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Número 374
14 de julio de 2020

INSOMNIO, TRASTORNO DEL SUEÑO EXACERBADO

DURANTE EL CONFINAMIENTO POR COVID-19

*La Clínica de la UAM especializada en la materia ofrece consultas personalizadas y gratuitas


 

En la Ciudad de México, el insomnio es uno de los trastornos del sueño más exacerbados durante este periodo de confinamiento asociado a la ansiedad, el miedo y el estrés ante el coronavirus COVID-19, alertó la doctora Yoaly Arana Lechuga, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

Con el propósito de contribuir a atender dicha problemática, la Clínica de Trastornos de Sueño de la Unidad Iztapalapa ha puesto al servicio de la comunidad de esta casa de estudios y público externo consultas personalizadas gratuitas a través de la plataforma Zoom. 

 

Desde el inicio del trimestre 20-I, el 11 de mayo pasado, en promedio son atendidos entre cinco y seis pacientes por día; el tratamiento tiene una duración de entre cuatro y seis sesiones quincenales, de una hora cada una.  

 

La doctora Arana Lechuga, coordinadora del Área Operativa, sostuvo que lejos de lo que pudiera pensarse, los medicamentos no son la primera elección, pues lo ideal es no tomar inductores del sueño e iniciar una terapia cognitivo-conductual y si la persona ya viene medicada, el fármaco se retira en forma paulatina, después de un par de semanas.

 

El procedimiento es muy completo porque “trabajamos con los hábitos, pero también con los pensamientos y las actitudes para poder conciliar el sueño y el impacto que tiene sobre la vida, por lo que las consultas son personalizadas y la evaluación muy rigurosa, con el fin de saber cuáles serán las estrategias conductuales que ayudarán a romper el condicionamiento de estar despierto en la cama”.

 

La especialista aseguró que, a partir de reportes generados antes de la contingencia sanitaria, las mujeres de entre 30 y 50 años son quienes más padecen este mal y buscan ayuda, “lo que no significa necesariamente que padezcan más trastornos del tipo, porque en los hombres hay mayor presencia de apnea, ronquido y somnolencia”.

 

Una de las primeras recomendaciones es mantener horarios estables, tanto para dormir como para levantarse y, en la medida de lo posible, para el resto de las actividades porque van en consonancia con el descanso y la vigilia.

 

“El sueño es un ritmo circadiano que se repite cada 24 horas y se presenta durante la oscuridad, pero está sincronizado a su vez con otros ritmos biológicos, en particular la ingesta de alimentos, la digestión y la temperatura”.

 

También se sugiere evitar el uso de equipos electrónicos, incluidos televisión, celular, tableta o computadora, al menos una hora y media antes de ir a la cama porque el efecto de la luz activa y estimula el cerebro, un órgano que “identifica si es de día o de noche y cuando hay mucha luminosidad en el ambiente funciona para mantenernos en alerta e inhibe núcleos promotores del estado de reposo, activando los de la vigilia”.


La maestra en medicina y fisiología del sueño consideró fundamental que las personas atiendan estos malestares porque dormir es indispensable para la salud y una buena calidad de vida.


Una de las primeras cosas que ocurren si existe alguna dificultad para reposar es el deterioro del estado anímico, provocando irritabilidad, tendencia a la depresión, problemas cognitivos, en particular de atención, memoria, razonamiento y resolución de asuntos.

 

“Todas estas funciones ejecutivas empiezan a dañarse y no sólo eso, sino que en la situación actual es muy importante tener un sistema inmunológico fuerte para protegernos; por otro lado, se ha reportado que dormir poco está vinculado a la mortalidad, la morbilidad, la hipertensión, la diabetes y a enfermedades neurodegenerativas –Alzheimer o Mal de Parkinson, cáncer y obesidad– debido a la correlación entre las horas de descanso y el índice de masa corporal”.

 

Una siesta de entre 15 y 20 minutos ayuda a mejorar la atención, la creatividad, el pensamiento lógico matemático, la memoria, la asociación de palabras y hasta a disminuir la presión arterial, aunque no es recomendable si se sufre de insomnio; si se prolonga por más de 40 minutos aparecen las complicaciones, ya que contribuye a la llamada inercia al sueño, es decir, a que el individuo se sienta aletargado y lento”. 


La doctora en Ciencias Biológicas y de la Salud señaló que también se han presentado en el consultorio virtual, en menor cantidad, casos de niños que comienzan a desarrollar ansiedad y miedo, manifestados en pesadillas o insomnio, lo cual requiere tratamiento con los padres de familia para que asignen horarios a los menores y vigilen que duerman suficientes horas.


“Hace algunos años hicimos un estudio en el que demostramos que los infantes mexicanos duermen entre dos o tres horas menos cada noche, así que aprovechemos este aislamiento social para promover que se acuesten temprano y así su arquitectura de sueño será más normal, pues recordemos que durante las primeras horas de descanso es cuando se libera la hormona de crecimiento”. 


Además de las consultas vía remota, la Clínica desarrolla cápsulas informativas y transmisiones en vivo a través de la página de la Coordinación de Servicios Integrados para el Bienestar de la Unidad Iztapalapa facebook.com/COSIBoficial/ en las cuales se ofrecen opciones para dormir mejor y se resuelven dudas e inquietudes de los usuarios. 

 

Los interesados en una cita deberán enviar un correo a ctds@xanum.uam.mx con su nombre, edad e indicando si pertenecen o no a la comunidad UAM y el motivo de la consulta.