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Número 463

2 de octubre de 2019

MÉXICO ESTÁ UN PASO ADELANTE EN EL PANORAMA POLÍTICO LATINOAMERICANO

*Especialistas participaron en el panel magistral Tendencias globales y sus implicaciones para América Latina

 

 

Si bien algunos países de América Latina registraron un retroceso al pasar de grandes movimientos de izquierda a la derecha, los gobiernos neoliberales están demostrando una imposibilidad de gobernar, “por lo que en ese panorama México está un paso adelante”, sostuvo el doctor Enrique Dussel Ambrosini, Profesor Emérito de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

Para poder entender lo que sucede en la región y en particular en la nación son necesarias categorías teóricas nuevas, dijo el investigador al participar en la Conferencia internacional Hacia la transformación social-ecológica en América Latina y México, organizada por el Proyecto Friedrich-Ebert-Stiftung Transformación para América Latina.

 

“Estamos en un momento en el que no podemos aprender de otras partes del mundo y se trata de innovar desde nuestra propia experiencia, lo cual es una responsabilidad enorme”, explicó el doctor en Historia durante el panel magistral Tendencias globales y sus implicaciones para América Latina.

 

En el sur de América Latina hubo una primavera política ante la presencia de gobiernos de izquierda y posteriormente un retroceso con la entrada de gestiones neoliberales que no tienen propuestas y llegan muy rápido a su límite, agregó el docente del Departamento de Filosofía de la Unidad Iztapalapa de la UAM.

 

De acuerdo con el investigador, lo que está pasando es distinto, de ahí la gran exigencia a los intelectuales de formular categorías inéditas para problematizar la situación de estas gestiones, que van a reaccionar ante el fracaso de los gobiernos neoliberales de América del Sur, entre ellos Brasil, Argentina y Ecuador.

 

“Veo que en este momento hay que reformular una filosofía política global en la que la revolución misma debe ser modificada en su concepto, incluyendo el cambio subjetivo de sentido común”.

 

Vivianne Ventura-Días, quien fuera directora de la División de Comercio Internacional e integración de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, sostuvo que a pesar de sus grandes diferencias los países latinoamericanos presentan dos particularidades: los grados extremos de desigualdad dentro del orden de ingresos, tenencias de tierra, oportunidades sociales, educación, vivienda y los niveles de exclusión que ello implica, y por otro lado, los grados extremos de violencia interpersonales, criminal, represiva o policial.

 

“América Latina contiene nueve de los 15 países más desiguales del mundo: Brasil, Colombia, Bolivia, Panamá, Guatemala, Chile, Perú, Paraguay y Honduras, con una población que representa menos de nueve por ciento de la global y que sin embargo concentra más de 34 por ciento de los homicidios mundiales”.

 

La investigadora manifestó que la causalidad entre desigualdad y violencia es compleja y no se puede afirmar que “el tiempo que vivimos ahora sea peor que los anteriores”, pero lo que no tiene precedentes es la nueva visibilidad de la extrema violencia a través de los medios de comunicación y la capacidad que tienen de transformarla en un show.

 

La violencia estructural es un conjunto de condiciones sociales que incluyen analfabetismo, pobreza, enfermedades, hambre, malnutrición, muerte prematura, polución y miseria, por lo que hay que luchar contra las formas de dominación de las estructuras sociales, políticas e ideológicas que perpetúan la cultura de la muerte.

 

Al respecto el sociólogo ambientalista Enrique Leff asegura que hay que pensar en la transformación del mundo no como un régimen de ajuste de cuentas, pues “la gran transformación no son los ajustes a la desigualdad, sino un cambio de régimen ontológico, de modos de ser y habitar el planeta; el único bastión fuerte para contener la expansión de capital en el mundo son los derechos humanos”.

 

El maestro Luis Javier Campuzano Piña, colaborador en la subsecretaría de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores del gobierno federal, anunció que México ocupará la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en 2020.

 

“Celac es el único foro regional que reúne los 33 países latinoamericanos y caribeños y la consideramos indispensable para que América Latina presente una posición unida frente a los retos actuales”, puntualizó.

 

México quiere ejercer un papel de liderazgo en el fortalecimiento y la integración de la región, por lo que se plantearon entre los ejes estratégicos para el trabajo futuro la innovación y la cooperación técnica y científica, la agenda 2030 para el desarrollo sostenible y el combate al cambio climático.

 

El panel magistral Tendencias globales y sus implicaciones para América Latina tuvo lugar en el Museo Interactivo de Economía y fue moderado por el doctor Alejandro Chanona Burguete, catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.