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Número 497
1 de octubre de 2020

UNIVERSIDADES DE MÉXICO, SIN PROGRAMAS EFICIENTES

PARA PERSONAS CON DISCAPACIDAD

*Expertos participaron en el Conversatorio: Investigación, docencia y discapacidad: reflexiones y desafíos ante el COVID-19
 
*El encuentro formó parte de los Foros virtuales: Problemas metropolitanos, acciones para su atención

 

Las instituciones de educación superior de México no han generado cambios sobresalientes en materia de atención a las personas con discapacidad ni cuentan con programas eficientes para la permanencia, el egreso y la promoción de la inserción de profesionales al mercado laboral, además de que existen pocos ejemplos de creación de conocimiento epistémico “de quienes vivimos con esta condición en el país”, aseveró Víctor Hugo Gutiérrez Rodríguez, doctorante en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
 
Al participar en el Conversatorio virtual Investigación, Docencia y Discapacidad: Reflexiones y Desafíos ante la COVID-19, convocado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), señaló que desde hace cinco décadas, en Estados Unidos y Gran Bretaña hay casos de universitarios que lograron producir epistemologías y teorías que fueron la base para articular un movimiento asociativo que comenzó en esos contextos.
 
Los campus no sólo se convirtieron en punto de encuentro donde se ofrecieron propuestas revolucionarias para pensar la discapacidad desde otros referentes, sino en lugares en los que se empezaron a estructurar planes y a reorganizarse en todos los niveles, tanto físicos como administrativos. Los jóvenes practicaron un activismo ligado a la indagación, que partió de la experiencia personal unida a la formación académica que propiciara un cambio social y cultural.
 
Ese despertar dibujó a un sujeto político que históricamente ha sido excluido de todos los ámbitos de participación de la vida pública en las naciones modernas y la universidad jugó un rol determinante en este proceso, al fungir como un sitio de encuentro o laboratorio en el cual se implementaron acciones enfocadas a esta población y después fueron aplicadas a un plano nacional; también fue el espacio donde surgió conocimiento para la comprensión más amplia sobre la discapacidad.
 
Debido a que en la educación superior de México aún no se han dado cambios representativos en la materia, Gutiérrez Rodríguez llamó a las personas con discapacidad a que levanten la voz y recuerden al Estado, a las escuelas públicas y a la sociedad, la deuda histórica que tienen con este sector de la población, pues “es necesario que nos reconozcamos como sujetos políticos y exijamos nuestros derechos”.
 
También es preciso examinar el compromiso “que tenemos como universitarios de buscar maneras para socializar y compartir saberes que sirvan para modificar la situación existente” en los centros de estudio, desde donde se dan prácticas asistencialistas y paternalistas hacia una categoría política que no es reconocida como tal, por lo que “no somos nosotros quienes se deben adaptar a estas estructuras que siguen manteniendo opresión”, expresó.
 
El doctor José Javier de la Rosa Rodríguez, docente del Departamento de Procesos Sociales de la Unidad Lerma de la UAM, opinó que la participación como actores e intérpretes de la propia investigación de quienes viven con discapacidad es fundamental, sobre todo en la línea de construir sujetos de derechos, así que resulta ineludible proponer métodos específicos a partir de “una epistemología más fenomenológica, donde se incluyan subjetividades, interpretaciones e identidades de estos individuos”.
 
La labor en talleres, pláticas, debates y acciones colectivas puede impactar en las normas sobre esta situación y en la necesidad de que éstas sean incorporadas en las organizaciones universitarias, además de que “debemos propiciar el trabajo directo de quienes tenemos discapacidades”.
 
La doctora Blanca Estela Zardel Jacobo, académica de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM, dijo que desde el principio de la celebración de estos foros quedó manifiesta la deuda histórica del Estado y de las instituciones, incluidas las de educación superior.
 
Hay una “exterioridad que tiene una estructura formada por la desigualdad en todos los términos y no está relacionada con este fenómeno; es rotunda, contundente y está planteando y gestando desigualdades a diestra y siniestra”; al mismo tiempo se han visibilizado prácticas vinculadas con la dimensión política “de interpelar en diversos sentidos: resistir, intervenir, construir propuestas y exigir proponiendo respuestas para dar la cara al currículum hegemónico”.
 
Ante ello se precisa una currícula en plural, mayor investigación, demandar un presupuesto y espacios para egresados “que plantean prácticas que tienen ya una trayectoria de vida y pueden estar creando un área particular muy relevante de la indagación” sobre el tema.
 
En este conversatorio participaron también el doctor Eliseo Guajardo Ramos, especialista de la Unidad para la Inclusión Educativa y Atención a la Diversidad de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos; Carmen Hernández García, asistente educativa del Centro Formativo Pirinola A.C.; la maestra Claudia Leticia Peña Testa, adscrita a la Unidad de Atención para Personas con Discapacidad de la UNAM, y Daniel Alonso Quiroz Dufau, conductor del programa Entretanto, de Radio Ciudadana IMER 660 AM.
 
La actividad formó parte de los Foros virtuales: Problemas metropolitanos, acciones para su atención, organizados por la UAM y el Consejo Regional del Área Metropolitana de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior.