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Número 501
1 de diciembre de 2016

LA DEPRECIACIÓN DEL PESO SE DEBE A LA INCERTIDUMBRE FINANCIERA

QUE TRUMP GENERÓ CON SU VICTORIA

*La posible imposición de aranceles a los productos que México exporta a Estados Unidos representaría un freno a las exportaciones nacionales

 

*Los mercados están sobre-reaccionando, ya que los candidatos, una vez que llegan a los cargos, tienden a moderar sus declaraciones y sus posturas


 

La depreciación del peso frente al dólar no se debe, como en el pasado, a que la inflación en México esté muy por encima de la de Estados Unidos y a que, por ende, la moneda mexicana hubiera estado marcadamente sobrevaluada frente a la del principal socio comercial, y por ese motivo hubiera que depreciarla de forma abrupta, señaló el doctor Víctor Cuevas Ahumada, profesor-investigador de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

El académico del Departamento de Economía comentó en entrevista que “lo que hemos estado enfrentando es una sucesión de ataques especulativos contra el peso, motivados por expectativas negativas sobre el desenvolvimiento económico del país en los próximos meses y años”.

 

En otras palabras, el mercado cambiario mexicano está descontando por anticipado los efectos de las decisiones que presumiblemente tomará Donald Trump, una vez que tome posesión del cargo de Presidente de los Estados Unidos.

 

Los participantes en el mercado cambiario asumen que algunas de las decisiones que tomará Trump tendrán repercusiones negativas en México. Ejemplo de ello es la posible imposición de aranceles a los productos que México exporta a Estados Unidos, dado que el recién electo presidente de Estados Unidos ha anunciado el retorno del proteccionismo.

 

El miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel III, alertó que una medida de esa naturaleza representaría un freno a las exportaciones nacionales, especialmente a las manufactureras, con lo que la afluencia de dólares al país disminuiría, encareciendo la divisa norteamericana. “Si Trump tomara medidas más moderadas una vez estando en el cargo, entonces sobrevendría una corrección a la baja; esto es, una recuperación rápida del peso”.

 

Cuevas Ahumada indicó que otra medida que los mercados esperan sobrevenga del hecho político es que se graven las remesas; es decir, los envíos de dinero que realizan los trabajadores de origen mexicano que laboran en Estados Unidos y que tienen familiares en México, a quienes proporcionan ayuda económica periódicamente.

 

El economista especificó que no sólo el peso se está depreciando frente al dólar, sino todo un conjunto de monedas, “aunque la nuestra frecuentemente se ubica entre las más perjudicadas frente a cualquier turbulencia financiera”. Cuando en los mercados financieros globales hay incertidumbre, nerviosismo, se produce el fenómeno conocido como “fuga hacia la calidad”; es decir, las instituciones financieras buscan refugio en el dólar para sus inversiones y esto lo encarece.

 

Los mercados están sobre-reaccionando, ya que los candidatos, una vez que llegan a los cargos y enfrentan las grandes realidades, tienden a moderar sus declaraciones y posturas. El peso en estos momentos está marcadamente subvaluado frente al dólar, lo cual significa que tan pronto como pase el temporal y las aguas retomen su cauce natural, tenderá a recuperar terreno, sostuvo.

 

La depreciación del peso frente al dólar surte efectos tanto positivos como negativos en la economía nacional. Un efecto positivo radica en aumentar el atractivo de México como destino turístico, por lo cual tiende a incrementarse el turismo receptivo y la captación de divisas por ese concepto.

 

En segundo lugar, el doctor Cuevas Ahumada explicó que “diversos productos de elaboración nacional tienden a abaratarse en los mercados foráneos; es decir, se abaratan en términos de dólares y las exportaciones de esos productos suben. En tercer lugar, con el encarecimiento de las mercancías de origen importado, aquellas producidas en México comienzan a ser mayormente demandadas por los consumidores nacionales, lo cual redunda en beneficio de una amplia constelación de empresas y en la generación de empleos”.

 

Sin embargo, tanto la depreciación cambiaria como la variabilidad en la cotización peso-dólar, también acarrean una serie de efectos negativos. El primero es el encarecimiento de insumos intermedios importados, así como de maquinaria, equipo y tecnología importada.

 

Dicho encarecimiento se da en términos de pesos. Muchas empresas son altamente dependientes de insumos provenientes del exterior, por lo que la depreciación de la moneda presiona sus costos de producción y las obliga a subir precios. Si estas empresas son exportadoras, el aumento en los costos unitarios de producción puede incluso afectar sus niveles de competitividad internacional.

 

De acuerdo con el investigador entre 2002 y 2016, la deuda externa bruta del sector privado subió de 55,000 a más de 121,000 millones de dólares. Y en relación con el Producto Interno Bruto del país pasó de 8.1 a 13 por ciento. Por ese motivo, la depreciación de la moneda también afecta la situación financiera de las empresas.

 

“Afortunadamente el Banco de México ha venido tomando medidas para apuntalar el peso y contener los efectos inflacionarios de la depreciación de la moneda. La tasa de interés de política a corto plazo, que fija el Banco de México, ha subido recientemente en tres ocasiones y ya se ubica 5.25 por ciento. Los recortes al presupuesto promovidos por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público también contribuyen a mantener finanzas públicas sanas, pero por desgracia están recayendo fuertemente en el sector educativo”, subrayó.

 

Cuevas Ahumada enfatizó que el gobierno mexicano necesita reducir el déficit fiscal y la deuda pública, pues se trata de variables que son monitoreadas constantemente por las calificadoras de valores internacionales y por los inversionistas foráneos. Esto significa que cualquier señal de relajamiento de la disciplina fiscal, podría detonar una fuga de capital y una nueva ronda de depreciaciones cambiarias. Por eso es que los recortes proceden.

 

El problema es que rubros prioritarios como la educación o el gasto en ciencia y tecnología resultan los más castigados en un país como México, que necesita educar a su población para acceder a estadios más elevados de desarrollo económico y social.

 

“Son muchos los escenarios posibles respecto a la evolución del tipo de cambio, dependiendo de las decisiones que se tomen en México y Estados Unidos. Las cadenas globales de producción entre México y su principal socio comercial involucran a gran número de empresas a ambos lados de la frontera, y las afectaciones derivadas de un resurgimiento del proteccionismo no se circunscribirían a México”, anotó.

 

Las tasas de interés están subiendo, aseveró, esto significa que se va a encarecer el crédito bancario y los créditos revolventes asociados con las tarjetas de crédito. Los ciudadanos deben ser cautos con sus desembolsos y evitar endeudarse con las tarjetas de crédito. Además, con la depreciación de la moneda muchos productos importados se han encarecido frente a los productos nacionales.

 

“Cuando los productos nacionales sean buenos sustitutos de los importados, hay que comprar lo hecho en México. Es una forma de ahorrar y de fortalecer la economía nacional. La subida de tasas de interés también hará que muchas de las alternativas de inversión en México se vuelvan más atractivas, por lo que es conveniente pensar en ahorrar más”, finalizó.