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Número 379
16 de julio de 2020

VIOLENCIA DE GÉNERO, SEGUNDA PANDEMIA EN MÉXICO

*La Unidad Iztapalapa de la UAM apoya con spots contra ese problema, transmitidos por UAM Radio 94.1 


 

En México, el confinamiento para mitigar el contagio del coronavirus COVID-19 ha evidenciado la existencia de una segunda pandemia nacional: la violencia de género, como demuestran cientos de miles de llamadas al 911 para denunciar agresiones a mujeres por parte de sus parejas, declaró la licenciada María del Socorro Damián Escobar. 

 

La campaña Tejiendo Redes de Apoyo a las Mujeres contra la Violencia fue implementada para aportar a la identificación de conductas detonadoras del fenómeno, en especial las que surgen en el ambiente doméstico, apuntó la titular de la Unidad de Acción para la Prevención y Erradicación de la Violencia de Género, la Inclusión con Equidad y el Respeto a las Diversidades (UniGénero) de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

Tejiendo Redes, la UniGénero y la Oficina de Divulgación de la Ciencia y las Humanidades, de la Coordinación de Extensión Universitaria de ese campus, diseñaron en conjunto cápsulas representativas de distintos escenarios en los que el sector femenino de la sociedad suele resultar como víctima y las cuales se transmiten por UAM Radio 94.1 FM y redes sociales.

 

La primera se estrenó el pasado 22 de junio –a mediodía– en el programa Horas de Vuelo de la emisora institucional y, desde entonces, cada lunes ha sido difundida una, con repeticiones los miércoles, a las 16:30, y los domingos, a las 21:00 horas. Este material está para consultar en la página de Facebook @FeriaCienciaUAMI y por el Twitter @fcienciasUAMI.

 

La producción está enfocada en explicar la violencia por motivos de género como actos que causan muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico por el simple hecho de ser mujer y que pueden ser perpetrados por el Estado u ocurrir en los ámbitos público y privado.

 

Las agresiones de tipo psicológico corresponden a sucesos u omisiones que vulneran la estabilidad emocional a través de la celotipia, el insulto, la humillación, la devaluación, la comparación destructiva y/o la amenaza, aunque todos provocan depresión, merma de la autoestima e incluso suicidio. 


Los ataques pueden estar dirigidos a afectar la supervivencia financiera mediante el control de los recursos, presentándose cuando la pareja no contribuye al ingreso familiar, o bien de tipo laboral, cuando percibe un salario menor por realizar el mismo trabajo que un varón. 

 

Damián Escobar dijo que la idea es demostrar que la agresividad atraviesa a toda la comunidad universitaria y que en caso de percibirla en contra de amigas, familiares o vecinas es primordial denunciarla en www.izt.uam.mx/index.php/violencia-contra-las-mujeres-instancias-de-atencion/

 

La bióloga experimental Lilia Anaya Vázquez, responsable de la Oficina de Divulgación de la Ciencia y las Humanidades, destacó la relevancia de colaborar con otros grupos para –desde el lenguaje de la divulgación– generar conciencia o brindar orientación a partir de la información que brindan los especialistas.

 

La construcción de redes de apoyo ha sido la mayor recomendación de los expertos y también es prioritario guardar –en un lugar seguro y a escondidas del agresor– actas de nacimiento y de matrimonio, escrituras de propiedad y cualquier documento probatorio de antecedentes ofensivos, incluidas recetas médicas o constancias de violencia física o psicológica, añadió Anaya Vázquez.

 

Ambas expertas recomiendan crear grupos en WhatsApp, Telegram o cualquier aplicación para chatear, creando palabras clave que prueben cuando alguna de las integrantes corre peligro.

 

En caso de no contar con celular o datos móviles puede coordinarse con vecinas para colocar una señal externa que signifique que se necesita auxilio, por ejemplo, alguna cinta o tela fuera de la ventana.

 

Además de obligarlas a permanecer en el mismo espacio que sus agresores, el confinamiento y la difícil situación económica en muchos hogares las ha expuesto a padecer tensión y dependencia económica. La denuncia se dificulta, pues muchas tienen restringida la libre circulación, viéndose imposibilitadas a acudir a un sitio seguro o construir una red de apoyo.