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Elena Garro es “la mejor escritora mexicana del siglo XX aún por encima de Rosario Castellanos”, coincidieron en señalar los maestros Bernardo Ruiz López y René Avilés Fabila, al referirse al trabajo literario de una autora que se aventuró con su pluma a enfrentarse a políticos, literatos e intelectuales de gran autoridad en su época y que aún ahora sigue siendo icono del panorama cultural del país.
“Mujer independiente y resuelta, de la que se puede gozar su talento y su lucidez en sus obras a varios años de distancia”, refirió el maestro Bernardo Ruiz, director de Publicaciones y Promoción Editorial de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En la mesa de análisis Elena Garro, siempre polémica, realizada en la Unidad Xochimilco, abundó que en la actualidad, “lo interesante es rescatar a Elena Garro en lo que atañe a su imaginación; hacer un ejercicio de comparación y cotejo de épocas, lo cual da una perspectiva muy interesante para apreciar su grandeza y su capacidad creativa” misma que se compara con la de Juan Rulfo, toda vez que ella también abordó el realismo mágico en varias de sus obras.
El maestro René Avilés Fabila, coordinador de extensión universitaria de la Unidad Xochimilco, calificó a Elena Garro como “…personaje extraordinario, escritora excepcional y mujer altamente controvertida; y…aunque esto puede sonar descomunal y exagerado porque poco se le conoce, en realidad fue una mujer con un gran talento que sólo tuvo mala suerte y seguramente la sigue teniendo aún después de muerta, pues no se le ha reconocido como merece”.
“Se le trajo a México con la idea de apoyarla pero vivió hostilizada aún en su última etapa porque siempre existió el estigma de la pugna con Octavio Paz, así que tratar de entender a un personaje como lo fue ella, con una mente tan brillante, entre aguerrida y en desventaja, es lo poco que podemos hacer en ocasiones como ésta”, puntualizó.
La doctora Margarita León Vega, del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, se refirió a las obsesiones que tenía Elena Garro y que están presentes en su obra, a su comportamiento jovial y su escritura provocadora, capaz de causar empatía entre los jóvenes.
Destacó la libertad creativa y los agudos planteamientos a la memoria y la conciencia que Elena Garro hace en todas sus obras, incluyendo las autobiográficas. “Pasar la prueba del tiempo sin agotar su encanto, hablar de la astucia, la gracia, la belleza, la frescura, la capacidad imaginativa y su eficacia narrativa”.
La maestra Brenda Ríos, de la Dirección de Publicaciones y Promoción Editorial de la UAM, planteó que “no se puede separar la obra de la vida de Elena Garro, toda vez que en su obra es perceptible cada vivencia suya con los temas que le obsesionan”, entre ellos el tiempo, la infancia, la presencia femenina como una imagen represora, y el sueño como revelación, entre otros aspectos
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