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Número 311

25 de julio de 2019

LA CULTURA, INSTRUMENTO PARA LA PAZ Y EL BIENESTAR

*La Casa Rafael Galván de la UAM reunió a especialistas en el tema

 

De acuerdo con el Plan Nacional de Desarrollo (PND) del gobierno federal, la cultura es un instrumento para lograr la paz y el bienestar de la población, y esto “siempre ha sido un planteamiento claro del presidente Andrés Manuel López Obrador, desde que fue jefe de gobierno de la Ciudad de México”, sostuvo el maestro Tomás Ejea Mendoza, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
 
El sector puede verse de dos formas: por un lado, con una relevancia en sí mismo y por otro, con una importancia en tanto ayuda o impulsa algún otro objetivo, que en este caso sería el bienestar social, aseguró el docente del Departamento de Sociología de la Unidad Azcapotzalco.
 
Durante su intervención en las Jornadas de diálogo Programa Sectorial de la cultura. Planeación y presupuesto para el desarrollo, organizadas por el Grupo de Reflexión en Economía y Cultura (GRECU), explicó que el PND comprende tres ejes transversales muy claros: justicia y Estado de derecho; bienestar, y desarrollo económico, y la cultura entra en el segundo porque atañe a otro tipo de situaciones.
 
Por lo tanto “no nos debe sorprender que el concepto, en su sentido mucho más complejo relacionado con las bellas artes y los poetas sea mencionado, pero de una manera totalmente subordinada. “Podemos estar de acuerdo o no, pero el PND es un gran proyecto y “ahora tendrán que verse los sectoriales porque es donde habrá que tejer fino”.
 
El maestro Arturo Saucedo González, promotor cultural, advirtió que el sector se encuentra en una encrucijada en la que el gobierno está descapitalizando las instituciones y políticas en la materia, y además las está “desarticulando en un aspecto fundamental vinculado a los derechos culturales y el ejercicio de las garantías fundamentales como las laborales y de libertad de expresión.
 
En ese sentido criticó que “en el ámbito de las elites se dirimen muchas cosas de manera inmediata, pero en la sociedad los asuntos pasan por muchos tamices, como las diferentes leyes y el presupuesto”, agregó.
 
“Cada que presentamos la iniciativa de ley para hacer obligatoria la formación musical en la instrucción básica”, siempre el dictamen es ‘tiene impacto presupuestal y no se aprueba’”; sin embargo ahora “sin ley, Televisión Azteca llevará la formación artística de los niños lo cual va a costar miles de millones y nadie dijo nada del impacto presupuestal”.
 
Tal es el espacio de las elites, que “evidentemente choca con esa construcción legislativa constitucional e institucional, porque cada que se decide algo como lo de la televisora del Ajusco, cuando existe un sistema de fomento musical, evidentemente la institución, la secretaría de cultura, pierde su sentido, porque está frente a una decisión política que ataca a las instituciones en su fundamento, aseveró.
 
En ese contexto la reforma constitucional de los derechos culturales y la ley general de cultura “se vienen abajo por una decisión política y ese es el riesgo que tenemos”.
 
En este momento el sector “está sufriendo porque hasta los fondos mixtos están nulificados o en procesos de extinción”, incluso aquellos de 20 o 30 millones de pesos, mientras que de manera discrecional se aprueban miles de millones para proyectos como el de TV Azteca.
 
“Evidentemente tenemos una crisis fuerte” en el ramo, por lo que propuso persistir en la creación institucional y el marco jurídico, de lo contrario “siempre va a haber recursos fuera de la norma, pese a que sea un derecho constitucional, no los va a haber”.
  
El promotor escénico Héctor Garay Aguilera dijo que el presidente López Obrador, en su libro La salida, escribe muchas de las cosas que hoy aparecen en el PND y “efectivamente, la cultura está en el bienestar y está por el bien de todos primero los pobres; esa es su visión”. Frente a tal panorama es necesario ser participativos y definir los instrumentos de colaboración en estos planes y políticas, de lo contrario, no habrá vinculación ni resoluciones.
 
Garay Aguilera propuso la creación de un consejo nacional de artes que sea representativo, “un ejemplo exitoso de un organismo de este tipo es el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León, que próximamente desaparecerá”.