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Número 158
12 de mayo de 2015
EN CONDICIONES DE ESCLAVITUD Y TRABAJO FORZADO CERCA DE DOS MILLONES DE CAMPESINOS E INDÍGENAS EN MÉXICO

*Esta situación se ha incrementado en los últimos 30 años, en un ejercicio de violencia que se ejerce desde el momento en que trabaja toda la familia, incluyendo niños pequeños

*El trabajo forzado tiene una línea de continuidad en toda la historia moderna. No es verdad que la esclavitud, el trabajo forzado sea una situación propia del pasado

Las protestas de los jornaleros de San Quintín, en Baja California, visibiliza las condiciones de esclavitud y trabajo forzado en que se encuentran cerca de dos millones de campesinos e indígenas en diversos estados del país, obligados a trabajar lejos de sus lugares de origen para sobrevivir, señaló el doctor Armando Bartra, profesor del posgrado en Desarrollo Rural de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

Esta situación, dijo, se ha incrementado en los últimos 30 años, en un ejercicio de violencia que se practica desde el momento en que trabaja toda la familia, incluyendo niños pequeños en diversos campos para cosechar.

 

En entrevista apuntó que el trabajo forzado tiene una línea de continuidad en toda la historia moderna. No es verdad que la esclavitud, el trabajo forzado y la coacción más allá de lo económico sobre los trabajadores sea una situación propia del pasado.

 

El especialista en economía campesina y autor de 30 libros, muchos de ellos en torno al tema rural e indígena, apuntó que el capitalismo nace esclavizando africanos para llevarlos a América y suplir la mano de obra de los pueblos originarios que había sido aniquilada por las enfermedades y la guerra. Así nace y continúa este proceso de sometimiento.

 

Más que en las metrópolis, se presenta de forma más dramática en la periferia de los países dependientes y más claramente en el mundo agrario que para el capitalismo es un mundo que no funciona si no es forzando el trabajo.

 

Como el trabajo en la milpa es temporal, para completar sus ingresos y sobrevivir, familias completas migran aunque sea a lugares lejanos; por ello en Baja California hay zapotecos, mixtecos, triquis, tlapanecos, nahuas que llegaron desde las décadas de los años 60 al 90 y se fueron quedando allí, se establecieron. Pero hay una parte que sigue llegando y es enganchada en trabajo forzado