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Número 127
24 de marzo de 2016

EN MÉXICO LA RELIGIÓN CATÓLICA NO PROMUEVE EL RECHAZO A UNA TEORÍA EVOLUTIVA DEL UNIVERSO

*El desarrollo de la cultura mexicana coadyuvó a preservar ideas positivas de la Ilustración y el Renacimiento

 

*La religión católica en México es mucho más flexible que el dogma protestante dominante en Estados Unidos


 

A pesar de que México posee una tradición católica muy arraigada, el tema del origen de la vida resultó atractivo y “se esperaría que la religión promoviera un rechazo a las teorías evolutivas, pero vemos que no sucede así”, reflexionó el doctor Antonio E. Lazcano Araujo, investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

 

Al dictar la conferencia magistral El origen de la vida en la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el reconocido científico y divulgador explicó que el desarrollo particular de la cultura mexicana coadyuvó a preservar ideas positivas de la Ilustración y el Renacimiento.

 

“El desarrollo de una idea evolutiva del universo fue uno de los más importantes cambios de pensamiento humano que arrancó con Immanuel Kant en 1785 y no con Charles Darwin”.

 

Kant fue un filósofo que planteó que el sistema solar es resultado de la condensación de una nube de material interestelar que formó al sol y de un disco que hace girar a cuerpos más pequeños, los cuales, eventualmente, dieron paso a los planetas.

 

El pensamiento naturalista de Darwin influyó poderosamente en la conformación de la historia mexicana debido a la llegada de los europeos al continente americano.

 

Lazcano Araujo aclaró que Darwin, en realidad, representó la culminación del pensamiento evolutivo que se desarrolló con la Ilustración, cuyas ideas constituyeron también las bases que dieron forma a la cultura católica mexicana, caracterizada por su flexibilidad.

 

“El México antiguo poseía un aparato teológico muy sofisticado. La Iglesia Católica, de hecho, tuvo que aceptarlo y ablandar sus dogmas. Lo más contundente que demuestra lo anterior es el enorme peso ideológico que la Virgen de Guadalupe tiene, equiparable a la imagen de Dios”, manifestó.

 

“La religión católica en México es mucho más flexible, por ejemplo, que el dogma protestante dominante en Estados Unidos”, sostuvo el doctor Lazcano Araujo dedicado al estudio y origen temprano de la vida.

 

La ciencia y la religión mantuvieron sus propias distancias y crecieron de manera independiente. “Cada libro y cada texto de biología molecular y celular son un himno a una visión laica y secular de la disciplina”.

 

Invitado por la Coordinación de Extensión Universitaria compartió con los alumnos –en un auditorio lleno– las experiencias personales que vivió luego de conocer al biólogo ruso Alexander Oparin durante su visita a México, la cual representó un parteaguas en la investigación nacional en torno al origen de la vida y el ser humano.

 

“Después de la visita de Oparin explotó en México este campo de estudio. Nos dimos cuenta de que el RNA es catalítico y empezamos a disponer de mecanismos muy rápidos de secuenciación, así como de tecnología más barata, algo que permitió incorporar a disidentes intelectuales quienes desarrollaron una visión multidisciplinaria”, finalizó.