Encabezado
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Número 224

5 de mayo de 2021

FUNDAMENTAL EN LA UAM, LA FORMACIÓN DE CIUDADANÍA

ENTRE LOS ESTUDIANTES

*Resulta imperativo que los miembros de la comunidad participen en la toma de decisiones institucionales

Desde su concepción, la estructura organizativa y el diseño de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) poseen fundamentos democráticos y a lo largo de sus más 47 años de existencia la Institución ha aprobado, entre otras, acciones para la construcción de estrategias que prevengan, atiendan y erradiquen la violencia de género, y creó la Defensoría de los Derechos Universitarios (DDU), afirmó la doctora Claudia Mónica Salazar Villava, investigadora de la Casa abierta al tiempo.
 
En 2019 se modificó el reglamento del alumnado, incluyendo medidas para combatir ese problema, en un proceso en el que la participación de los matriculados fue determinante y “me tocó estar en la discusión de los protocolos, así como en la reformulación de la DDU con un mejor esquema de regulación”.
 
Al disertar en el Ciclo de conferencias: Diálogos en torno a los derechos universitarios. Construyendo ciudadanía estudiantil, la académica del Departamento de Educación y Comunicación de la Unidad Xochimilco explicó que en ocasiones las vacantes para la representación de los jóvenes en los órganos colegiados de la Universidad no se cubren, llegándose a sumar hasta tres convocatorias que no obtienen respuesta.
 
Una parte fundamental de la vida en la Institución es a formación de ciudadanos que ejerzan sus derechos de manera responsable, por lo que han existido espacios importantes de organización, por ejemplo, la muestra espontánea de solidaridad en el caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, que dio lugar a sesiones de información y análisis de manera independiente y autónoma.
 
Muchos profesores van a la Universidad a dar clases, después a las reuniones con colegas y más tarde llegan a casa a calificar, pero son pocos aquellos que intervienen en la vida organizativa de la UAM; lo mismo pasa con muchos alumnos y trabajadores administrativos en los órganos directivos, instancias de apoyo, consejos académicos y divisionales y el propio Colegio Académico.
 
La estructura orgánica es la manera en que la Universidad se organiza para cumplir sus funciones y fue establecida en respuesta a los sucesos estudiantiles de 1968 y de la década siguiente, entre cuyas reflexiones era evidente que la Universidad Nacional Autónoma de México no era suficiente y se necesitaban otras opciones educativas para cubrir la demanda.
 
Durante el sexenio de Luis Echeverría Álvarez (1970-1976), por medio de un decreto se fundó la Casa abierta al tiempo para abrir otros espacios y aunque los fundadores no declararon que la intención era evitar movimientos políticos, con ese propósito se crearon las tres unidades originales –Azcapotzalco, Iztapalapa y Xochimilco– en zonas geográficas distantes.
 
Con esa idea de la desconcentración, cada sede define las licenciaturas que imparte y los posgrados que ofrece; los planes de estudio no llegan de la Rectoría General, sino que son los campus quienes elaboran la propuesta curricular que finalmente aprueban los órganos colegiados.
 
A la apertura de la UAM contribuyeron también varios refugiados políticos en México que aportaron a fortalecerla y darle un toque de visión latinoamericanista. “En los años iniciales nos conocíamos todos y vivimos la utopía de la construcción de una Universidad”.
 
La doctora María Guadalupe Huacuz Elías, titular de la DDU, destacó que la Defensoría es un proyecto de jóvenes y para jóvenes con perspectiva y objetivos de promover los derechos universitarios de manera colaborativa con la comunidad, mediante una participación activa.