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Número 330

2 de agosto de 2019

EN CADA CRISIS, EL SISTEMA CAPITALISTA SE REINVENTA:

INVESTIGADORA DE LA UAM

*Siempre encuentra formas de encauzar la producción y la especulación, a costa de la humanidad

y la naturaleza

 

Las grandes contradicciones y escollos del sistema capitalista fortalecen y fomentan su capacidad de innovación para salir airoso de las catástrofes autoprovocadas, una cualidad que le permite transformarse y reconfigurarse hacia una situación que, si bien no será el fin del sistema, significa un escenario letal para la humanidad y la naturaleza, advierte la doctora Aleida Azamar Alonso, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

Entre los problemas y contradicciones del capitalismo, la economista identifica “procesos de acumulación del capital, monopolización de la producción, agotamiento de los mercados o de los bienes, concentración del empobrecimiento en ciertos sectores poblacionales, debacle medioambiental e incapacidad de la realización de las mercancías”.

 

A pesar de que desde hace décadas se ha vaticinado la caída de este sistema por el incremento de sus contradicciones inherentes es poco probable que vaya a desmoronarse, “ya que históricamente ha sucedido lo contrario: su época de oro surgió a partir de las grandes crisis de acumulación, producción y realización durante el siglo XX”.

 

La profesora del Departamento de Producción Económica de la Unidad Xochimilco en su texto Reconfiguración del capitalismo ¿un sistema en agonía? cita al economista Carlos Marx, quien sostenía que “las contradicciones capitalistas provocarán explosiones, cataclismos y crisis en el curso de las cuales las interrupciones momentáneas del trabajo y la destrucción de una gran parte de los capitales llevarán de nuevo al capitalismo a un nivel desde el cual podrá reemprender su curso, aunque estas catástrofes se repetirán a una escala más vasta y terminarán por provocar su violento derribo”.

 

Azamar Alonso señala que lo que el pensador alemán no plantea en su obra es la imposibilidad objetiva o económica del sistema, sino su capacidad de superar sus problemas “empleando procesos cada vez más cuestionables y depredadores.”

 

Tal es el caso de la Gran Bretaña en el siglo XVIII, cuando la crisis alimentaria y de energéticos facilitó el desarrollo de la industria del carbón, que propició las condiciones necesarias para el surgimiento de la máquina de vapor. “Si bien la extracción de esa roca sedimentaria subterránea solucionó ambas crisis, a la postre ocasionó el desastre ambiental moderno por el uso desmedido de combustibles fósiles”.

 

Desde los primeros años del capitalismo se ha explotado de manera intensiva los recursos no renovables, lo que condujo a la escasez energética que vivimos en la actualidad, comenta la investigadora, tal como lo confirmó en 2009 la Administración de Información Energética del gobierno de Estados Unidos.

 

Frente a esa escasez el país vecino impulsó el desarrollo de la industria del fracking en su territorio, pero esta solución parece ser momentánea e incluso podría resultar más dañina para la naturaleza.

 

La doctora Azamar Alonso refirió que en 2015 el investigador español Antonio Turiel predijo que esta forma de extracción conduciría a una crisis sin precedente para empresas del sector y en la actualidad algunas compañías estadounidenses viven ya una debacle financiera por la estabilización de los precios internacionales del petróleo, en contraste con el incremento de los costos de producción.

 

Weathherford Internacional –empresa dedicada al fracking– está preparando su declaratoria de bancarrota y es muy probable que Alta Mesa Resources, California Resources y Halcon Resources tomen la misma medida, lo que en opinión de la especialista, pronostica dos escenarios posibles: una gran crisis petrolera a causa de una o varias intervenciones bélicas en países petroleros –Irán o Venezuela– para fortalecer el sector energético.

 

El segundo escenario sería una gran crisis financiera por el hundimiento de gran parte de las empresas dedicadas a esta práctica en Estados Unidos, lo que arrastraría a los bancos acreedores de deuda y consecuentemente generaría una incertidumbre financiera que desencadenaría la desaceleración de la economía mundial.

 

Frente a cada nuevo problema, el capitalismo en su fase neoliberal pretende aplicar una solución riesgosa que no ataca de raíz las crisis que intenta resolver, por lo que es muy factible que el sistema sobreviva y encuentre la forma de encauzar la producción y especulación a costa de provocar un mayor impacto social y ecológico.

 

“Al parecer en el largo plazo las crisis sí van a acabar, primero con la naturaleza y después con el hombre, lo que terminaría evidentemente con el capitalismo, quizá eso era lo que Marx trataba de demostrar”, finalizó.