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Número 401

18 de agosto de 2021

EL DOCTORADO EN CIENCIAS SOCIALES, UNO DE LOS POSGRADOS CON MAYOR RECONOCIMIENTO EN LA UAM

*Luego de 30 años de creación es preciso reflexionar sobre un programa de gran actividad académica y científica
 
*Tuvo lugar el 1er. Coloquio Internacional: Los retos de las ciencias sociales en el siglo XXI: crisis y transformaciones

El Doctorado en Ciencias Sociales de la Unidad Xochimilco ha logrado consolidarse como uno de los posgrados de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) con mayor reconocimiento, sin embargo, luego de 30 años de su creación es necesario reflexionar sobre la producción de conocimiento, la calificación de la fuerza de trabajo para el mercado y la vocación humanista, entre otros factores, señaló el doctor Gerardo Ávalos Tenorio.
 
En la inauguración del 1er. Coloquio internacional: Los retos de las ciencias sociales en el siglo XXI: crisis y transformaciones, el coordinador de ese programa de estudios sostuvo que dicha sede de la UAM fue pionera un un campo tan amplio y complejo, como el que ahora cumple 30 años de gran actividad académica y de investigación que se pretende multi, trans e interdisciplinaria y que genera mucho interés, lo que ha permitido que esta oferta educativa se mantenga en el Programa Nacional de Posgrados de Calidad.
 
En la primera conferencia magistral, el doctor Ávalos Tenorio advirtió que una contradicción del posgrado es fundacional y consiste en que “producimos conocimiento, lo transmitimos y en la medida de nuestras posibilidades hacemos un gran servicio de educación y eventualmente de vinculación con la sociedad, ya sea a través de la extensión de la cultura o porque llevamos la enseñanza al exterior de los muros universitarios, pero también calificamos la fuerza de trabajo para el mercado”.
 
Al respecto hay un indicador “horroroso que hay que asumir con todo el rigor: 80 por ciento de nuestros egresados se ocupa en el nivel educativo”, aun cuando “hacen tanta falta estadistas, hombres y mujeres que se interesen en lo público” y se incorporen a la vida estatal, no sólo en el ámbito de los gobiernos, sino también “en el Estado, propiamente en los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial”.
 
Esto se debe en gran parte a que “no construimos las redes necesarias –entre el alumnado– para la utilidad en el ámbito laboral, por lo que espero que este tipo de funciones se convierta en la base para la construcción de una conexión permanente que se extienda más allá de los cuatro años que pasen en el Doctorado, porque hace mucha falta esta amistad pragmática que forma la base del enlace que puede implicar un acceso al mundo del trabajo”.
 
El de la educación no es el mercado de trabajo natural, sino el Estado, que requiere diagnósticos científicamente sustentados y estrategias para solucionar los grandes problemas nacionales. “Esta es la vocación de un Doctorado que, aun cuando no sea profesionalizante, al menos debe dar un porcentaje mayor a 20 por ciento de aquellos que se integran en el aparato estatal, como resultado de la calificación que obtuvieron” en sus estudios.
 
En la Conferencia magistral: Balance del Doctorado en Ciencias Sociales de la UAM-X dijo que una segunda contradicción es “nuestra vocación humanista y estar sometidos al productivismo utilitario, al ser críticos del capitalismo, de las relaciones de poder, de la destrucción ecológica, del patriarcado y, por otro lado, al estar atados a la producción que permita percibir un mayor monto de dinero, ya sea en una beca del Sistema Nacional de Investigadores o en el reconocimiento de Profesor Distinguido”.
 
Durante cinco años como coordinado el Doctorado “traté de hacer que tuviera más peso la vocación humanística y menos el productivismo utilitario, pero enojó a muchos esta manera de provocar un cambio”.
 
En su balance, el doctor Avalos Tenorio refirió dos indicadores muy comunes en las evaluaciones: la eficiencia terminal absoluta, es decir, quiénes se han graduado de todos los inscritos en los años que permite la legislación universitaria, que puede ser de cuatro a 12 años.
 
“Esa tasa está en alrededor de 50 por ciento” y la pregunta es ¿dónde está el 50 por ciento restante? “que cursó en algún momento, pero ya no se doctoró ni presentó avances después de que se acabó la beca, a pesar de tener un compromiso institucional y ético”, ya que de su titulación dependen los apoyos de la generación por venir.
 
Otro indicador es que, de acuerdo con la encuesta de egresados, “de todos los que obtuvieron el grado, sólo contestó 42 por ciento”, lo que indica que no les importa tener un vínculo con el Doctorado que los becó.
 
Sin pretender moralizar –sostuvo el académico– esto es la expresión inconsciente de un síntoma social que opera en las universidades públicas y que hace imposible que la Institución sea sólo para pensar y reflexionar, sino que también es un lugar para dar rienda suelta al egoísmo y a vivir contradicciones diversas.
 
En la inauguración de Coloquio, la doctora Dolly Espínola Frausto, directora de la División de Ciencias Sociales y Humanidades, afirmó que uno de los componentes fundamentales del posgrado está en la relación entre la investigación, la docencia y el servicio.
 
Hace 17 meses que “nos encontramos fuera de las instalaciones y la crisis parece no tener fin y sus consecuencias todavía son incalculables; pese a ello, durante este tiempo hemos trabajado por mantener el vínculo comunitario y procurado cumplir con nuestros propósitos institucionales, aunque es preciso regresar y reapropiarnos del espacio”.
 
El retorno es necesario, no sólo para mantener el funcionamiento de “nuestra Universidad –que decidió transitar hacia lo remoto como una condición que hace posible poner en el centro la seguridad de la comunidad– sino para definir y encabezar las transformaciones esenciales, de cara a los desafíos que enfrentamos”.
 
También agradeció al doctor Avalos Tenorio “por el esfuerzo para cumplir con la convocatoria del Programa Nacional de Posgrados de Calidad, que ha sido un proceso muy difícil, pero fundamental para la UAM y también para los estudiantes, que gracias a ello tienen la posibilidad de contar con las becas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.