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Número 336
16 de mayo de 2018

EL CONOCIMIENTO DEL GENOMA ABRE OPCIONES A LA MEDICINA PERSONALIZADA

*Favorecería también nuevas formas de tratamiento de enfermedades
 

 

La expectativa de conocer y entender el genoma en su totalidad permite a la ciencia desarrollar nuevas herramientas de diagnóstico y tratamiento de enfermedades, e incluso descubrir una medicina personalizada y que se ajuste a las necesidades de cada individuo para el diseño de tratamientos altamente eficaces contra ciertos padecimientos, declaró Alicia Cervantes Peredo.

 

Gracias a la comprensión a nivel molecular sobre la forma en que aparecen la diabetes, los males cardíacos o la esquizofrenia, entre otros, podrá conocerse toda una generación de intervenciones, muchas de las cuales serán bastante más eficaces y precisas que las existentes, dijo la maestra en Ciencias por la Universidad Nacional Autónoma de México.

 

Durante el cuarto curso de Tópicos Selectos de Genética Humana, organizado por el Departamento de Sistemas Biológicos en la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), refirió que la investigación basada en el genoma posibilita, por ejemplo, conocer dónde están localizados ciertos genes que codifican determinada proteína que, cuando han mutado, pueden provocar Alzheimer y los cuales es posible localizar y estudiar para su prevención.

 

El estudio de la genética es un viaje a lo más profundo del organismo que ha llevado a científicos de la biología, la medicina y la química a descubrir un fascinante mecanismo por el cual se vive y que define a cada especie, una inmersión al interior del núcleo de la célula de un ser viviente, al ácido desoxirribonucleico (ADN), a la secuencia de genes que contiene, al genoma.

 

Cervantes Peredo expuso que el dogma central de la biología molecular es el ADN, en el que se encuentra el material genético y toda la información de una célula que constituye el genoma.

 

Por medio de un proceso de replicación, la célula se duplica antes de que se divida (mitosis o división celular) para generar una nueva copia y así cumplir con su función de transmitir o heredar a las células hijas, ya sea por mecanismos de reproducción sexual o asexual.

 

El ADN es el componente principal de los cromosomas del núcleo de las células; las del cuerpo humano tienen 46 cromosomas, su número diploide, o 23 pares, lo que constituye su número haploide; de ellos, 22 son cromosomas autosómicos, y uno es el cromosoma sexual. De cada par, uno de ellos proviene del óvulo y el otro del espermatozoide, y los dos cromosomas de cada par son homólogos entre sí.

 

El ADN tiene dos hebras idénticas conformadas por adenina, timina, citosina y guanina que funcionan de tal manera que si hay error en una de esas, en la otra está la información complementaria y así se puede reparar; para ello se separan primero las dos hebras –porque hay fuerzas químicas que las mantienen unidas–, se replica el material genético y se forma el ácido ribonucleico (ARN), que codifica las proteínas fundamentales para llevar a cabo todas las funciones del cuerpo que están contenidas en el ADN.

 

Los genes codifican distintos tipos de ARN, entre los que se encuentran los llamados mensajeros; hay otros que reciben el nombre genérico de ARN no codificantes, es decir, no son intermediarios entre el gen y la proteína, sino que cumplen funciones en sí mismos.

 

Los humanos “no somos los organismos que tenemos más ADN; tal vez tenemos más secuencias diferentes y hay quienes ya también lo dudan”. Hay especies como los anfibios y plantas superiores que tienen mucho más genoma que los mamíferos y que los humanos, en particular.

 

A eso se le llama la paradoja del valor C, que surge cuando se compara la cantidad de ADN o tamaño del genoma con las funciones para las que lleva información.

 

La experta en citogenética expuso que seguimos sin saber del todo para qué sirven los genes humanos y aseguró que “lo que nos hace humanos es la forma en que hemos aprendido a regular la expresión de nuestros genes”.

 

En la inauguración de la actividad, el maestro Rafael Díaz García, director de la División de Ciencias Biológicas y de la Salud de esa sede académica, dijo que durante mucho tiempo la universidad ha hecho importantes esfuerzos en los temas que representan parte del desarrollo en el campo profesional en el que tienen que ver los químicos fármaco biólogos y los grandes aspectos que están íntimamente ligados con el campo de la salud.