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Número 439

20 de septiembre de 2019

ABRE LA UAM REPOSITORIO DIGITAL DE SU PRODUCCIÓN CIENTÍFICA

* La plataforma Bindani ofrece un sitio privilegiado al trabajo de investigación de la Institución

 

 

La Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) puso en marcha hoy el repositorio digital Bindani –cosecha, en zapoteco– que da acceso a la producción científica de esta sede académica para su preservación y divulgación, señaló hoy la maestra Maricela Jiménez García.

 

La Coordinadora de Servicios Documentales del campus dijo que la plataforma –que contiene 503 tesis de posgrados que imparte esta casa de estudios– es interoperable con el repositorio del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, al compartir el conocimiento que alberga.

 

Este nuevo espacio integra la información de proyectos y productos de indagación para favorecer, tanto la comunicación, como la colaboración entre pares en los niveles nacional e internacional.

 

Para el logro de esos objetivos fue diseñado con un software libre que permite construir y manipular sin “estar vinculados con alguna marca comercial”, es decir, cualquier miembro de la comunidad Iztapalapa puede depositar la información científica que genere y cualquier persona tendrá acceso para consultarlo.

 

El logotipo de esta herramienta es un colibrí, por la capacidad de esta especie para recolectar de flor en flor. En una analogía, Bindani comparte el conocimiento que atesora.

 

La esencia de Bindani consiste en que en esta plataforma se siembran productos de investigación para ser compartidos y cosechados por académicos, alumnos y usuarios especializados en temáticas concretas que se cultivan en esa sede y generan frutos, “que darán origen a semillas y con ello a una cadena de cosechas subsecuentes”, sostuvo el doctor Rodrigo Díaz Cruz, rector de la Unidad Iztapalapa.

El lema cultivar, cosechar y compartir saberes “nos remite a lo que somos como universitarios” y este repositorio va a dar presencia y un lugar privilegiado para el trabajo científico que realiza la UAM, en particular, esta sede académica.

 

Las tesis de posgrado se cuentan entre los mejores resultados que ofrece la comunidad universitaria y “reflejan lo que somos y aspiramos a ser”, por lo que el proyecto hará más visibles no sólo los 503 trabajos, sino también los propios posgrados.

 

En el corto plazo estarán a disposición de los usuarios de Bindani las revistas que edita la Universidad, con el fin de incrementar su visibilidad e impacto, y con el trabajo de los comités editoriales de las divisiones de Ciencias Básicas e Ingeniería y Ciencias Biológicas y de la Salud serán incorporados libros digitales en alguna sección del repositorio.

 

También está previsto añadir otros productos académicos, incluidos programas de radio y conferencias magistrales, entre otros, para incrementar el impacto de los resultados académicos que gesta la Unidad.

 

El Rector de esa sede convocó a la comunidad universitaria a apropiarse de este espacio y a compartir trabajos, ideas, experiencias y pensamientos para lograr la construcción de conocimientos y prácticas de colaboración.

 

En representación del doctor Eduardo Peñalosa Castro, rector general de la UAM, el doctor José Antonio De los Reyes Heredia, secretario general, informó que la universidad ha impulsado diferentes proyectos que permiten a la universidad avanzar en el cumplimiento de las leyes de archivos y de transparencia.

 

Recientemente la UAM alcanzó, de acuerdo con el formato del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, una calificación de 98 sobre 100, lo que indica que la universidad cumple con la instrumentación de estas políticas.

 

Luego de celebrar los indicadores de la Unidad Iztapalapa en términos de investigación, dijo que a partir de los Foros de investigación convocados por la Rectoría General, surgió la Dirección de Apoyo a la Investigación, que tiene como uno de sus trabajos revisar las políticas generales de indagación, tema que próximamente se discutirá en el Colegio Académico.

 

Esto tiene que ver con el manejo de la investigación científica, “lo que es relevante en términos de nuestra visibilidad, la cual se ve favorecida con herramientas como Bindani”, puntualizó.

 

El doctor Federico Besserer Alatorre subrayó que la iniciativa de crear Bindani, como la cosecha colectiva, se suma a un proyecto que se ha impulsado durante más de una década a nivel mundial para la preparación, el almacenamiento y el uso público de la información científica, que camina en contrasentido de la vertiginosa dinámica de privatización y concentración de los medios para la difusión de los resultados del quehacer científico, como las revistas especializadas.

 

Algunos de los grupos que han concentrado las revistas especializadas son propietarias de más de dos mil, “para dar una idea” de este fenómeno, aseveró el académico del Departamento de Antropología.

 

El conocimiento se ha transformado en uno de los ámbitos más lucrativos de la economía y en este proceso ocupa un lugar privilegiado cuya explicación está en la transformación de los saberes en una mercancía, en el hecho de que las ideas son patentables y existe la posibilidad de establecer derechos comerciales sobre los productos de la investigación.

 

En este contexto, hay dos formas de poner el conocimiento a disposición de quienes quieran consultarlo; la primera es que los investigadores ofrezcan sus artículos de manera gratuita, que es el caso de la mayor parte de la producción científica en América Latina, pero no de Estados Unidos; la otra es crear lugares donde los autores y las instituciones depositen la producción ya terminada, se procese, cuide y esté disponible para su consulta sin costo, que es el caso de Bindani.

 

En el acto celebrado en la Sala de Consejo de la Unidad Iztapalapa, el doctor Ricardo Marcelín Jiménez, académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica, enfatizó que en la actualidad se vive una crisis del almacenamiento, en la medida que éste “crece y seguirá creciendo”.

 

En 2010 se generaban en el mundo 1.2 zettabytes al año, se calcula que el próximo año serán 35 zettabytes y “sólo tendremos capacidad para almacenar 40 por ciento de esa información, por lo que el resto se perderá”. La razón fundamental de lo anterior es que la tecnología y los modelos de almacenamiento están llegando a su límite y urgen esquemas alternativos.

 

Una de las razones “de que nos hayamos vuelto una sociedad con un apetito voraz por el almacenamiento es porque migramos todo a lo digital: correo, redes sociales, banca, sector financiero, comercio, gobierno, salud y centros de investigación, entre otros, que generan cantidades salvajes de información”, por lo que es necesario repensar los sistemas de acopio.