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Número 196
5 de mayo de 2016

COADYUVARÁ LA INTERNACIONALIZACIÓN A LA SOLUCIÓN DE LOS PROBLEMAS LOCALES

*La internacionalización pretende tomar en cuenta lo que cada nación marca o estipula de manera soberana

 

*La meta debe ser que todos los estudiantes hagan algún tipo de movilidad al cursar la licenciatura o el posgrado


 

El origen de la universidad está íntimamente ligado a la internacionalización, pues es el intercambio de conocimientos lo que permitirá resolver de mejor manera los grandes problemas del entorno, declaró el doctor Romualdo López Zárate, rector de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

Durante su participación en el Seminario: La internacionalización de las universidades, retos hacia el futuro, el doctor López Zárate se refirió a la diferencia entre los conceptos de internacionalización y globalización, al explicar que mientras la primera respeta el término de nación y las soberanías, la segunda las traspasa.

 

La internacionalización “pretende tomar en cuenta lo que cada nación marca o estipula de manera soberana”, sin embargo, la globalización es un proceso inevitable e irreversible y, aun cuando “no podemos ir en contra de ella, sí podemos mexicanizarla, de manera que incorporemos en ese amplio proceso lo que es nuestro y desarrollemos los valores de nuestro diverso mundo nacional”.

 

Durante los 25 años recientes la dimensión internacional de la enseñanza superior ha adquirido cada vez mayor importancia en las organizaciones internacionales y de los gobiernos nacionales, dijo el Rector, quien citó a la UNESCO: “lo que pretendemos con la internacionalización es acumular el conocimiento universal para resolver los problemas locales”.

 

Las tecnologías de la información y la comunicación han creado un medio universal de contacto instantáneo y una comunicación científica simplificada; al mismo tiempo estos cambios han ayudado a concentrar las bases de datos y otros recursos clave en manos de las universidades más fuertes y en algunas compañías multinacionales ubicadas de manera exclusiva en el mundo desarrollado.

 

No es gratuito encontrar en los rankings internacionales la ubicación de estas universidades en los primeros lugares, apuntó.

 

El doctor López Zárate señaló por otra parte que este proceso ha llevado a las instituciones a tener mayor participación en programas de intercambio y a la formulación de políticas para fomentar el intercambio de jóvenes y profesores entre diferentes partes del orbe.

 

En el caso de la UAM “desafortunadamente no hemos encontrado, por falta de recursos y por la ausencia de espacios que permitan dialogar entre nosotros, cómo incrementar el intercambio”. La Unidad Azcapotzalco cuenta con alrededor de mil profesores, más de cien han sido educados en Francia, una cifra similar en Gran Bretaña y Estados Unidos y, en menor proporción, en Alemania y en países de Europa Oriental y América Latina.

 

Esta composición internacional del profesorado no se corresponde con la movilidad de los estudiantes de licenciatura o posgrado; el número de alumnos de movilidad mundial a nivel licenciatura en toda la UAM es de 399, de un total de 45 mil, lo que representa “una muy baja proporción”.

 

Y en posgrado la situación no es diferente, pues sólo 43 de cerca de tres mil están en movilidad internacional, a pesar de que más de 80 por ciento de los programas están en el padrón del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

 

A lo anterior se añade que 48 por ciento de las familias de los estudiantes de la Unidad Azcapotzalco tienen un ingreso familiar menor a cinco mil pesos y la proporción de padres con formación de licenciatura es apenas de 20 por ciento. Estas situaciones dificultan que los jóvenes encuentren apoyo en sus hogares para realizar movilidad.

 

Pese a este panorama, el doctor López Zárate destacó que el número de estudiantes en movilidad se ha incrementado al doble en tres años debido, en cierta medida, al otorgamiento de becas por parte de la UAM para estudiar lenguas extranjeras “y la respuesta ha sido positiva”.

 

Eso marca uno de los múltiples retos que afrontan los encargados de promover estos intercambios, pues mucho tiene que ver el aspecto económico, pero otros “deben ser de imaginación sobre cómo hacer que más estudiantes salgan y más ingresen a los programas de movilidad”, y que además “nuestra universidad se ubique poco a poco a la altura de las mejores y nuestros alumnos sean competentes profesionalmente, pero también comprometidos con su entorno”.

 

El doctor Aníbal Figueroa, director de la División de Ciencias y Artes para el Diseño, sostuvo que en la UAM “tenemos que encontrar formas más versátiles de movilidad”; el objetivo debe ser que todos los estudiantes hagan algún tipo de movilidad durante sus estudios de licenciatura o de posgrado. Es “una meta posible de alcanzar, siempre y cuando encontremos mecanismos ágiles, rápidos y efectivos”.

 

El ámbito internacional de la movilidad es muy atractivo y aunque consume muchos recursos de las instituciones y los estudiantes “hay que seguir en él”; sin embargo, en el nacional hay también una enorme riqueza y un potencial que no se ha documentado ni evaluado correctamente, a pesar de que en la zona metropolitana se concentran muchas de las instituciones y programas compatibles y “donde la movilidad no implicaría ni cambiar de casa”.

 

La coordinadora de Apoyo Académico, maestra Josefina Bernal Sánchez, explicó que uno de los objetivos del Seminario fue conocer cómo las diferentes universidades han implementado sus estrategias de internacionalización.