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Número 419
13 de agosto de 2020

EL MAYOR IMPACTO ECONÓMICO DE LA PANDEMIA SERÁ EN AMÉRICA LATINA

*La crisis no es producto del COVID-19, sino resultado de deficiencias estructurales: Aleida Azamar

 

*Obedece en gran medida a movimientos de capital especulativo que sólo busca mayor rentabilidad


 

La pandemia del COVID-19 tendrá mayor impacto económico en América Latina no sólo por la debilidad del modelo imperante en la región, sino porque “será el resultado de movimientos de capitales especulativos que buscan el mayor nivel de rentabilidad, sin importar que provoquen crisis”, aseguró la doctora Aleida Azamar Alonso, profesora-investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

Esta crisis es de largo plazo y la pandemia sólo va a “acelerar los resultados negativos que ya se esperaban, porque es una recesión multidimensional, reconoció en el coloquio virtual Los efectos de la pandemia por COVID-19 en América Latina, en el que expertos de la Unidad Xochimilco de la Casa abierta al tiempo analizaron las dificultades y la restricción de derechos humanos ante el problema sanitario presentes en varios países de la zona.

 

“La crisis que enfrentamos no es nueva ni es producto sólo del coronavirus, sino que es resultado de las deficiencias estructurales y económicas provocadas al elegir un sistema productivo sostenido en el extractivismo y en la falta de innovación para bienes energéticos”.

 

Los gobiernos de América Latina –que ven en los acuerdos con sus trabajadores un obstáculo que limita el crecimiento económico– tienen una alta dependencia de la inversión extranjera, pero durante la emergencia sanitaria “se ha dado la mayor salida de capitales en la historia de América Latina”.

 

Ochenta y tres mil millones de dólares se han retirado en marzo concentrando las perores caídas en México, Brasil y Argentina, que son las mayores economías de la región, en sectores extractivos y logísticos, advirtió la investigadora del Departamento de Producción Económica. 

 

“Parte de los pilares que están sosteniendo esta crisis de largo plazo o esta minicrisis derivan del apoyo que los gobiernos brindan a los trabajadores, pero algo que tienen en común es la cada vez mayor debilidad de los pactos sociales y respeto por la mano de obra, por lo que se exige una modificación en la realidad productiva y en la forma en que se potencian los mercados internos e ir dejando de lado los sectores extractivos y la dependencia externa”.

 

Los impactos más severos se observan en los ramos de educación, comercio, logística y turismo y, por supuesto, en las industrias de aprovechamiento intensivo de materias primas.

 

La recuperación en “V”, que refiere que “estamos en caída, pero nos vamos a recuperar rápidamente es una ilusión, ya que no hay elementos que nos ayuden a considerar que esto puede suceder como ocurrió en la crisis financiera de 2018, debido a que existe desconfianza y descapitalización en la zona, además del aumento imparable de la pobreza y las múltiples fallas estructurales que amplían la incertidumbre.

 

“No debemos caer en la trampa de considerar que tiene implicaciones sólo de lo económico pues es una crisis multidimensional que tiene graves riesgos en lo social, político, privado, público y cultural; se trata más bien de cruces entre sectores y la duración que esto tendrá”, aseveró.