 

La película es desarrollada en estos dos lugares, primero en la ciudad californiana, en un mundo mexicano que proyecta su fuerza positiva a través de estas ciudadanas asimiladas a un país al que respetan y al que ayudan a construir sin perder jamás su condición de mexicanas.

 

El segundo lugar es la Ciudad de México, a la que arriban las jóvenes y comienza su aventura cuando por primera vez pisan suelo mexicano y suben a un taxi, que en aquellos años se identificaba como cocodrilo, e interactúan con el chofer, interpretado por Luis Aguilar, quien las lleva a un recorrido por lugares emblemáticos de la capital.

 

Las canciones que se escuchan a lo largo de la película funcionan para darle un motivo emocional al viaje, al descubrimiento, a la añoranza y para dirigir la atención hacia el significado de los rasgos identitarios de la cultura mexicana.

 

En el contexto en que el cine mexicano de la década de 1960 realizó filmes como Ay Chabela, de Juan J. Ortega en 1960, México de mi corazón, de Miguel M. Delgado en 1963, El Pocho, dirigida por Eulalio González, el Piporro, en 1967, El Bracero del año, de Rafael Baledón en 1963, el cine chicano también inició su propia producción cinematográfica.

 

Con el propósito de representar la vida de la comunidad mexicana en Estados Unidos, el cine chicano se vinculó con los intereses políticos de la huelga de la uva que encabezó el campesino de origen mexicano César Chávez en Delano, California y que inspiró la creación de la película Yo soy Joaquín, considerado el primer documento visual de la comunidad chicana, que fue producido por el Teatro Campesino, brazo ideológico y cultural de la huelga, que se basó en el poema homónimo del también líder chicano Rodolfo González.

 

Carlos Iván Rodríguez Galván, egresado de la Licenciatura en Sociología de la Unidad Azcapotzalco, realizó un análisis sobre el discurso político en la trilogía de Batman dirigida por Christopher Nolan y explica que el personaje en cuestión tiene sus orígenes en las influencias de la literatura pulp que se publicaban en revistas especializadas, en narraciones e historietas de diferentes géneros de la literatura de ficción.

 

Aquellas ediciones contenían argumentos simples con grabados e impresiones artísticas que ilustraban la narración de manera similar a un cómic o una historieta, con personajes arquetípicos que aspiran a la perfección.

 

En México un ejemplo fue Kaliman, un ser humano que a partir de un entrenamiento duro y arduo y el acceso a ciertos conocimientos sólo al alcance de unos cuantos, logra convertirse en un ser prominente.