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Número 230
25 de mayo de 2016

CEMANÁHUAC, LUEGO DE CUATRO DÉCADAS DE METAMORFOSIS RETOMA SU NOMBRE

*El órgano informativo de la Unidad Iztapalapa ha registrado una historia en construcción que debe salvaguardarse

 

*Esta publicación de la UAM es ejemplo de la cada vez más sólida cultura de la edición universitaria


 

La Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) presentó el número uno del Cemanáhuac –universo UAM Iztapalapa– nueva época, órgano informativo que después de cuatro décadas de metamorfosis retomó su nombre y los preceptos con los que fue creado.

 

Los asistentes al acto protocolar representaron a los sectores de la comunidad de esta casa de estudios, lo cual constató el interés y la preocupación por la difusión y la vinculación que corresponde a la institución, declaró el doctor José Octavio Nateras Domínguez, rector de la Unidad Iztapalapa a directores de División, jefes de Departamento, alumnos y personal académico y administrativo reunidos.

 

“La mayoría de los que estamos hoy aquí tiene más de 20 años en la institución”, lo que permite comprender la necesidad de retomar la herencia y la tradición a partir de lo ya existente. En ese sentido, el Cemanáhuac constituye “un registro de nuestra historia, de la que debemos hacernos cargo y responsabilizarnos: una historia que seguimos construyendo y que debemos salvaguardar”.

 

El Rector de la Unidad señaló que el órgano de difusión de esa sede de la UAM es también la experiencia de quienes laboran en él y hacen el recuento de las actividades universitarias, en una “expresión que nos permite apropiarnos de este trascurrir y reforzar nuestra identidad como comunidad universitaria, como Unidad Iztapalapa”.

 

El doctor Nateras Domínguez instó a “sentirnos orgullosos del Cemanáhuac, pues cumple la función de comunicar y ser un medio de intercambio y vinculación con la sociedad”, por lo que se debe asumirse el reto de dar sentido y motivación a la diversidad de expresiones de la comunidad, generando interés entre los que ocupan los diferentes espacios.

 

En la ceremonia fue reconocido el trabajo del personal administrativo de la Sección de Difusión, perteneciente a la Coordinación de Extensión Universitaria, así como el de quienes han liderado a través del tiempo este espacio de comunicación.

 

Sólo a partir de ver lo que cada uno aporta desde la experiencia y el conocimiento que se tiene, se otorga un lugar a lo que cada persona hace en la institución, refirió el Rector.

 

La publicación de 32 páginas a color, con cuatro secciones –ciencia y esencia, vida académica, poliedro y creatura creativa– fue concebida a partir de la reflexión y el diagnóstico de cuatro décadas del órgano de difusión que hasta este año registro cinco procesos de cambio, explicó la maestra Ana Alejandra Villagómez Vallejo, reportera del Cemanáhuac.

 

Seis meses de talleres en los que participaron académicos, alumnos y quienes conforman el Cemanáhuac, así como sondeos entre la comunidad guiaron el rumbo de la publicación con cambios, no sólo de forma, pues “estamos comprometidos a recrear la vida cotidiana que construye” la Unidad con información veraz que permita al lector tomar decisiones acertadas para la vida, apuntó.

 

El maestro David Alejandro Díaz Méndez, director de Comunicación Social de la Rectoría General de la UAM y editor responsable de 1998 a 2006 del Cemanáhuac, celebró el reconocimiento y recuperación de 20 años de historia. La continuidad requiere del apoyo de la comunidad y para ello es necesario ofrecer la crónica de lo que sucede día a día, con el fin de que todos conozcan la publicación y se sientan identificados con ésta.

 

Díaz Méndez reconoció el trabajo de aquellos que en su momento formaron parte de la edición, destacando la labor de Oswelia Robles y Baena, fundadora de la UAM y secretaria de la Sección de Difusión.

 

La maestra Freja Ininna Cervantes Becerril, coordinadora de la Licenciatura en Letras Hispánicas y participante en los talleres, celebró la reaparición del informativo, que definió como ejemplo de la cada vez más sólida cultura de la edición universitaria.

 

El primer número ha logrado atraer el interés y provocado la alegría de quien extrañaba el anterior Cemanáhuac, despertando el entusiasmo y la aprobación de los alumnos que lo desconocían, en especial de aquellos que jamás reconocieron como suyo el Boletín UAM-I.

 

José Alberto Guerrea Montes, alumno de la Licenciatura en Letras Hispánicas, instó a ver la publicación como parte del desarrollo académico, pues se necesita de la participación de la comunidad para mantenerlo vivo, pero sobre todo, porque promete comunicar el trabajo de la comunidad de la Unidad Iztapalapa, en particular el de los estudiantes y eso se agradece.