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Número 084
27 de febrero de 2016

RELATA MARÍA EUGENIA MERINO SUS ENCUENTROS CON CARSON MCCULLERS EN NUEVA YORK

*El texto es un testimonio sobre la depresión abordada en forma de catarsis

 

*Carson y yo en Nueva York significa acercarse a esa locura que se dice poseen los artistas


 

 

Carson McCullers produjo obra espléndida y a los 24 años era ya una sensación literaria con su primera novela, resaltó María Eugenia Merino al dar a conocer Carson y yo en Nueva York en la XXXVI Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.

“Los libros llegan a uno, no los andas buscando. Carson es una autora que llegó a mi vida hace muchos años: era muy joven cuando conocí su obra y fue poco afortunada en cuanto a ser publicada en México, pero siempre me topaba con ella”, refirió en entrevista.

 

La escritora estadounidense abordó temas recurrentes a lo largo de su carrera y uno de ellos lo resumió en su novela corta La balada del café triste, en el que habla del aislamiento que tienen algunas personas. Los seres marginales que por alguna razón se sienten excluidos del mundo.

 

“El amor no correspondido, en todas sus formas: novios, esposos, familiares o amigos; siempre hay alguien que quiere y otro que es querido; éstos son los temas de ella con los que más me identifiqué. Había una identidad total entre ambas, pues hablaba de todo lo que me pasaba”, expresó Merino.

 

La obra editada por la Coordinación de Extensión Universitaria de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) fue comentada por Vanessa Vázquez Merino, quien la describió como un testimonio sobre la depresión abordada en forma de catarsis.

 

“El libro es el primer paso para sacar esos demonios y exorcizarlos; es el resultado de un proceso de autoconocimiento y de la búsqueda de una musa que se perdió muchos años atrás en algún lugar entre México y Nueva York”, subrayó.

 

Para Vázquez Merino, hija de la autora, la depresión es aislamiento. Carson y yo en Nueva York significa acercarse a un artista, a esa locura que se dice poseen los artistas. “Con una escritora a quien admira y que terminó siendo un
acercamiento con ella misma y, a su vez, con los sentimientos o la ausencia de éstos”.

 

La neoyorquina, apuntó, concibe una sensación de soledad a pesar de estar rodeado de muchas personas. “A pesar de no haber sufrido ni ansiedad o depresión, todos en algún momento de nuestra vida hemos deseado pertenecer a algo”, comentó.

 

La escritora Adriana González Mateos celebró la aparición del libro, pese a las dificultades que pudo representar para Merino por haber sido elaborado en un contexto de crisis, luego del ataque terrorista contra las Torres Gemelas, donde desarrollaba su proyecto apoyada por el programa Writers’ Room.

 

“Fue a buscar la casa de McCullers a pesar de que aún no terminaban de sacar a los muertos de entre los escombros y la ciudad estaba paralizada; lo que narra este libro es ese brusco cambio de cómo el proyecto de su escritura entró en colisión con un momento histórico que cambió la vida de todos, a nivel personal”, resaltó.

 

González Mateos sobra que la publicación expone las lecturas, algunos de los pasajes de Carson y los comentarios a su obra; “en algunos momentos se empieza a convertir en un personaje tangible que dialoga con la escritora, comenta lo que sucede en Nueva York y narra todos los recorridos por donde vivió y trabajó”, externó.

 

“Se presenta primero como un proyecto literario, es decir, con el propósito de madurar un texto crítico de ensayos sobre Carson, sin embargo, el momento del viaje es aciago e incidido por aquel hecho que llegó, incluso, a cambiar el curso de la historia mundial”, finalizó.