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Número 387
22 de julio de 2020

NECESARIA, UNA REINGENIERÍA DE TODOS LOS PROCESOS INDUSTRIALES

*Académico de la UAM dictó conferencia como parte del Ciclo: Miércoles en las Ciencias Sociales

y Humanidades


 

La situación de contingencia sanitaria por el coronavirus COVID-19 ha llevado a la quiebra a gran cantidad de negocios, lo que está generando cambios importantes en los mercados empresarial y laboral, así como en los ámbitos tecnológico, jurídico y el estado de derecho, indicó el doctor Fernando Gaona Montiel, coordinador de la Licenciatura en Administración en la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

La crisis de salud –que se ha extendido a lo largo y ancho del mundo durante los últimos seis meses– ha implicado modificaciones sustanciales y un rumbo con posibilidades de actualidad y oportunidades para las industrias, que han debido transformar sus productos de acuerdo con las necesidades del consumidor. 

 

Los organismos requieren hacer inversiones para adaptarse a las condiciones presentes y establecer metas y objetivos, ya que ahora son exigidas habilidades, aptitudes y formas distintas de relación con los trabajadores orientadas a la satisfacción de las demandas de los clientes. 

 

Los medios digitales representan una de las herramientas más útiles para ello, ya que “la nueva realidad nos conduce a crear economías a escala que permitan el ahorro con una producción mayor y a costos más bajos, pero esta maniobra recae en las decisiones de los administrativos”.

 

En las sesiones en línea del Ciclo Miércoles en las Ciencias Sociales y Humanidades, convocado por la Unidad Iztapalapa de la UAM, señaló que si bien el trabajo intensivo cambia con el uso de la tecnología, los empleados deben desarrollar capacidades con conocimientos más especializados en dicho campo, lo que aunado a la adopción de medidas de seguridad sanitaria representa gastos extraordinarios para las corporaciones.

 

Todo esto supone un estilo gerencial para la toma de acuerdos ajustado a las circunstancias, así como una estructura organizacional en la que se forjen nexos con el personal a partir de disposiciones menos autocráticas y basadas consensos.

 

El análisis de los negocios y su gestión frente a la contingencia por el COVID-19 deben apuntar a procesos directivos y tecnologías eficaces para promover el desarrollo empresarial, aunque la situación de incertidumbre –en la que es un hecho fáctico que la inversión es muy baja– exige la aplicación de mandatos en varios sentidos.

 

Gaona Montiel advirtió que el panorama no es muy halagador, tomando en cuenta lo que está ocurriendo a nivel macroeconómico y que la globalización muestra el cierre de algunos sectores y la apertura de otros, lo que obliga a adaptarse a las necesidades del consumidor. 

 

Muchas corporaciones tienen agotadas sus fuentes tradicionales de financiamiento, lo que las ha obligado a admitir la participación de socios o abrirse a la emisión de acciones bursátiles, aun cuando la posibilidad de solicitar créditos bancaros también se ha complicado, pues ahora imponen contratos más estrictos.

 

La innovación en el esquema organizacional al interior de las firmas debe velar por metas que involucren a un tipo de trabajador más comprometido con las mismas, pues “es imprescindible hacer una reingeniería de todos los procesos”.

 

La idea es abrir la discusión sobre las estrategias para las actividades comerciales en el nuevo escenario, vislumbrando el papel del área directiva y con el fin de brindar opciones, lo que implica considerar la salud, la economía y los efectos en la ocupación, ya que no pocos negocios han realizado despidos masivos y varias micro y pequeñas empresas están quebrando, por lo que el gobierno debe reaccionar para rescatarlas, pero hasta ahora no se visualizan acciones claras. 

 

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