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Número 186
17 de marzo de 2018

LA CLÍNICA DE TRASTORNOS DE SUEÑO DE LA UAM OFRECIÓ EVALUACIONES

EN EL JARDÍN HIDALGO

*Somnolencia, cansancio, ronquido e insomnio, entre los indicadores de trastorno al dormir

 

 

La Clínica de Trastornos de Sueño de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) ofreció evaluaciones, asesorías y pláticas informativas sobre la importancia de un buen dormir en el Jardín Hidalgo, en el Centro Histórico de Coyoacán.

 

En la celebración del Día Mundial del Sueño, que también incluyó juegos, rifas y dinámicas familiares, la doctora Guadalupe Terán Pérez, coordinadora de Atención Clínica de ese espacio universitario, explicó que la actividad onírica es un proceso natural del cuerpo, en el que los hábitos cambian a lo largo de la vida.

 

Entre los indicadores que pueden referir un trastorno destacan la sensación de somnolencia al despertar; el estar cansados durante el día; la facilidad para dormir de día, pero por la noche no poder lograrlo o despertar muchas veces. Otro componente relevante es el ronquido, que refiere una dificultad para respirar mientras se duerme, lo cual provoca intermitencias y falta de descanso.

 

La académica sostuvo que uno de los trastornos más frecuentes es el insomnio, que dificulta dormir o que provoca despertar en la noche sin lograr hacerlo de nuevo, y el cual es padecido por alrededor de 40 por ciento de la población mundial que sufre durante el día un estado de ánimo exaltado que afecta su vida cotidiana.

 

Otro factor de estos tiempos que afecta el descanso es el uso de dispositivos electrónicos antes de reposar, que tiene efectos sobre la calidad y actividad onírica.

 

Este daño genera colitis, gastritis, estreñimiento y depresión, por lo que es relevante considerar tres elementos de sueño de buena calidad de acuerdo con la doctora en ciencias biológicas y de la salud: que dure siete horas diarias para poder llevar a cabo las actividades de manera sana (duración); sin interrupciones (continuidad) y que sea suficientemente profundo como para ser reparador (profundidad).

 

El director general de la clínica, doctor Javier Velázquez Moctezuma, explicó que a cada paciente que llega a la clínica se le practica una revisión para emitir un diagnóstico. De ser necesario, se le realiza un estudio polisomnográfico, que consiste en un registro de la actividad eléctrica cerebral, la muscular y respiratoria mientras el paciente duerme, lo que permite identificar la alteración del sueño que pueda sufrir y estar en posibilidades de ofrecer un tratamiento.

 

La apnea de sueño es un trastorno muy frecuente que se trata con un compresor de aire que el paciente debe usar toda la noche. El insomnio se atiende con terapia cognitivo-conductual, servicio que ofrece la clínica.

 

Velázquez Moctezuma advirtió que el uso de fármacos se da cuando se han agotado otras posibilidades de tratamiento, además de que se busca una prescripción por periodos muy cortos y bajo estricta vigilancia especializada, puesto que algunos de ellos pueden ser muy adictivos, como las benzodiacepinas.

 

Cuando se trata de un problema de ansiedad y depresión combinado es útil recetar algún medicamento, pero la idea es que el individuo no dependa del fármaco toda la vida y que junto con la medicina realice algún tipo de terapia psicológica.

 

El Profesor Distinguido de la UAM indicó que por su abordaje multidisciplinario la clínica está conformada por un grupo de especialistas en medicina del sueño, médicos, psicólogos, enfermeros, biólogos, psiquiatras, otorrinolaringólogos, neumólogos, dentistas y neurólogos.

 

El Día Mundial del Sueño se celebra para crear conciencia sobre los trastornos del tipo, así como promover la prevención, fomentar la educación y mejorar la comprensión de un padecimiento que afecta la salud y la calidad de vida de 45 por ciento de la población del mundo.