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Número 325
27 de julio de 2016

ES INDUSTRIA DEL CAPITALISMO ELECTRÓNICO-INFORMÁTICO

LA FUERZA ECONÓMICA MÁS DINÁMICA

*La existencia de la red y la revolución digital transformaron las formas de comunicación y de hacer negocio

 

*La alianza entre inventores, universidades, capital financiero, abogados de patentes y empresarios, representan los primeros momentos del capitalismo electrónico-informático


 

La industria del capitalismo electrónico-informático es hoy la fuerza económica y productiva más dinámica y hegemónica por su capacidad de innovación tecnológica, los elevados márgenes de ganancia que genera y el impacto en el imaginario social, cultural y político contemporáneo, aseveró el doctor Gustavo Lins Ribeiro.

 

“Es un sector industrial eficiente, altamente productivo y rentable que genera nuevas ideologías administrativas y de comportamiento con una lógica de funcionamiento hiperflexible, los usuarios son las principales mercancías y sus datos e información son comercializables”, añadió.

 

El profesor-investigador que imparte la Cátedra Divisional Ángel Palerm en el Departamento de Antropología de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), dijo que la existencia de la red y la revolución digital transformaron las formas de comunicación y de hacer negocio, por eso empresas como Apple, Facebook, Google, Macintosh y Microsoft están entre los diez consorcios más grandes del mundo.

 

El término capitalismo electrónico-informático contemporáneo enfatiza la hegemonía actual de un sector industrial y económico ejemplificado por la centralidad del internet y de los equipos digitales con la tecnología de la comunicación e información.

 

Entre los impactos del internet en la vida cotidiana enumeró la sistematización y la probable desaparición de la noción burguesa de privacidad, así como el aumento del poder global de la lengua inglesa, síntomas de la hegemonía económica basada en el poder de las élites y por las tecnologías militares que se ejercen sobre los individuos.

 

Algunas innovaciones tecnológicas suelen ser vistas como hitos que cambian los mundos de la historia humana; así se tornan mucho más que máquinas, aparatos o sistemas, que se transforman en maneras de estar en el mundo, agregó.

 

“Ellas son la base de nuevas actividades lucrativas y de nuevos modelos administrativos y productivos, de nuevos discursos y también de nuevas visiones trascendentales de la sociedad y de la noción de hegemonía”, sostuvo.

 

En el Seminario Divisional La Desigualdad Social en México: desafíos y acciones transformadoras, impartió la conferencia ¿Estamos bajo la hegemonía del capitalismo electrónico-informático?, Lins Ribeiro dijo que las tecnologías del capitalismo electrónico-informático representan un ejemplo enigmático.

 

“Estamos en la era digital, en la sociedad de la información y del conocimiento. Las fuerzas detrás de esta economía son las tasas de retorno excepcional producidas por las innovaciones de vanguardia, las prácticas administrativas y productivas que ellas generan y los nichos monopolistas que ellas garantizan por medio de marcas registradas y el copy right”, añadió.

 

El uso de la noción de hegemonía tiene doble implicación: “significa la aceptación silenciosa generalizada y naturalizada de la hegemonía del capitalismo electrónico-informático” y la “existencia de viejas y nuevas formas, la mayoría de las veces, subordinadas internamente al mismo campo de poder dominado por el capitalismo electrónico-informático”.

 

Al recordar que el auge del capitalismo industrial no podría ser entendido sin la ciudad de Manchester, Inglaterra, resaltó que el desarrollo del capitalismo electrónico-informático tiene sus cimientos en Silicon Valley, California, principal centro global de la innovación electrónica y del conocimiento tecnológico.

 

En este sitio “la ciencia misma se transformó en capital, las patentes fueron la forma de arrebatar nichos monopolistas en el mercado. La alianza entre inventores, universidades, capital financiero, abogados de patentes y empresarios, representan los primeros momentos del capitalismo electrónico-informático”.

 

Lins Ribeiro manifestó que sin bien Google ofrece el servicio gratuito de búsqueda, por otro lado subasta el orden jerárquico de búsqueda, cotizando a la alza aquellas posiciones que aparecen en los primeros lugares del listado.

 

De esta forma quienes participan en la subasta compran visibilidad, colocación preferente para promover páginas webs de consulta con el objetivo de obtener ingresos por publicidad y presencia demostrable en la red.

 

Las palabras son transformadas en mercancías y al ingresar al mundo del internet Google creó un mercado mundial de palabras investigables, potencialmente disponibles para todos los usuarios; creó el mercado virtual global, poblado por usuarios y no por consumidores, para mantener la impresión de que las personas reciben gratuitamente el servicio.

 

En este medio “las palabras tienen precio, ingresamos a una nueva era de la industria de la publicidad. Los usuarios ignoran que la información que proporcionan sobre ellos mismos son las mercancías vendidas por Google para otras corporaciones en el mundo informático. Los miles de millones de personas que usan estos sistemas en el mundo son los mayores activos que estas empresas poseen”.

 

El fundador del Consejo Mundial de Asociaciones Antropológicas y actual Vicepresidente de la Unión Internacional de Ciencias Antropológicas y Ecológicas denominó “Economía de Carnada” a la falsa idea de recibir un servicio gratuito sofisticado y altamente necesario, pues los usuarios proporcionan información personal a las corporaciones, las cuales sirven como datos para ajustar el gusto, la oferta, los consumos, insumos y servicios en el mercado.

 

También mantienen una estrecha relación con las corporaciones destinadas a recoger información del aparato de seguridad de los Estados Unidos, considerado el principal cliente de la red de la información.

 

Facebook representa otro ejemplo del capitalismo electrónico-informático. El principal actor de la red social también utiliza a su comunidad de usuarios, porque al compartir y comentar o hacer uso de sus funciones, se posibilita el recuento de personas y de ciertos contenidos, permite vincular las preferencias de individuo y redes sociales.

 

“Sus botones funcionan como “cookies” que permiten investigar el comportamiento de la relación de los usuarios en la red sin saberlo, además de proporcionar información sobre sus preferencias, ellos contribuyen a la recentralización del tejido de la red y de los flujos de información y asociación punitiva”, apuntó.

 

El especialista dijo que el contabilizar cada acción de compartir, comentar o twittear, son actividades que transforman las respuestas afectivas y dinámicas sociales en valores comparables. Las actividades de la línea social son cuidadosamente monitoreadas, rastreadas y analizadas, sea por algoritmos o por investigadores humanos con el auxilio de instrumentos, concluyó.