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Número 362
2 de diciembre de 2015
ACERTADA, LA DECISIÓN DE FRANCIA DE COMBATIR AL ESTADO ISLÁMICO

*Sin participar en la coalición encabezada por Estados Unidos, que sólo “finge” luchar contra el grupo extremista

 

*Prevalece una era de posguerra fría de “feroz” reparto del mundo y una era de neocolonización

La decisión del presidente de Francia, François Hollande, de “ahora sí combatir a los mercenarios del Estado Islámico y no ubicarse al lado de la coalición que encabeza Estados Unidos, que sólo finge luchar contra ellos,” es acertada, afirmó la doctora Ana Teresa Gutiérrez del Cid, profesora-investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

Entrevistada al término de su participación en el Coloquio: La geopolítica del siglo XXI, llevado a cabo en la Unidad Xochimilco de esta casa de estudios, la investigadora calificó de “acertada” la respuesta de Francia –a raíz de los atentados ocurridos en París el pasado 13 de noviembre– porque está dirigida a combatir “ahora sí” al autodenominado Estado Islámico, “que de islámico no tiene nada” y que ofende a esa religión al denominarse así.

 

La coalición encabezada por Estados Unidos sólo “finge” luchar contra el Estado Islámico, pues llevan bombardeándolos más de un año “y no han podido acabar con ellos, porque en realidad no los atacan”, precisó la académica del Departamento de Política y Cultura.

 

La situación que se vive en Europa a partir de los atentados recientes en París es muy compleja y lo primero que debe lamentarse son las víctimas, como también la cantidad de personas que ha muerto en Siria, Libia e Irak, aunque de eso “casi no se habla”, agregándose el fallecimiento de 224 pasajeros de un avión ruso “que explotó en el aire”.

 

Es necesario entender la situación global y “ver que lamentablemente las mismas potencias que han secundado la política estadounidense están ahora viendo las consecuencias de este movimiento yihadista” que “tiene parte de ejércitos mercenarios”.

 

Por eso es que ahora Francia ha decidido unirse con Rusia para combatir realmente al Estado Islámico; “la otra coalición encabezada por Estados Unidos está bombardeando los objetivos del ejército sirio, de poblaciones sirias, pero no al Estado Islámico, porque ellos lo respaldan para derrocar al presidente Bashar al-Assad”.

 

Desde hace mucho tiempo empezaron a generarse grupos paramilitares para controlar la situación en Irak; por lo menos desde 2000 –en el gobierno de George Bush– “comenzaron a organizarse estas milicias que no se rigen con el código de honor del ejército estadounidense y podemos ver que desde las primeras operaciones en Irak fue creciendo la serie de operaciones de los ejércitos paramilitares estadounidenses”.

 

Esto se vuelve aun más complejo porque con el derrocamiento de Saddam Hussein muchos generales sunníes –de la rama suní del Islam– que están muy resentidos por lo que sucedió con el presidente iraquí y la destrucción del país decidieron unirse a las filas del Estado Islámico.

 

Por otro lado “también hay paramilitares a los que se les paga muy buen sueldo, por ejemplo en Ucrania; ante la falta de empleo a partir del golpe de Estado, muchos ucranianos están yendo a las filas del Estado Islámico y están pasando armas directamente para los yihadistas, al igual que en Turquía”, país que además recibe petróleo en contrabando del Estado Islámico y lo revende.

 

Ha sido sorprendente la cantidad de refugiados que ha tenido que salir de Siria, Afganistán e Irak, cuya infraestructura ha sido destruida con el argumento, sobre todo en este último país, de que había armas de destrucción masiva y de que se luchaba por conseguir el respeto a los derechos humanos.

 

Lo único que esta política ha provocado, advirtió la especialista en geopolítica y relaciones internacionales, es la destrucción de estas naciones y, por consiguiente, la falta de empleo, vivienda y seguridad, por eso es previsible que se mantendrá la organización de estos flujos de refugiados hacia Europa.

 

Durante su participación en el Coloquio dijo que el mundo está convulsionado; “estamos viviendo una era de posguerra fría de feroz reparto del mundo y una era de neocolonización”.

 

México debe estar del lado del diálogo, en contra de las operaciones de intervención en otros países y contribuir a propiciar un clima de paz y seguridad a nivel internacional, recomendó por último.