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Número 552

29 de octubre de 2020

DURANTE LA PANDEMIA LA UAM CONTINÚA OTORGANDO APOYO PSICOLÓGICO A SU COMUNIDAD

*El impacto psicoemocional en estudiantes ha provocado estrés y dificultades para aprender
 
*Como consecuencia de la contingencia creció la cantidad de solicitudes de apoyo a distancia

Frente a los potenciales daños que el confinamiento social obligatorio para evitar la propagación del COVID-19 ocasionan a la salud mental de su comunidad, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) ha mantenido programas de apoyo psicológico a estudiantes, profesores y trabajadores administrativos de sus cinco sedes académicas.
 
Si bien antes de la pandemia la vida para los alumnos era acelerada por la escuela y el trabajo en un entorno que avanzaba muy de prisa e implicaba trasladarse de un lado a otro y cumplir con sus tareas, ahora están expuestos a otros factores como las clases a distancia y a limitaciones económicas que pueden impactar en su desempeño como compartir una computadora o no contar con buena señal de Internet, coincidieron investigadores en el conversatorio Estrés, ansiedad y sus consecuencias en comunidades universitarias.
 
La doctora Ana Karen Talavera Peña, coordinadora de la Licenciatura de Psicología Biomédica de la Unidad Lerma, reconoció que en la actualidad no hay frontera entre la actividad académica y la vida de familia, por lo que la falta de adaptación a la nueva normalidad propicia entre los estudiantes ansiedad, dolores de estómago o taquicardias, entre otros síntomas.
 
En la Unidad Lerma están evaluando el impacto psicoemocional provocado por el encierro en la comunidad, dado que los jóvenes presentan estrés y dificultades para aprender, por lo que ha sido imperativo brindar herramientas de ayuda emocional para que no decaiga el rendimiento académico, en tanto que los docentes han sufrido estrés laboral, debido a que han tenido que adaptar sus materiales y aprendido a utilizar equipos digitales para la impartición de sus clases a distancia.
 
Los profesores con contratos temporales viven en incertidumbre laboral y las maestras con hijos pequeños “tenemos que combinar los roles de docencia y el cuidado de los hijos o de adultos mayores, lo que también abona al estrés, así como el no saber si los jóvenes están aprendiendo, pues en el esquema a distancia perdemos la retroalimentación con ellos”.
 
Frente a ese panorama, es recomendable aplicar estrategias para establecer rutinas, dedicar horarios específicos para el trabajo y a las actividades del hogar, marcar horarios, realizar alguna actividad física que contribuya a la relajación, así como no aislarse de compañeros, amigos y familiares para no perder el contacto social, reconoció.
 
La maestra Guadalupe Jazmín Flores Boyso, responsable del Servicio de Apoyo Psicológico de la Unidad Cuajimalpa, explicó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reportado que 35 por ciento de los alumnos pudiera presentar algún trastorno emocional, dado que en ese sector confluyen la presión académica, la aversión al fracaso y otros elementos estresantes.
 
Por tanto, es conveniente hacer una evaluación cognitiva para ubicar las amenazas y que los jóvenes valoren que en el aprendizaje existe estrés, pero que la línea entre éste y la ansiedad es muy delgada y el primero puede provocar fatiga o enojo, entre otras manifestaciones.
 
Aunque ambos, hasta cierto punto, son una respuesta necesaria del organismo, “debemos considerar que los estresores son diferentes en los alumnos y profesores, ya que son aspectos que dependen de la dinámica laboral y familiar, por lo que es conveniente ubicar los síntomas para el autocuidado”.
 
Para estos trastornos la Casa abierta al tiempo ofrece alternativas de apoyo multidisciplinario de acuerdo con las necesidades de cada quien, así como los componentes que los puedan ocasionar, como violencia familiar o de pareja.
 
La Línea UAM de Apoyo Psicológico por teléfono ha resultado una forma muy acertada para atender a la comunidad frente a la pandemia, ya que ha significado un cambio brutal en la vida cotidiana que ha generado problemas de sueño o alimentario, entre otros padecimientos emocionales, señaló el maestro Roberto Salazar Guerrero, fundador y responsable de este servicio.
 
“La afectación de las relaciones sociales por la falta de contacto personal nos ha tomado por sorpresa; en este momento las mujeres y los niños son los más aquejados, ya que la dinámica de ir y venir cambió para estar en clases en línea que modifican el desarrollo académico, además de que en algunos casos los hermanos mayores se han convertido en tutores de los más jóvenes, lo que ha significado tener que aprender nuevos roles”, especificó el especialista.
 
“No tenemos que negar las emociones en esta ‘covidianidad’ pues requerimos ser escuchados por alguien distinto, en este caso por un especialista para hablar con la absoluta libertad, como lo hacemos en la Línea UAM, en la que se atiende con gran profesionalismo y secrecía”.
 
El maestro Abel Antonio Ramírez Juárez, jefe de la Sección de Servicio Social y Orientación Educativa de la Unidad Xochimilco, planteó que “el escenario poco imaginado en que estamos afecta a toda la comunidad de la universidad, aunque algunos problemas emocionales de los alumnos ya estaban instalados antes de la pandemia, como lo advertimos cuando acudían a pedir ayuda”.
 
Como consecuencia de la crisis sanitaria creció la cantidad de solicitudes de apoyo para atender a distancia a los jóvenes y se han brindado asesorías psicológicas a través del correo electrónico.
 
El conversatorio Estrés, ansiedad y sus consecuencias en comunidades universitarias formó parte de la Primera Semana Universitaria de Bienestar Comunitario y Salud Mental: respuestas ante la COVID-19.
 
Audio.