Imprimir
Número 276
1 de octubre de 2015
BERNARDO KLIKSBERG, DOCTOR HONORIS CAUSA POR LA UAM

*Importante “pensar éticamente” no sólo la economía, sino la ciencia política, la gerencia empresarial y la gestión pública
 
*Si las sociedades no ponen en el centro una reflexión desde la ética acerca de los problemas cada vez más graves que enfrentan, las crisis se agudizarán

 

Las causas de la mayor crisis económica mundial después de 1930 fue la crisis de valores éticos, pues quienes tomaron las decisiones más importantes “estaban corrompidos moralmente”; de ahí la importancia de “pensar éticamente” no sólo la economía, sino la ciencia política, la gerencia empresarial y la gestión pública, sostuvo el doctor Bernardo Kliksberg, catedrático de la Universidad de Buenos Aires.
 
Durante la ceremonia en la que fue investido con el Doctorado Honoris Causa por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el doctor en Ciencias Económicas y Ciencias Administrativas, reconocido mundialmente por sus aportaciones en los campos de la Ética para el desarrollo, responsabilidad social, y fundador de la disciplina Gerencia social, advirtió que si las sociedades no ponen en el centro una reflexión desde la ética acerca de los problemas cada vez más graves que enfrentan, las crisis se agudizarán.
 
En la ceremonia, realizada en la Rectoría General de la UAM y en la que estuvo presente la embajadora de Argentina en México, Patricia Vaca Narvaja, señaló que la reciente crisis financiera de 2008-2009 ha sido la mayor desde 1930 y provocó que los niveles de desocupación crecieran sideralmente, que el producto bruto mundial cayera, que el comercio internacional declinara 12 por ciento y generó una multitud de pobres nuevos y agravó los sufrimientos de los ya existentes.
 
La crisis, que tuvo su epicentro en Wall Street, sigue presionando en el estancamiento de la economía mundial de múltiples formas, como el bajo crecimiento de la economía de los Estados Unidos y el decrecimiento de las economías europeas.
 
En su propósito de encontrar las causas de esta crisis, el congreso estadounidense creó una comisión y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) hizo lo propio. Ambas comisiones llegaron a la misma conclusión. “Las causas centrales de la mayor crisis económica mundial después de 1930 “fue la crisis de valores éticos”, pues quienes tomaban las decisiones más importantes para la economía estaban corrompidos moralmente.
 
La persona que decidió llevar al desfalco y a la quiebra fraudulenta a Lehman Brothers en 2008, Richard S. Fuld fue convocado por el Congreso, donde se le reprochó haber hecho quebrar a un banco con más de 160 años de existencia y precipitado una quiebra en cadena de la banca europea porque la institución financiera estaba endeudada con la banca europea; además de ganar en los últimos 10 años, según su declaración fiscal, 500 millones de dólares y tener una cláusula de despido en su contrato por más de 80 millones de dólares.
 
Richard. S Fuld se dedicó en esos 10 años a inventar productos financieros sin base patrimonial; llenó al banco de hipotecas sin respaldo patrimonial y de productos financieros falsos, con lo que el banco ganó mucho en el corto plazo, pero le hizo “explotar” en el mediano plazo como institución bancaria.
 
El doctor Bernardo Kliksberg consideró que Richard S. Fuld era un funcionario profesionalmente impecable, “por eso pudo hacer esta operación gigantesca con el tercer banco del mundo”; sin embargo, “éticamente era un ser humano despreciable”, a quien “no le importó nada”, excepto él mismo, “su montón de yates, sus 15 casas”.
 
El investigador citó un editorial del Washington Post, donde se decía en referencia a Fuld, que “no es una manzana podrida, es el barril” de manzanas; es decir, no se trata de un caso aislado, sino que “son muchos los que están haciendo lo mismo”; resulta que muchas empresas participaban de la misma falta de valores morales totales.
 
Si se tiene en cuenta que hoy mil empresas multinacionales tienen 50 por ciento de todas las acciones de todas las bolsas de valores del planeta, es evidente que sus decisiones son vitales para todo el mundo, pero también totalmente inmorales, porque solamente apuntan al provecho personal.
 
En ese sentido la causa de la crisis no fue impericia; no fue que quienes tomaron decisiones centrales no supieran lo que hacían, porque tienen la mejor formación profesional, pero son personas “horripilantes moralmente”.
 
En otra parte de su discurso el doctor Kliksberg, quien ha sido asesor de distintos gobiernos y organismos internacionales, advirtió que si no se crean reglas internacionales que controlen los agujeros fiscales gigantescos –por los que algunas de las grandes multinacionales evitan pagar impuestos, porque todas sus utilidades las declaran en paraísos fiscales–, los problemas actuales de las sociedades se agudizarán.
 
La maestra Gretchen González Parodi, investigadora de la Unidad Azcapotzalco, hizo una semblanza del doctor Bernardo Kliksberg en la que destacó su trayectoria como científico social, asesor internacional, pionero de la ética para el desarrollo y de la responsabilidad social empresarial.
 
Resaltó su actividad docente en universidades de Argentina, Uruguay, Venezuela y Panamá, entre otras, en las que ha impulsado líneas de investigación como lucha contra la pobreza, gerencia social, capital social y desarrollo económico, además de su liderazgo en temas como Reforma del Estado y Administración pública.
 
La académica subrayó también su obra literaria en títulos como Primero la gente, Más ética, más desarrollo y Por un mundo mejor, entre otras.
 
El doctor Salvador Vega y León, rector general de la UAM, reconoció la trayectoria del doctor Kliksberg al señalar que el otorgamiento del Doctorado Honoris Causa se fundamenta en el ejercicio de una carrera docente ejemplar, su vasta producción académica y en sus relevantes aportaciones en el campo de las ciencias económico-administrativas.
 
Destacó asimismo su vasta producción de artículos, libros, programas de radio y videos que reflejan “una gran sensibilidad, responsabilidad, una calidad humana y ética del más alto nivel, y se le percibe como generoso profesor, con una gran vocación de servicio y un liderazgo incuestionable”.