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Número 119
17 de marzo de 2016

NOMBRAN A EDUARDO PIÑA GARZA PROFESOR EMÉRITO DE LA UAM

*El doctor Piña Garza ha entregado su vida a México en el más alto nivel universitario para honra de esta casa de estudios: María Teresa de la Selva

 

*La comunidad lo reconoce como alfaquí y relojero por las estrellas del cielo de esta Casa abierta al tiempo: Salvador Vega y León


 

“Creo mucho en México y en mi universidad y pienso que este nombramiento me obliga, ante todo, a continuar mi labor”, expresó el doctor Eduardo Piña Garza durante la ceremonia en la que fue investido como Profesor Emérito de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

La distinción otorgada por el Colegio Académico “me compromete a seguir haciendo mi mejor esfuerzo y brindar toda mi capacidad aprovechando la experiencia, que es una de mis armas más poderosas en este momento” para seguir apoyando a profesores, alumnos y a toda la gente que está creando la universidad, afirmó en el acto celebrado en el Auditorio Arquitecto Pedro Ramírez Vázquez de la Rectoría General y al que asistieron autoridades, académicos, alumnos y familiares del físico por la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México.

 

La doctora María Teresa de la Selva Monroy, docente del Departamento de Física de la Unidad Iztapalapa, destacó en la reseña del también Profesor Distinguido de la UAM que éste ha dejado huella importante en diversos campos de la ciencia: termodinámica, mecánica estadística, teoría cinética, relatividad, cinética química, rotaciones, mecánica celeste, hidrodinámica, teoría del caos, mecánica cuántica y matemáticas.

 

“En todos estos temas ha sido notable la introducción de ideas nuevas”, así como el apoyo que su extraordinaria energía ha dado a la física-matemática y a las labores de organización y administración al promover la creación, cuando fue director de la División de Ciencias Básicas e Ingeniería, de la Licenciatura en Computación y del Área de Mecánica.

 

La doctora de la Selva Monroy resaltó también otra faceta en la trayectoria del doctor Piña Garza al mencionar trabajos “en los que conjunta su amor a los códices mexicanos con su gusto por las matemáticas. En uno descubrió la aritmética implícita en el Tonalpohualli y en el Xiuhpohualli y la existencia de una huella de pie en el Códice Borgia, que había sido borrada en un suceso inadvertido por E.G. Seler y L. Sejourné.

 

Piña Garza estudió el Códice Mendocino y en Relojeros por las estrellas divulgó cómo los aztecas medían el tiempo observando la rotación de las estrellas con una precisión en aquel momento inalcanzable para los europeos, que lo hacían por la vía solar.

 

También informó sobre lo moderno que era en su momento el libro de Fray Alonso de la Vera Cruz en la ciencia y la astronomía del siglo XVI, o de la astrónoma mexicana Francisca Gonzaga Castillo, en el siglo XVIII.

 

La afición del doctor Piña Garza por los relojes data de la infancia, como evidencian su “famoso libro Los relojes de México” y su reciente nombramiento como miembro de la Asociación Mexicana de Relojeros.

 

Al finalizar su discurso dijo que la del doctor Piña Garza ha sido una vida entregada a México en el más alto nivel universitario para honra y prez de la UAM.

 

El doctor Salvador Vega y León, rector general de la UAM, reconoció la trayectoria de más de 40 años que el Profesor Emérito ha dedicado a la institución y señaló que la comunidad de la UAM lo valora como un gran profesor, ya que con su desempeño responsable ha dejado huella en muchos universitarios al haber impartido más de un centenar de unidades de enseñanza aprendizaje en la institución.

 

El dicho de que el trabajo de un docente se ve reflejado en la calidad de sus alumnos está probado plenamente en la UAM, en particular en el caso del doctor Piña Garza, un líder en el campo de la física e innovador en líneas de investigación.

 

“Su comunidad lo reconoce como alfaquí y relojero por las estrellas del cielo de esta Casa abierta al tiempo”, finalizó el doctor Vega y León.

 

La máxima distinción que esta casa de estudios otorga a sus académicos se suma a otras ya obtenidas por el doctor Piña Garza, nombrado en 1991 Profesor Distinguido de la UAM y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, la Sociedad Mexicana de Física y la Academia Mexicana de Ciencias.

 

El doctor en física por la Universidad Libre de Bruselas, Bélgica, expresó su alegría y agradeció “a quienes me propusieron para esta distinción y que hayan pensado en mí, antes que en muchos otros que seguramente también la merecen”.

 

En una entrevista realizada en su cubículo de la Unidad Iztapalapa, el doctor Piña Garza refirió que varios profesores eméritos han surgido de la División de Ciencias Básicas e Ingeniería, instancia académica formada con muchos profesores –científicos e ingenieros– que ya tenían mucha experiencia antes de llegar a la universidad.

 

Entre ellos el primer rector Alonso Fernández y los doctores Fernando del Río, Roberto Alexander, Ricardo Gómez, Anik Vivier y otros que ya han muerto, como Leopoldo García Colín y Ernesto Lacomba, que por cierto “son pérdidas que nos dejaron grandes huecos, pero que dejaron también alumnos jóvenes que siguen intentando hacer una mejor universidad”.

 

El doctor Piña Garza señaló que no sólo la División de Ciencias Básicas e Ingeniería, sino la UAM en general ha tenido un avance notable en estas cuatro décadas, pues “veo muy bien a los jóvenes que han ido creciendo, llegan con ideas nuevas y me da mucho gusto la producción de resultados que se están teniendo en beneficio de la ciencia y del país.

 

“Y me da gusto porque desde niño he tenido un interés muy especial en la ciencia”, dijo el doctor Piña Garza, quien ha desarrollado trabajo científico en la Universidad de Texas, en Austin, la Comisión Nacional de Energía Nuclear, el Instituto Mexicano del Petróleo y el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares.

 

Esto demuestra la vocación del científico nacido en 1939, un interés mantenido por toda la vida, desde el ambiente familiar, donde “todos mis hermanos –somos como diez– también eran científicos”, además de haber vivido una época en la que en el país se empezaba a formar a los científicos y éstos, a su vez, a hacerse notar y labrarse un prestigio, “es decir el medio de la ciencia estaba influyendo muy fuerte en el desarrollo del mundo”.

 

Tal vez en aquel entonces en aplicaciones para la guerra, “porque nos tocó la Segunda Guerra Mundial”, pero después aquello se convirtió en importantes aplicaciones en un movimiento global en favor del uso de la energía nuclear.

 

En ese trayecto, la física y las matemáticas fueron las disciplinas que más me atrajeron porque su lenguaje “es diferente al castellano”, pero una vez que se comprende “uno se entiende con la naturaleza porque la naturaleza tiene el lenguaje de la matemática; de esta manera si uno quiere platicar con la naturaleza, hacerle preguntas y que ésta conteste hay que usar un poco de matemáticas”.

 

En ese sentido la docencia ha sido “muy importante para mí, porque trato de contagiar a los alumnos la estima que tengo por la naturaleza y mucho de mi trabajo ha sido tratar de simplificar lo que más me ha costado trabajo entender” y explicárselos para que a ellos les sea un poco más fácil.

 

“Uno hace esta labor con gran esfuerzo y a veces parece que no lo ha logrado”, sin embargo hay muchos egresados que son profesionales que tienen en su recuerdo haber aprendido cosas interesantes con sus profesores y a los que verdaderamente les ha servido la enseñanza “y eso es relevante para mí”.

 

El doctor Piña Garza subrayó que la ciencia y la tecnología se desarrollan vertiginosamente en el mundo y en México “también hay mucho desarrollo”; la cuestión está en que “han crecido tanto, que es difícil darse cuenta de todo ello, pero va muy bien”.

 

Como científico “quiero ayudar a mi patria y a mi universidad; ofrecer conocimientos nuevos importantes; tener la posibilidad de explicar las cosas a los demás de manera adecuada y enseñarles a hacer investigación; eso es primordial porque de otra manera no estaría haciendo bien mi trabajo”, concluyó.