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Número 297

10 de junio de 2021

LOS INVESTIGADORES DE LA UAM DISPONDRÁN DEL SISTEMA ORCID

*Este identificador persistente les permitirá establecer vínculos automatizados entre todas

sus actividades 

La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) pondrá a disposición de su planta docente el sistema ORCID, un identificador digital persistente que permitirá al investigador controlar y establecer vínculos automatizados, entre todas sus actividades profesionales de publicación, revisión por pares, subvención y patentes, entre otras. 

 

Fundada a finales de 2012, ORCID opera sin fines de lucro, con acceso abierto y registra más de 11.6 millones de científicos y unas mil 200 instituciones, lo que le confiere un estándar de facto, comentó en entrevista Ana Cardoso, representante de la organización global para México y América Latina.

 

El propósito principal de esta iniciativa es que quienes participan en la indagación y la innovación estén identificados y conectados por un mecanismo único con sus contribuciones “a través de disciplinas, fronteras y tiempos”, mediante conexiones transparentes y confiables, al contar con un identificador persistente.

 

El profesor puede mantener información importante en un solo lugar y controlar las configuraciones de privacidad, incluyendo datos que se muestran en forma pública o los que comparte con compañeros de confianza.

 

La intención es que la producción en el rubro de la ciencia se asigne a quien deba ser y, por tanto, “ORCID busca acercar al docente a sus trabajos para que él se dedique únicamente a hacer investigación y no a gestionarla ni a repetir los mismos datos en diferentes sistemas”, como ocurre cuando acude a una editorial a someter un artículo o a una entidad de financiamiento. 

 

La idea es que esta administración o gestión de contenidos se efectúe a través de una API (interfaz de programación de aplicaciones) cuyo usuario deberá compartir 16 dígitos de su ORCID-iD, sin necesidad de llenar algo más porque gracias a la API podrá sincronizar y automatizar entre los sistemas, al ser “una especie de tubería por donde fluyen y se conectan todos los datos”.
  
Casi 80 por ciento de las instituciones de educación superior que aglutina –entre las cuales la UAM– es miembro desde el presente año, gracias a la firma de una membresía acordada entre las partes que otorga al académico un mismo registro para toda su vida profesional y esta casa de estudios “podrá rastrear su actividad durante 20 años, con el permiso previo” del investigador.

 

“Somos 35 personas alrededor del mundo apoyando a nuestra comunidad sin contar con oficinas, pues la organización fue concebida para operar de manera remota, y es un orgullo que la UAM esté al nivel internacional de universidades de renombre de Estados Unidos y Gran Bretaña, entre algunos de los 52 países en los que ORCID tiene presencia”, dijo Cardoso.

 

El licenciado Julio Ibarra Martínez, jefe del Departamento de Biblioteca Digital de este centro de estudios, señaló que el acercamiento con ORCID tuvo lugar en una reunión de bibliotecarios y BIDIUAM tuvo el interés de empezar a trabajar con indicadores persistentes porque los investigadores realizan sus tareas con los repositorios institucionales y deben contar con números identificadores para las obras que publican.

 

Los responsables de las bibliotecas de la Casa abierta al tiempo decidieron que la Coordinación General para el Fortalecimiento Académico y Vinculación, a través de BIDIUAM, se hiciera cargo del proyecto en noviembre de 2020 y fue este año cuando se firmó la licencia de miembros de ORCID.

 

El licenciado Ibarra Martínez explicó que el acceso a dicho sistema es libre y gratuito, sin embargo, la membresía institucional permite validar las inscripciones desde la UAM. 

 

La incorporación es relevante porque se trata de un indicador nuevo, pero que se ha posicionado en el medio debido a que es una especie única para estandarizar muchos problemas, por ejemplo, que quienes publican en revistas internacionales en ocasiones aparecen con variantes de nombre: Julio Ibarra, J. Ibarra, JI Martínez, lo que se resuelve con un número identificador con el que puede recuperarse todo el estudio realizado por alguien.

 

“Esta posibilidad sirve bastante porque tenemos mucha información perdida y queremos recuperarla” para contar con más producción, lo que tendrá repercusión en los rankings de las universidades.

 

Otra gran ventaja es el registro a través de la UAM, porque “da certeza de trabajar con datos vinculados a indagaciones, artículos, libros, conferencias y patentes”. 

 

Saúl Sánchez Serna, jefe de proyecto de la BIDIUAM, explicó que ORCID tiene a disposición una API que ayuda a que los sistemas se comuniquen y compartan sus bases de datos. Aunque está orientada a todo público tiene una para sus integrantes, entre ellos la Casa abierta al tiempo. 

 

“Desarrollamos una aplicación para, como se dice en el argot de bibliotecas, cosechar los datos”, es decir, traer los registros que profesores de la UAM han hecho voluntaria y gratuitamente en ORCID. Esto permitirá a la institución tener acceso a todos esos metadatos que fueron ingresados en algún momento, en tanto la membresía, mediante la API, permite normalizarlos y actualizarlos, dándoles un formato homogéneo para poder usarlos, entre otras cosas, para fines estadísticos.

 

La API admite certificar institucionalmente los perfiles de los ORCID-iD. “En resumen, se diseñó un programa para comunicarnos con la API y aprovechar todas las funciones que ofrece y para ello en próximas fechas se enviará un correo a los docentes de la Universidad para explicarles en qué consiste ORCID y solicitarles que se registren”.

 

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