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Número 450
3 de noviembre de 2016

2017 SERÁ “UN AÑO MUY DIFÍCIL PARA LA ECONOMÍA MEXICANA”: JONATHAN HEATH

*Hoy las exportaciones no crecen, están cayendo y no tienen una perspectiva, en el corto plazo, de que puedan mejorar

 

*El gobierno por fin realiza los esfuerzos de consolidación fiscal que debieron hacerse antes, aunque eso no será suficiente


 

Una de las razones por las que 2017 será “un año muy difícil” para la economía mexicana, radica en que a la caída de las exportaciones mexicanas con insumos estadounidenses, se añade el desplome en las operaciones que Estados Unidos realiza con insumos de productos mexicanos, opinó el doctor Jonathan Heath, profesor visitante de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

En México, sostuvo, “nos dimos cuenta de que las exportaciones mexicanas tenían muchos insumos de Estados Unidos”, pero no de que esta dinámica “también opera al revés; es decir, las operaciones de ese país tienen también muchos insumos de productos mexicanos”.

 

Entrevistado en el marco del Diplomado Indicadores Macroeconómicos de Corto Plazo que imparte en la Unidad Azcapotzalco de esta casa de estudios, expuso que Estados Unidos pasa por una etapa un poco difícil, y es que debido a la fortaleza del dólar le ha sido muy difícil exportar.

 

De hecho sus exportaciones, aseveró, han caído y, por lo tanto, están comprando menos insumos de México y a esto se debe que, a su vez, “nuestras exportaciones vayan también a la baja, a pesar de un ajuste significativo en el tipo de cambio”, por el que se ha optado.

 

El profesor visitante de la UAM explicó que anteriormente se ajustaba el tipo de cambio y esto facilitaba la exportación; “ahora se ha ajustado más que en otras épocas y las exportaciones no se han podido incrementar”.

 

El problema es que las exportaciones no petroleras son el principal motor de crecimiento del país: cuando las exportaciones crecen “jalan al resto de la economía” y esto hace que haya más inversión, consumo, empleo, entre otros indicadores.

 

Hoy las exportaciones no crecen, están cayendo y no tienen una perspectiva, en el corto plazo, de que puedan mejorar; incluso “la joya de la corona” que habían sido las exportaciones automotrices no han crecido en el último año “y no creemos que vayan a crecer pronto”; entonces “si nuestro motor de crecimiento está apagado, las perspectivas no son buenas”.

 

Si a lo anterior se agrega el anuncio de recorte al gasto para el siguiente año y el Banco de México informa a su vez el aumento en la tasa de política monetaria, “tenemos una economía que no crece”; es decir, una política monetaria y fiscal restrictiva, lo cual es una combinación “que no pinta bien”, expresó.

 

El especialista dijo que la respuesta que las autoridades responsables han dado a este entorno económico, indica que el gobierno “se acorraló y hoy no tiene muchas alternativas”, porque cuando pudo haber ahorrado y saneado las finanzas no lo hizo y ahora ha llegado a un punto en que la deuda púbica como porcentaje del Producto Interno Bruto ha crecido demasiado “y si no corrigen este rumbo las agencias calificadoras como Standard and Poor’s y Moody’s, bajarán su calificación”.

 

Jonathan Heath admitió que el gobierno “por fin ha decidido hacer los esfuerzos de consolidación fiscal que debieron hacerse antes”, aunque eso “no nos va a ayudar a crecer”.

 

Además el Banco de México tampoco tiene muchas opciones porque ha dependido mucho de las centrales de capital para ayudar a financiar la balanza de pagos, lo que se dio en una etapa de una expansión monetaria mundial que ya está terminando, situación que también ha generado que Estados Unidos incremente sus tasas de interés y a México no le quede más que hacer lo mismo.

 

Las autoridades están tomando las decisiones obligadas, las cuales “no son las mejores en términos de crecimiento económico, ni de los tiempos, pero simplemente pienso que no les queda otra alternativa”.

 

Respecto a la manera como las familias serán afectadas ante este panorama macroeconómico, Jonathan Heath afirmó que cuando hay crecimiento se genera más empleo, más oportunidades de aumento salarial, incremento del poder adquisitivo; si no lo hay, mucha gente verá estancada su economía.

 

Este escenario, previó el economista, podría prevalecer por mucho tiempo, porque la situación en Estados Unidos –que llevó a una expansión monetaria sin precedentes durante cinco o seis años y que ahora la Reserva Federal quiere tratar de regresar a un territorio neutral, ni siquiera a una política restrictiva– significará que las tasas de interés aumentarán y a México no le va a quedar otra que hacer lo mismo.

 

Lo anterior tendrá como consecuencia que el dólar sea atractivo y seguirá fortaleciéndose en el futuro y “si eso es cierto, Estados Unidos no incrementará sus exportaciones; éstas seguramente seguirán a la baja y es ahí donde estará el efecto ‘rebote’ para México”.