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Número 179
26 de abril de 2016

MÉXICO NECESITA UNA REFUNDACIÓN

*La desigualdad en México ya no está a flor de piel, “la tenemos dentro”: Francisco Piñón Gaytán

 

*El proceso histórico de identidad nacional fue de unión y fragmentación y, por lo tanto, de desigualdad

 

El problema de la desigualdad en México ya no está a flor de piel: “lo tenemos dentro”, afirmó el doctor Francisco Piñón Gaytán, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

Durante el Seminario Divisional de Ciencias Sociales y Humanidades La desigualdad social en México: desafíos y acciones transformadoras, realizado en la Sala Quetzalcalli de la Unidad Iztapalapa, el académico del Departamento de Filosofía dijo que “el país necesita una refundación, una nueva manera de vivir la convivencia”.

 

Los problemas nacionales son graves, “no se requieren estadísticas para comprobarlo, basta abrir los ojos y bajar la vista para saber lo terrible que es la situación nacional en prácticamente todos los ámbitos”.

 

Dos personas controlan la mente de los mexicanos al ser los dueños de las televisoras públicas más importantes del país y el panorama mundial es de pérdida de valores debido a que el proceso de integración no propicia condiciones de igualdad, aseveró.

 

En el caso de México “sí sabemos perfectamente bien lo que nos pasa desde hace muchos siglos; sabemos el porqué de la desigualdad, el porqué de la marginación, el porqué de la extorsión, el porqué de los elitismos”.

 

La respuesta: “el problema somos nosotros, no los dioses; el problema son los políticos, los economistas, los profesores, los estudiantes, las amas de casa”.

 

El doctor Piñón Gaytán aseguró que los mexicanos “no hemos aterrizado como Estado-nación. No somos una república, nos hemos quedado en un espacio neutro”. El proceso histórico de identidad nacional fue de unión y desintegración, de fragmentación y, por tanto, de desigualdad, en lugar de generar bienestar.

 

Al dictar la Conferencia: Mestizaje, ¿proceso integratorio o desigualdad en las tradiciones de poder? expuso que desde la Conquista y luego con el proceso de independencia los ideales humanistas se perdieron, entre otras causas porque la religión ayudó a fundamentar la alienación y la manipulación de los pueblos.

 

El primer principio de identidad se dio con la Conquista, que resultó violenta, de exterminio de los dioses, imposición de una religión que pese a su cristianismo bueno que deseaba generar comunidad se dio un proceso de exclusión y elitismo desde el humanismo.

 

Algo similar pasó con la Independencia, que significó la adquisición de valores de los filósofos franceses de la Ilustración que crearon un humanismo de armas y letras al propagar en sus ideas una libertad individual, una libertad para tener y sostener el status quo del capitalismo y los liberales en su intento de hacer una nueva nación enterraron a los indios.

 

Además se propagó en el continente la libertad individual de tener, pensar, viajar y creer, pero se olvidó de lo social y del sentido de comunidad. “Nos faltó practicar el buen humanismo cristiano del amarnos los unos a los otros y vivir el concepto de fraternidad y solidaridad; eso no se transformó en política y mucho menos en política económica”. Ha sido un siglo de desigualdad, exclusión y racismo en el proceso civilizatorio.

 

Tampoco “hemos aterrizado los ideales de una buena república”, por lo que la alternativa es la utopía, esperar lo que no hay y luchar porque se dé. La universidad es el lugar ideal para explorar los diversos humanismos.

 

Piñón Gaytán dijo que en el mundo se viven horas de incertidumbre y zozobra, pues “la ciencia técnica aun con todas sus esplendorosas realizaciones no ha dado respuesta a las inquietudes existenciales. Tampoco la pura ciencia podría darla. El problema es de conciencia, es ético y político y ético y económico”.

 

Al hacer referencia a Antonio Gramsci recodó que “no puede hacerse una reforma económica si concomitantemente no se realiza una reforma intelectual y moral de la sociedad”.