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Número 373

23 de agosto de 2019

EL DEBATE SOBRE LOS ORGANISMOS PÚBLICOS LOCALES ELECTORALES, PRESENTE EN LA ACADEMIA

*La mesa de diálogo sobre la reforma político electoral 2019 tuvo lugar en la Unidad Iztapalapa de la UAM

 

Los institutos electorales locales, ahora llamados Organismos Públicos Locales Electorales (OPLEs), tienen su antecedente en las antiguas comisiones de cada estado que en algún tiempo estaban totalmente controladas por gobiernos, es decir, por los partidos políticos en el poder en cada entidad, expuso Pablo Xavier Becerra Chávez, profesor de la Unidad Iztapalapa.

 

En la mesa de diálogo sobre la Reforma Político Electoral 2019, realizada en la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el académico planteó que la reforma electoral de 2014 mostró una posición extrema al plantear la desaparición de los institutos locales, que el Instituto Federal Electoral se convirtiera en el Instituto Nacional Electoral (INE) y atrajera todos los procesos; otra postura defendía que los organismos se mantuvieran, pero modificando la lógica del nombramiento de los consejeros.

 

El resultado fue un híbrido en el que la instancia federal electoral se convirtió en el INE y el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) en la Ley General de Procedimientos e Instituciones Electorales (LEGIPE), de aplicación federal y local, lo que transformó al INE en la punta de la pirámide de un nuevo sistema que tiene un vínculo peculiar con los OPLEs.

 

Esta es una relación compleja, no exenta de tensiones, ya que antes los miembros de los consejos generales eran nombrados por los congresos de cada estado por medio de cuotas de partidos, aunque ahora el modelo descansa en el Consejo General del INE, que designa a los consejeros de los 32 OPLEs.

 

El diputado federal por Morena Sergio Carlos Gutiérrez Luna afirmó que es posible prescindir de los organismos locales electorales y que una única entidad nacional es capaz de organizar las elecciones federales y locales, además de que esto debe analizarse desde dos momentos: año electoral y no electoral, es decir, el reto está en los primeros, pero en esos casos el INE puede crecer en todas las áreas.

 

Gutiérrez Luna aseguró que no quieren poner en duda la certeza de los comicios ni debilitar estructuras, sino optimizarlas. “Defendemos el federalismo de las elecciones y lo basamos en las leyes electorales locales, porque las particularidades de los estados estriba, no en la existencia de un órgano, sino en lo que las leyes locales han arraigado, situaciones que no se pueden homologar y que constituyen las características de cada entidad”.

 

Su propuesta supone que deben prevalecer las leyes electorales locales con sus particularidades, coexistiendo con las federales como hasta ahora, con la única diferencia de que las va a aplicar el INE; esto con el afán de simplificar en un solo órgano las normas que sí garantizan el federalismo.

 

La maestra Dania Paola Ravel Cuevas, consejera electoral de INE, consideró que la reforma electoral de 2014 fue un acierto desde el punto de vista que valoró el papel preponderante del INE, entonces IFE, en la vida política y democrática de México, y destacaba el desempeño de la autoridad nacional en la materia y de los organismos públicos locales electorales, al garantizar los principios de certeza y legalidad en los procesos comiciales, sobre todo basados en la autonomía.

 

Por ello se pensó en un esquema institucional que garantizara autonomía e independencia a los OPLEs y que permitiera que en todas las entidades federativas se llevaran a cabo procesos con altos estándares de calidad.

 

Una de las mayores complejidades de este modelo radica en respetar las cualidades de lo local, es decir, el contexto social, político y cultural de cada entidad pues el INE reconoce la multiplicidad y la diversidad de realidades y condiciones que conviven en el país.

 

Pedro Zamudio Godínez, consejero presidente del Consejo General del Instituto Electoral del Estado de México, expresó su apoyo a las labores que realizan los OPLEs y señaló que no sería una respuesta para la exigencia social el destinar menos recursos y desaparecer las instituciones locales.

 

Pero reconoció que hoy es un buen momento para adecuar el modelo electoral al siglo XXI; reformar lo necesario, rescatar o mantener lo útil y adecuar lo que puede ya no ser una respuesta a las necesidades electorales.