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Número 251

19 de mayo de 2021

EL ARQUITECTO ADAMO BOARI DEJÓ UNA HUELLA RELEVANTE EN MÉXICO

*Construyó las dos obras más significativas de la Ciudad de México a principios del siglo XX:

los Palacios Postal y de Bellas

 

*Expertos participaron en la presentación del libro Adamo Boari, un arquitecto entre América y Europa 


Adamo Boari fue un personaje desconocido e ignorado por lo que es importante reconocer la obra de este gran arquitecto e ingeniero italiano que dejó una huella relevante en México, aseguró el doctor Martín Checa-Artasu, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). 

 

El académico de la Casa abierta al tiempo presentó de manera virtual el libro Adamo Boari, un arquitecto entre América y Europa en el que también colaboran la arquitecta Olimpia Niglio, de la Hokkaido University de Japón; el geógrafo por la UAM e historiador mexicano Francisco Javier Navarro Jiménez, y la historiadora italiana Angela Ammirati, ex directora de la Biblioteca Ariostea de Ferrara.

 

La investigación –resultado de dos años de trabajo en archivos de México, Italia y Estados Unidos– representa la más extensa biografía realizada hasta la fecha, que desmonta mitos e incógnitas alrededor de esta figura que desarrolló gran parte de su actividad profesional en México entre 1903 y 1916.
 
“Él dejó algunos aspectos que no se han valorado justamente, como la capacidad de entender la presencia de un vasto marco cultural activo en México, a través de su interés en introducir la decoración y la escultura en el Palacio de Bellas Artes dejó mensajes escritos sobre el papel que debía tener la cultura para el nuevo orden porfiriano”, expresó.

 

En dos volúmenes y en poco más de 600 páginas se aborda la trayectoria profesional y vital de Boari, autor de obras como el Palacio Postal y el Palacio de Bellas Artes, ambos en la Ciudad de México. 
 
También planeó algunos proyectos de iglesias (Matehuala, Monterrey y Guadalajara) y participó en el concurso internacional convocado por el gobierno mexicano para el desarrollo del Palacio legislativo en 1897, el cual le hizo ver que en este país tendría posibilidades de desarrollar su carrera.
 
“No sólo fue capaz de diseñar templos historicistas, todos ellos muy góticos; el gótico es un estilo que le interesa mucho no sólo porque piensa que corresponde a la realidad mexicana de la época, sino también porque es ahí donde él se define como arquitecto en el uso de los elementos del pasado”.

 

De acuerdo con el docente adscrito al Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa, el arquitecto italiano es un clásico que sigue su formación italiana renacentista a cabalidad, la mantiene y se apega a los estilos.

 

“La arquitectura del pasado es la que sirve para la realidad presente y eso se deja sentir de manera clara en la decoración de una de las obras más magníficas que hay en la Ciudad de México: el Palacio Postal”.

 

La arquitecta Niglio y el geógrafo e historiador Navarro Jiménez comentaron que el primer volumen inicia con sus años formativos como ingeniero en Ferrara y en Bolonia, continúa con un análisis de su trayectoria como migrante en Brasil, donde haría sus primeros proyectos.  Un capítulo trata su experiencia entre 1893 y 1902, en Chicago, Estados Unidos, donde participó en varios concursos y se codeó con algunos de los profesionales del ramo más destacados del momento, entre ellos Louis Sullivan y Frank Lloyd Wright.

 

Los autores y editores señalaron que se habla también de su intervención en 1897 en el Concurso internacional para el Palacio Legislativo, que organizó el gobierno mexicano, donde resultó premiado con el segundo lugar; su propuesta le permitió establecerse en México, donde trabajaría durante 15 años. 

 

Un amplio apartado relata su actividad en Italia, a partir de 1916 hasta su muerte en 1928; en su país natal realizó varios proyectos, en especial en los monumentos conmemorativos y algunos planes urbanísticos y redactó numerosos escritos.

 

El segundo tomo se centra en las obras efectuadas por Boari en México, se dedican capítulos tanto a la arquitectura religiosa que proyectó en Jalisco, San Luis Potosí y Monterrey, como a las dos obras más significativas que construyó en la Ciudad de México a principios del siglo XX: los Palacios Postal y de Bellas Artes.

Otro texto analiza su vida familiar y sus actividades en la capital mexicana, donde se construyó una residencia y se ofrece además un análisis riguroso de la presencia de sus documentos en los principales archivos mexicanos.

 

Ambos volúmenes –escritos en español e italiano– son publicados por el sello romano Aracne Editrice en la serie internacional Esempi di Architettura y forman parte del proyecto internacional La diáspora italiana en América Latina con el apoyo de la Biblioteca Comunale Ariostea de Ferrara y del Instituto Italiano de Cultura de la Ciudad de México.

 

La presentación estuvo moderada por el embajador de México en Italia, Carlos García del Alba, quien resaltó la labor realizada por los investigadores que alertan de la influencia en México de las ideas que se estaban desarrollando en Estados Unidos sobre urbanismo y arquitectura.

 

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