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Número 528

29 de octubre de 2019

EL PAISAJE, CRISOL INTANGIBLE DE UNA SOCIEDAD

*Académicos de la UAM participaron en la mesa de diálogo Arquitectura del paisaje

 

En México el paisaje cultural no ha sido valorado, está en la indefensión y carente de tutela por la legislación de bienes culturales, lo que pone en riesgo su conservación, advirtió el doctor Saúl Alcántara Onofre, presidente del Consejo Internacional del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios ICOMOS México, A.C.
 
El académico del Departamento de Medio Ambiente para el Diseño de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) refirió que este patrimonio contiene alto grado de interés sociocultural, estético, recreativo, arquitectónico e histórico, variables determinantes para la existencia de flujos turísticos y económicos.
 
Al participar en la mesa de diálogo Arquitectura del paisaje, realizada en Ciudad Universitaria, el académico subrayó la necesidad de crear formas nuevas de preservación monumental, con el fin de convertirla en un recurso económico para el país, al considerar que el paisaje es parte integral de la riqueza histórica, artística y ambiental de una nación, por lo que constituye un testimonio cultural que debe pervivir y regirse por los cánones de la salvaguardia de los bienes y no sólo por los referentes a la preservación de la naturaleza.
 
En tal sentido, el también miembro titular del Seminario de Cultura Mexicana expresó que la protección de dicho elemento tradicional es útil al mantenimiento de la diversidad biológica y la abundancia en el mundo.
 
“Cuando se pierde la cobertura vegetal histórica es casi imposible su restitución o reconstrucción, pues una vez destruido el equilibro natural de la vegetación, fauna, insectos, minerales, cuerpos de agua, suelo fértil, zonas de bosques, alineamientos arbóreos y especies vegetales preciosas que por el siglo se han conservado y es casi imposible su restauración”.
 
El coordinador del Posgrado en Diseño, Planificación y Conservación de Paisajes y Jardines de la UAM expresó que “nuestra sociedad destruye el verde en general como si fuera un recurso ilimitado de usar y desechar”, lo que ha llevado a una pérdida de equilibrio entre la naturaleza, la vida social y el ser humano.
 
Por ello, refirió que el paisaje cultural es un monumento a resguardar, al ser parte integral de los bienes y ayudar a definir la morfología del patrimonio de una nación, además de proporcionar experiencias históricas significativas, aportar evidencia biológica, física y arqueológica de la historia de los asentamientos humanos y del territorio.
 
“El reconocimiento de historicidad en el paisaje implica la determinación de un valor particular en el tiempo que lo diferencia del contemporáneo y es el crisol de lo intangible de una sociedad y expresión de la evolución ambiental y cultural de un territorio”, sostuvo el miembro emérito de la Academia Nacional de Arquitectura.  
 
Respecto del plan de gestión y conservación de las zonas chinamperas en Xochimilco y Tláhuac, el doctor Alberto González del Pozo, Profesor Distinguido de esta casa de estudios e investigador del Departamento de Teoría y Análisis de la Unidad Xochimilco, explicó que esta región es un paisaje vivo que da testimonio de las primeras chinampas arqueológicas que datan del siglo IX de esta era, lo que las convierte en herederas de una tradición milenaria.
 
Dada su importancia se llevó a cabo un proceso de catalogación, donde se logró hacer un registro de 540 chinampas en 90 hectáreas en San Gregorio Atlapulco  para posteriormente realizar un diagnóstico de otras zonas de Xochimilco, San Luis Tlaxialtemalco, Tláhuac y Mixquic.
 
Esta investigación resultó en el libro Las Chinampas: Patrimonio Mundial de la Ciudad de México, que ofrece datos relevantes sobre la situación en que se encuentran las nueve zonas ejidales y la relación de todas las excavaciones arqueológicas que se han practicado, entre otros que ayudan a comprender la importancia histórica y ecológica de la región