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Número 389
27 de septiembre de 2016

DUELE Y AVERGÜENZA AL PAÍS ENTERO, LA TRAGEDIA DE AYOTZINAPA

*A dos años del crimen siguen violentándose los derechos humanos y no se ha roto el vínculo entre la política y el narcotráfico
 
*Se ha despertado una genuina conciencia en los universitarios en torno a la defensa del derecho a la vida


 

A dos años de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa esta infamia duele y avergüenza al país entero, sostuvo el doctor Romualdo López Zárate, rector de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
 
En la presentación del libro Alzando la voz por Ayotzinapa, como parte de las actividades para recordar la tragedia, señaló que “aún hay muchas interrogantes, pues la información se ha tergiversado, los familiares han sido invisibilizados, siguen violentándose los derechos humanos y persiste el vínculo entre la política y el narcotráfico”.
 
Tampoco se observan cambios en las condiciones socioeconómicas en el estado de Guerrero, ya que “no se ha logrado abatir la violencia y la corrupción”.
 
En cambio, añadió, se abrió un espectro de cuestionamientos sobre las responsabilidades de los cuerpos policíacos, ejército, funcionarios de gobierno y “lo que es más lamentable, seguimos siendo testigos de una campaña de mentiras”.
 
López Zárate sostuvo que la UAM no es indiferente al dolor y al sufrimiento. “Somos la Casa Abierta al Tiempo de la intolerancia, al tiempo de la invisibilidad, pero también al tiempo de la memoria, la esperanza y la humanización”.
 
El reto de la universidad en el siglo XXI es dotar a los universitarios de una auténtica formación humana, académica, social y cultural, en un contexto en el que necesitamos impulsar un proceso de paz.
 
En su opinión se ha despertado una genuina conciencia en los universitarios en todo el país y fuera del territorio nacional, en torno a la defensa del derecho a la vida y a la educación pública, laica y gratuita, en específico a la permanencia del sistema nacional de Normales Rurales, escuelas que se encuentran asediadas por su carácter popular y su compromiso social.
 
El Rector de la Unidad Azcapotzalco señaló que a pesar de que se cuenta con casi tres millones de estudiantes en la educación superior, de que cada año egresan de las aulas universitarias cerca de medio millón de nuevos licenciados y de que tenemos más instituciones públicas, la distribución del ingreso sigue siendo de las más inequitativas en el mundo y no se ha podido revertir la pobreza. Hoy, agregó, “hay tantos pobres como se tenían en 1990”.
 
El doctor López Zárate aseveró que más de 90 por ciento de los delitos que se comete en el país queda impune, “pero es peor cuando sabemos que son ejecutados por la propia autoridad; las policías de México o el ejército mexicano consuman atropellos, y el Estado se encarga de protegerlos”.
 
El doctor Óscar Lozano Carrillo afirmó que nuestra institución es un lugar donde sus alumnos y egresados no sólo son profesionistas, sino ciudadanos que buscan construir una sociedad más igualitaria cada día.
 
El director de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la referida sede académica expuso que el texto representa una forma crítica y analítica de alzar la voz desde el ámbito de las ciencias sociales, para exponer qué pasa y qué puede suceder en el país.
 
El doctor Abelardo Mariña Flores, académico del Departamento de Economía, indicó que el texto Alzando la voz por Ayotzinapa no representa la intelectualización de una tragedia, sino una obra cuyo contenido adquiere mayor relevancia y actualidad al confirmar que se trató de un crimen de Estado, en el que los responsables de las investigaciones siguen sin un castigo y “el encubrimiento continúa”.
 
El doctor Manuel González Navarro, docente del Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa, indicó que los artículos presentados no envejecen, porque son reveladores de los acontecimientos, sucesos y consecuencia de la tragedia.
 
El investigador aseguró que es un testimonio que vincula y conecta el presente con el pasado, con los acontecimientos de 1968 y el mito de la llorona, porque también esos padres salieron a buscar a sus hijos y no los encontraron, por lo que siguen preguntándose dónde están.