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Número 269
28 de septiembre de 2015
 

STAPHYLOCOCUS AUREUS, PRINCIPAL CAUSANTE DE INFECCIONES INTRAHOSPITALARIAS, ES ESTUDIADA POR INVESTIGADORES DE LA UAM

*Esta bacteria mata a más personas en el mundo que el virus de inmunodeficiencia humana

 

*Entre 40 y 50% de los humanos son portadores sanos de esta bacteria que se encuentra en nariz y faringe y en menor medida en la piel y en otros lugares del cuerpo como la vagina

 

*La UAM analiza la epidemiología molecular de la bacteria al tomar muestras faríngeas en hospitales, escuelas y centros de trabajo, para definir si la cepa es hospitalaria o comunitaria

 

Una de las principales bacterias causantes de infecciones en el ser humano es la Staphylococcus aureus, microorganismo que de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud es causante de un número mayor de muertes que el virus de inmunodeficiencia humana en el mundo, señaló el doctor Jaime Bustos Martínez, responsable del Laboratorio de Microbiología y Biología Molecular de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

Entre 40 y 50 por ciento de los humanos son portadores sanos de esta bacteria, que se encuentra principalmente en nariz y faringe y en otros lugares del cuerpo como la piel y la vagina. Sin embargo, al ser portadores y estar por alguna razón en contacto con pacientes hospitalarios, existe el riesgo de contagiarlos y provocarles infecciones que pueden llevarles incluso a la muerte.

 

El problema es grave, si se considera que esta bacteria es la principal causante de las infecciones intrahospitalarias, indicó el doctor Bustos Martínez, quien junto con un grupo de investigadores desarrolla el proyecto Caracterización molecular de cepas de Staphylococcus aureus aislados de portadores sanos de la comunidad mexicana.

 

Es importante saber que esta bacteria tiene tantos factores de virulencia y toxigenicidad, “que siempre está adaptándose y haciéndose resistente a todo lo que el humano hace para combatirla, de ahí su importancia a nivel médico”.

 

La bacteria se contagia de persona a persona, principalmente a través del contacto con las manos de alguien ya infectado, por ejemplo, cuando alguien se suena la nariz, no se lava las manos y saluda a otra persona; al estornudar o toser también puede haber contagio, al igual que al compartir objetos contaminados.

 

La bacteria causa infecciones en tracto respiratorio y puede producir neumonías; si se ingiere en los alimentos, puede desembocar en un tipo de envenenamiento por toxinas.

 

Las principales causas de muerte, sobre todo en niños, se deben a infecciones como la neumonía. A nivel de piel, la bacteria puede entrar e infectar y hacer escoriaciones, por lo que algunas personas la llaman “bacteria come carne”.

 

El químico farmacéutico biólogo por la UAM y doctor en Ciencias Biomédicas por la UNAM ahondó en que esta bacteria, junto con “su hermana” Staphylococcus epidermidis, son las causantes de muchas infecciones a nivel intrahospitalario, ya que no obstante el esfuerzo de los hospitales por mantener niveles óptimos de higiene en sus instalaciones, pueden llegar a presentarse situaciones en las que las infecciones lleguen a través de portadores que pueden ser desde visitantes, médicos, enfermeras e, incluso, el paciente.

 

Tras reconocer que existen medidas de control, dijo que en realidad es difícil lograr este objetivo, debido a la cantidad de portadores que puede haber. Agregó que estas infecciones intrahospitalarias causan más muertes y gastos que otras enfermedades por las que los pacientes ingresan. Por ejemplo, el usuario llega al hospital por una operación de riñón y el cuadro se complica por una infección intrahospitalaria provocada por Staphylococcus aureus.

 

Explicó que a esta bacteria, que normalmente se encontraba en los hospitales, se le llamó Staphylococcus aureus meticilina resistente adquirida en el hospital (MRSA-HA), debido a que estas cepas son resistentes a un antibiótico llamado meticilina.

 

Cuando entre los años 40 y 50 del siglo pasado se empezó a utilizar la penicilina para controlar el estafilococo, casi inmediatamente aparecieron cepas resistentes a éste. Entonces, los químicos encontraron otro antibiótico similar, la meticilina, y con éste empezaron a tratar de controlar al Staphylococcus aureus. Posteriormente, a finales de 1960 y principios de 1970 aparecieron cepas resistentes a la meticilina que además resultaron más patógenas y más virulentas.

 

Más tarde, se encontró otro antibiótico, la vancomicina, que actualmente se utiliza para controlar el Staphylococcus aureus; sin embargo, también ya empezaron a aparecer cepas resistentes a este antibiótico.

 

El doctor Bustos Martínez dijo que cualquier persona puede ser susceptible a una infección por esta bacteria, pero es en las etapas de la niñez y de la de vejez cuando el riesgo de contagio es más alto, debido a la falta de defensas, ya que en la infancia no han madurado y en los adultos mayores éstas empiezan a decaer.

 

Agregó que si bien había sido considerado un problema propio de hospitales, a finales de 1990 este tipo de infecciones comenzó a presentarse en personas que nunca habían estado hospitalizadas. A estas cepas se les llamó precisamente cepas MRSA adquiridas en la comunidad (MRSA-CA), las cuales tienen características genéticas un tanto diferentes a las de los hospitales, que las hacen más patógenas.

 

Señaló que a finales de los años 90 del siglo XX la OMS lanzó una alerta mundial sobre una epidemia de Staphilococcus aureus adquirida en la comunidad, por lo que se recomendó como estrategia de prevención el frecuente lavado de manos para evitar contagios. “Aparentemente en Europa están controlando la infección por cepas comunitarias; sin embargo, en el resto del mundo el problema sigue latente”.

 

Comentó que “desafortunadamente” en México no se cuenta con suficiente información y estadísticas seguras y confiables de lo que sucede con este microorganismo; sin embargo, “sí sabemos que hay infecciones intrahospitalarias”.

 

El grupo de investigación de la UAM busca analizar la epidemiología molecular de la bacteria, por lo que vamos a las comunidades (hospitales, escuelas, centros de trabajo y de readaptación social, ya se ha visto que esta bacteria se propaga más fácil en lugares hacinados) a tomar muestras de nariz y faringe para detectar, con técnicas de biología molecular, si estamos aislando la cepa del tipo hospitalario o del tipo comunitario; analizamos sus factores de virulencia, si presentan genes de toxinas y de adhesinas; es decir, los genes que contienen estas cepas para producir su daño.

 

Hasta el momento hemos encontrado que efectivamente en la comunidad mexicana están circulando las cepas comunitarias, las cuales son diferentes a las que prevalecen en Europa, Estados Unidos, Centro y Sudamérica.

 

A nivel mundial ya se encontraron cepas características para ciertos países y particularmente en Estados Unidos hay una cepa muy peculiar llamada USA-300. Esta es la principal cepa comunitaria que se encuentra en todo EU y en México, por lo tanto “pensaríamos que por la cercanía y el intercambio frecuente de personas, estuviera prevaleciendo en México; sin embargo al parecer, se trata de otro tipo de cepas.

 

“Lo anterior podría ser bueno y malo a la vez. Bueno porque no tenemos esta cepa que es muy patógena, se disemina rápidamente y sería un gran problema que la tuviéramos en México. Malo, porque las cepas que hay en México son diferentes, y si en EU llegaran a hacer una vacuna contra USA 300 a nosotros nos serviría poco, tenemos que diseñar una vacuna para las cepas que se encuentran en nuestro país”.

 

En México existe la capacidad de desarrollar vacunas, pero curiosamente, a pesar de los años que tiene Staphylococcus aureus circulando en el mundo, no se ha logrado hacer una vacuna efectiva y segura a nivel mundial, debido a su gran capacidad para adaptarse y cambiar. Se siguen haciendo esfuerzos, pero hasta ahora no hay una vacuna 100 por ciento efectiva contra esta bacteria, concluyó.