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Número 482
22 de noviembre de 2016

LOS ACUERDOS DE PAZ EN COLOMBIA NO ESTÁN EN RIESGO

*Están en un camino “complejo y difícil” porque intervienen muchos actores y puede haber cambios, pero el proceso continuará
 
*Por primera vez existe la participación conjunta de la ONU, el gobierno y la representación de las FARC en busca del mismo objetivo


 

 

 

Los acuerdos de paz en Colombia no están en riesgo a pesar de los resultados del plebiscito del 2 de octubre, en el que ganó el No a los compromisos que firmaron el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pero su implementación será complicada e incierta, coincidieron en señalar especialistas.
 
Durante la mesa Las contribuciones del análisis institucional a la implementación de los Acuerdos de Paz en Colombia, realizada en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el doctor Jorge Culebro Moreno, profesor-investigador del Departamento de Estudios Institucionales de la Unidad Cuajimalpa, sostuvo que el proceso de paz se ha visto afectado, porque ya se tenían previstas ciertas acciones una vez que ocurriera el Sí.
 
Este resultado, agregó, cambia el contexto en que tiene lugar este proceso; sin embargo, los acuerdos seguirán un camino “complejo y difícil” porque intervienen muchos actores y puede haber cambios, pero el proceso va a continuar.
 
El doctor por la Universidad de Bergen, Noruega, señaló que el No a los acuerdos de paz expresado por la ciudadanía en el plebiscito se debió a muchos factores relacionados con el carácter de las organizaciones involucradas, la participación y propaganda de unos y otros actores, y a que las reglas del juego no se percibieron como algo que garantizara el comportamiento futuro de las partes.
 
Culebro Moreno expresó que hizo falta conocer más que a la sociedad, a las instituciones, es decir, saber cómo surgen, desarrollan y operan en este proceso y de esta manera “saber qué es lo que puede pasar en el futuro”.
 
La doctora Laura Zamudio González, investigadora de la Universidad Iberoamericana, expuso que a diferencia de otros acuerdos de paz que se han alcanzado en otros países, en el de Colombia se tiene planteado un punto referente a la implementación.
 
Esto es muy importante, subrayó, porque en casos anteriores en los que incluso intervino la Organización de las Naciones Unidas (ONU), acordaban reuniones, pactos, se firmaban y ahí terminaba el proceso, dejando solos a los países con el reto de la implementación.
 
Muchos acuerdos de paz, difícilmente logrados, como los de Ruanda y Angola, finalmente colapsaron ante la dificultad para concretarlos, añadió.
 
La académica explicó que el acuerdo de cese al fuego bilateral y definitivo, así como dejar las armas, firmado en La Habana el 23 de junio de este año define, para su implementación, un mecanismo tripartita conformado por la ONU y representantes del gobierno colombiano y de las FARC de Colombia.
 
En ese mecanismo Naciones Unidas participará en dos grandes aristas: una de monitoreo y verificación del cese al fuego, y otra en relación con la dejación de las armas.
 
Es aquí donde el proceso se complejiza porque “¿quién garantiza que se cumplirá con lo acordado y que a partir de ahora un guerrillero puede incorporarse a la sociedad colombiana?
 
Uno de los pasos en cuanto a la implementación de los acuerdos es desarmar a la guerrilla y al ejército colombiano, para regresar al Estado el monopolio legítimo de la violencia, y el segundo es monitorear el cese al fuego, que significa no sólo no disparar, sino abandonar las zonas de combate y crear otras de separación, precisó.
 
Este proceso se torna difícil y complicado, pero lo interesante es que por primera vez existe la participación conjunta de la ONU, el gobierno y la representación de las FARC en busca del mismo objetivo.
 
En la mesa, organizada por el Departamento de Estudios Institucionales de la Unidad Cuajimalpa, también participó el doctor Pablo Sanabria, académico de la Universidad Javeriana de Cali, quien vía videoconferencia expuso una mirada histórica de cuáles han sido los momentos en que diferentes acuerdos han logrado su implementación de forma más efectiva en Colombia, a partir de “grandes transiciones de la gestión pública colombiana, relacionadas con el conflicto y sus raíces”.