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Número 212
5 de mayo de 2017

OFRECE CONCIERTO JUAN CARLOS LAGUNA PARA EXALTAR LA NATURALEZA

*El guitarrista homenajeó al compositor japonés Toru Takemitsu, distinguido por su profundo amor al medio ambiente

 

Con un repertorio que evocó a la naturaleza en homenaje al compositor japonés Toru Takemitsu (1930-1996), quien se distinguió por su profundo amor al hábitat, el guitarrista mexicano Juan Carlos Laguna ofreció un recital que exaltó la esencia del bosque.

 

En el centro de difusión cultural Casa del Tiempo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el concierto enalteció el cuidado y la sustentabilidad del planeta, pero sobre todo recordó el legado de un hombre excepcional que, incluso en su lecho de muerte, escribió las últimas notas de su obra para certificar lo que las selvas representan a la vida, así como su rechazo a la guerra y la destrucción.

 

El músico, que obtuvo el primer lugar en el 34° Tokio International Guitar Contest en 1991, la distinción Universidad Nacional Para Jóvenes Académicos en el Área de Creación Artística y Extensión de la Cultura 1997 y el Premio Universidad Nacional en el Área de Docencia en Artes 2010, abrió el programa con la interpretación de Suite Forestare.

 

Esta obra, del compositor mexicano Roque Carbajo y estructurada en seis partes –Florestas, Semilla, Naissance, Up to the sky, Pachamama y Reforestare–, representa el proceso de la vida de un árbol y fue escrita como un tributo a Frédérick Back, un artista y director de animación canadiense.

 

La presentación prosiguió con el tema Gradillo del desierto, que es una madera dura empleada como sustituto del ébano para la construcción del brazo de las guitarras, del maestro Marco Aurelio Arvidez, para luego continuar con el momento cumbre del recital al tocar In the Woods, de Toru Takemitsu, una melodía que por su suavidad transporta a los espectadores a un clima de tranquilidad y relajación.

 

El integrante del grupo de concertistas de Bellas Artes y promotor de grabaciones y la difusión de música contemporánea mexicana continuó con Bosque imaginario, pieza que el guitarrista japonés Kazuhito Yamashika dedicó a Takemitsu, para seguir con Sakura, famosa pieza popular japonesa dedicada al árbol del cerezo.

 

Como colofón de un concierto que ofreció paz a los corazones del público y llenó de esperanza el entorno, Juan Carlos Laguna tocó, de la inspiración de Sergio Campo, Por los bosques, obra dedicada al músico japonés constituida en cuatro fases breves: Por los bosques de bambú, Paseo por el bosque oscuro, Paseo por el bosque lluvioso y Paseo por el bosque nevado.

 

Ante un público que llenó la sala central de la hermosa casona del centro de Difusión Cultural de la UAM y que se entregó al artista con vivas y aplausos, concluyó su presentación con un cuadro musical argentino, destacando Aires moriscos, de Manuel Serrapí.

 

En entrevista el maestro Laguna, laureado con el Diploma al Mérito del Ministerio de Cultura de Japón, dijo que Takemitsu representó un ejemplo por su vocación y amor a la naturaleza, “incluso decía que reencarnaría en una ballena”, pues en toda su obra expuso su afecto por los animales, el océano, la lluvia y la tierra como medio para olvidar los horrores vividos durante la Segunda Guerra Mundial.

 

El más occidental de los artistas japoneses influyó con sus creaciones a la música impresionista francesa y el jazz estadunidense para conseguir en su última etapa como compositor la fusión de lo occidental con lo oriental.

 

Para el guitarrista reconocido como concertista en diversas naciones de América, Europa, África y Asia y por sus producciones discográficas que constan de más de 30 grabaciones como solista, realizadas en Inglaterra, Japón, Francia y México, la guitarra es la “forma de vida y el medio de expresión” de su sensibilidad artística, en “un instrumento fácil de poseer, pero que para su dominio exige de mucho trabajo, esfuerzo, dedicación y disciplina”.

 

El guitarrista opinó que el cambio climático es un asunto de urgente atención porque sus efectos adversos se han hecho presentes, poniendo en riesgo la vida en el planeta, “por lo que corresponde a cada uno, desde sus diversos ámbitos, contribuir en el cuidado y la sustentabilidad del planeta para dejar un mejor mundo a nuestros hijos”.

 

La actividad fue organizada por la Dirección de Artes Visuales y Escénicas de la Coordinación General de Difusión de la Casa abierta al tiempo en colaboración con la Coordinación Nacional de Música y Ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes.