A ritmo de danzón, mariachi, bolero, tango y swing se presentó en el Centro Cultural Casa de las Bombas de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) la Orquesta de la Casa de la Música Mexicana bajo la dirección del profesor Luis Aquino Gómez.
 
El propósito del recital es que sea didáctico para que las nuevas generaciones conozcan un poco más sobre la música popular mexicana de antaño, explicó el director de la orquesta.
 
El concierto inició con la interpretación con marimba de La bikina, uno de las canciones típicas del género de mariachi compuesta por Rubén Fuentes, y recorrió diferentes estados del territorio nacional, al incluir música de la zona costera del Pacífico con danzones de Chiapas y Oaxaca, ambos con fuertes influencias afrocaribeñas, y a Pedro Infante con Cien años, a cargo de Itzamna Hernández, un joven alumno del centro de cultura, investigación y consulta.
 
Aquino Gómez, especialista en música folclórica, mencionó que el amor y el desamor han sido el motor principal para componer temas que han traspasado fronteras espaciales y de tiempo. Tal es el caso de las canciones compuestas por José Alfredo Jiménez, que aún ahora inspiran serenatas o resultan efectivas para acompañar decepciones amorosas.
 
La música tiene influencias provenientes de otras regiones, incluso Estados Unidos marcó con el rock and roll y el swing a diferentes canciones que se popularizaron rápidamente en el país, como Bonita, escrita por José Antonio Martínez Zorrilla y musicalizada por Luis Arcaraz.
 
“La música es historia en sí, no sólo por su cualidad artística sino que concentra hechos que marcaron determinadas épocas”; un ejemplo es el danzón cubano José Martí, originalmente dedicado al poeta revolucionario de aquella isla caribeña, cuyo coro inspiró al compositor chiapaneco Esteban Alfonzo para crear Juárez No debió de morir, en honor al Benemérito de las Américas.
 
El concierto continúo con la interpretación de La Zandunga, un tema icónico, no sólo de Oaxaca sino de todo el país, y que ha sido cantado por diversos artistas, entre quienes destaca Lila Downs.
 
La orquesta también ejecutó Caminos de Michoacán, canción famosa por mencionar varios de los municipios de la zona purépecha y, por último, se presentó un mosaico mexicano, como nombró la agrupación a un popurrí musical que recorrió el país de norte a sur con melodías como La puerta negra, siguiendo con la Canción mixteca, Cielito lindo y El sinaloense.
 
La Casa de la Música Mexicana –cuya misión desde 1990 es investigar enseñar, difundir y preservar la música popular mexicana en todas sus manifestaciones– ofrece dos programas de estudio profesionales: Ejecutante Instrumentista de Música Popular Mexicana y Promotor Técnico en Música Popular Mexicana.