Imprimir
Número 143
24 de marzo de 2017

DONALD TRUMP: ENTRE EL RIESGO Y LA OPORTUNIDAD

*México debe apostar a la diversificación de tratados y a nuevas relaciones y alianzas comerciales

 

*Necesario promover una política exterior congruente y aprovechar los espacios de acción

 

La atención a los espacios de oportunidad y el fortalecimiento de la política exterior deben ser prioridad para México en el manejo de las relaciones internacionales, indicó la doctora Elizabeth Vargas García, coordinadora del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas de la Universidad de Guadalajara, durante la conferencia magistral que impartió en la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

Al hablar de La política exterior de México y Estados Unidos en la era Trump: entre el riesgo y la oportunidad, la especialista recordó los cambios en el vínculo bilateral como una larga historia que ha pasado por momentos coyunturales desde 1994, cuando entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) o los acuerdos migratorios establecidos en 2000.

 

Desde entonces y ante las nuevas políticas neoliberales, “se fueron agudizando las relaciones asimétricas y la dependencia económica de nuestro país, ya que Estados Unidos se volvió una prioridad e hicimos a un lado los acuerdos con América Latina y otras regiones”.

 

Las alianzas comerciales dejaron de ser preponderantes para los estadounidenses, ya que con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y su política enfocada a recobrar el poder y la seguridad, el resultado ha sido una “actuación sin limitantes en su accionar internacional, al salir de los esquemas pactados –como el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP)– y la predisposición al conflicto”, señaló.

 

Esto puede verse también en el caso de la migración y las recientes declaraciones sobre los más de dos millones de mexicanos que viven en ese país y podrían ser deportados, así como en la polémica en torno a la construcción de un muro en la frontera mexicano-estadounidense, la cual no será con fondos nacionales, estimó.

 

En la actividad organizada por la Maestría en Relaciones Internacionales de la UAM, la catedrática expresó que uno de los mayores riesgos y preocupaciones surge cuando se piensa en los más de 25,000 millones de dólares que en este año México podría dejar de percibir por concepto de remesas, ya que de tener en las ventas de petróleo su principal fuente de ingreso pasará “a ser dependiente de los envíos provenientes de Estados Unidos”.

 

Otros riesgos latentes son el posible incremento al arancel de las importaciones mexicanas hasta en 35 por ciento y la renegociación de los términos del TLCAN, pues ante estos cambios en el panorama, México debería promover una política exterior congruente y aprovechar los espacios de oportunidad.

 

“Nos estamos moviendo con base en la dependencia que hemos creado con nuestro vecino del norte y en el renunciamiento que hicimos de otros socios que pudimos haber tenido”.

 

México cuenta con una red de 11 tratados de libre comercio con 45 países, 32 para la promoción y protección recíproca de las inversiones, nueve de alcance limitado de complementación económica y convenios de alcance parcial en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración.

 

Por ello es necesario apostar a nuevas relaciones, alianzas comerciales y a la diversificación de acuerdos que resulten en el crecimiento económico y condiciones estructurales para el desarrollo, con lo cual también se combatirá la migración, un problema estructural que impacta profundamente no sólo en lo económico, sino también en lo social y lo cultural.