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Número 357

15 de agosto de 2019

URGE DESPENALIZAR EL USO SOCIAL DE LAS DROGAS: ACADÉMICO DE LA UAM

*La violencia generada alrededor de los narcóticos deriva de la ilegalidad en que se compran y consumen

 

*Deben afianzarse campañas de reeducación para adultos, niñas, niños y adolescentes

 

Para contener la guerra fallida contra el narcotráfico urge despenalizar el uso social de las drogas, empezando por la marihuana, advierte el doctor Alfredo Nateras Domínguez, profesor-investigador del Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). 

 

La violencia generada alrededor de los estupefacientes no es por el consumo en sí mismo, sino por las condiciones sociales de ilegalidad en que se compran y consumen, señala el doctor en ciencias antropológicas en el artículo Un toque académico: hacia la despenalización en el uso social de la marihuana e implementación de programas de reducción de daño, de riesgo y cuidado de sí.

 

La propuesta se basa en que la regularización del consumo del cannabis implicaría el replanteamiento de todas las políticas públicas en la materia, lo que incluye incentivar la investigación del uso industrial y generar estudios relacionados con las propiedades terapéuticas de las sustancias psicoactivas y no psicoactivas del cannabis, es decir, socializar el consumo de la planta sin llegar a la violencia que priva en la actualidad.

 

En la medida que existan visión y voluntad política para despenalizar el uso social de la marihuana, realmente “estaremos protegiendo a nuestros adolescentes de narcomenudistas y, por consiguiente, del crimen organizado, que tanto dolor social ha causado en México, con más de 250 mil muertos –de los cuales entre 130 mil y 140 mil son jóvenes– y de los más de 40 mil desaparecidos –uno de cada dos son muchachos, es decir, por lo menos 20 mil– de 2006, a la fecha y contando”. 

 

Las cifras son aún más tajantes, ya que la Encuesta de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017, realizada por la Comisión Nacional contra las Adicciones (CONADIC), reporta –considerando a la población total de 12 a 65 años– que el consumo de drogas ilegales y de marihuana “alguna vez en la vida” aumentó significativamente entre 2011 y 2016, al transitar de 7.2 por ciento y seis por ciento a 9.9 y 8.6 por ciento, respectivamente. 

 

Si se hace un corte en la población de 12 a 17 años se deduce que el consumo alguna vez, es decir esporádico, aumentó entre 2011 y 2016 de 2.9 por ciento a 6.2 por ciento para drogas ilegales y de 2.4 a 5.3 por ciento para marihuana.

 

“Es evidente el fracaso estrepitoso de las políticas prohibicionistas de drogas, en sus dos vertientes: tanto por la reducción de la oferta –ya que hay un mercado más diversificado y una mayor accesibilidad a drogas de abuso– como por la reducción de la demanda, debido a que hay un incremento significativo en el consumo de cannabis, especialmente en las y los adolescentes”, insiste el especialista. 

 

A decir de Nateras Domínguez es necesario afianzar campañas de reeducación para adultos, con especial interés en niñas, niños y adolescentes en la defensa de sus derechos humanos, con el fin de desarticular mecanismos de discriminación, que permitan relaciones sociales y espacios más democráticos en la convivencia humana. 

 

También es necesario implementar programas de reducción de daños y riesgo, así como de cuidado que promuevan el consumo responsable y la conciencia de las responsabilidades sociales que ello implica en la comunidad, lo cual significa reeducar no sólo a los consumidores, sino a profesionales con conocimientos para atender a los jóvenes. 

 

Para el especialista si se lograra la regulación del consumo de marihuana –que en el fondo ve difícil– se contribuiría a desmontar estigmas que excluyen la participación social de los jóvenes, que desde el ejercicio de su libertad al consumo de cannabis son sujetos de discriminación y de violencias institucionales.