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Número 165

25 de mayo de 2019

DEL JUEGO A LA EJECUCIÓN RIGUROSA DEL BALLET

*La Casa de las Bombas forma en esta disciplina a niñas de entre tres y siete años de edad

 

Entre tutús, zapatillas y música clásica, las alumnas más pequeñas del Centro Cultural Casa de las Bombas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) desarrollan fuerza, elasticidad y coordinación para entender y ejecutar los movimientos propios de uno de los estilos de danza clásica más bellos de todos los tiempos: el ballet.
 
Niñas de entre tres y siete años despliegan destreza en cada evolución, giro o figura y, con naturalidad y concentración extremas, realizan los ejercicios de flexibilidad indicados por la instructora, mientras ríen, comentan y preguntan sobre posiciones de manos o piernas.
 
Este recinto cultural de la Casa abierta al tiempo incorporó hace año y medio al sector infantil a las actividades artísticas que brinda y ha integrado en este tiempo un grupo de 15 menores de edad, quienes incrementaron su nivel al pasar del juego a la ejecución correcta y el rigor en el adiestramiento en barra.
 
El ballet exige y enseña disciplina, tanto física como mental, lo que ayuda al desarrollo de la personalidad y a que los sentimientos fluyan con total libertad; muchas de las alumnas han avanzado de manera notable en la socialización con otros niños al superar la timidez, mejorar la autoestima y reducir síntomas de estrés o ansiedad, todo lo cual fortalece la autoconfianza, a la vez que despliegan la expresión corporal, el oído y la memoria, expuso la licenciada Pamela Fernández Cárdenas, responsable de la Casa de las Bombas.
 
“Nunca imaginé que trabajar con ellas significaría un gran reto en mi carrera, ya que en esta tarea lo más difícil es lograr la atención y mantener la concentración para transformarlas en disciplina, basada en juegos”, refirió la licenciada Ingrid Jiménez Rodríguez, maestra titular de la clase.
 
El ballet es un arte escénico y requiere mucha concentración a nivel psíquico, además de flexibilidad, coordinación y ritmo musical en el plano físico, por lo que es recomendable el inicio de esta práctica desde los cuatro o cinco años, cuando el aparato locomotor puede asimilar e interiorizar con más facilidad y soltura los movimientos y técnicas requeridos, añadió.
 
También aporta múltiples y positivos beneficios a la salud, al estimular la circulación sanguínea, acelerar el metabolismo, corregir malas posturas, ganar elasticidad, ejercitar la coordinación, agilizar movimientos, mejorar el equilibrio y los reflejos, y modificar paulatinamente el pie plano, entre otros problemas.
 
Jiménez Rodríguez inició su formación a los diez años en las academias Isabel Sotelo, Black Estudio y Cueva Estudio, entre otras; en la actualidad cursa la Licenciatura en Danza Contemporánea en el Instituto Nacional de Bellas Artes.
 
El Ballet enamora a los pequeños y ofrece una gran oportunidad para comenzar en las artes escénicas, por lo que la Casa de las Bombas de la Unidad Iztapalapa se ha propuesto mantener las clases como parte de sus programas gratuitos. Para inscribirse es necesario acudir a las oficinas; las clases son impartidas martes y jueves, de 15:30 a 16:30 horas, en el Salón de Danza y los participantes deben llevar mayas o licras y zapatillas.