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Número 028
18 de enero de 2017

RINDE LA LOTERÍA NACIONAL HOMENAJE A RENÉ AVILÉS FABILA

*Más de dos millones 400,000 cachitos circularon en todo el país con la imagen del Profesor Distinguido

de la UAM

 

*Era un hombre cordial, encantador, amable y sumamente galante: Cristina Pacheco


 

 

“Las personas se quedan en sus obras, en nuestro recuerdo y en los espacios que quedaron vacíos. No puedo decir que conocí profundamente a René Avilés Fabila, a quien siempre quise entrevistar porque poseía un truco encantador y era un provocador”, declaró Cristina Pacheco durante la ceremonia de emisión de un billete de la Lotería Nacional para la Asistencia Pública (Lotenal) para homenajear al Profesor Distinguido de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) fallecido el año pasado.

 

Durante el sorteo mayor número 3612, la Lotenal conmemoró los 55 años de trayectoria del investigador de la Unidad Xochimilco de esta casa de estudios, en un acto al que acudió la doctora María del Rosario Casco Montoya, viuda del escritor y periodista quien estuvo acompañada además por Óscar de la Borbolla.

 

El homenaje inició con la presentación de una grabación de Avilés Fabila y la lectura de cuentos ante un público conformado por colegas, amigos, familiares, ex alumnos y funcionarios universitarios. Después fue proyectado un video que recapituló la vida y la obra del autor de Tantadel, incluido su paso por la Casa Abierta al Tiempo.

 

Pacheco recordó la personalidad del intelectual mexicano y sus ojos chispeantes: “era un hombre cordial, encantador, amable, galante, sumamente galante, empezando por ese copete que siempre me impresionó y que era tan suyo, que lo puso para mí a través del tiempo. Para mí era un niño de 1950.

 

“Ahora ya no puedo preguntar nada ni siquiera cuál habría sido su número predilecto”, a quien gustaba de escribir cuentos y disfrutaba de tener el control de las historias por ser breves y mantener fácilmente la atención de los lectores, algo difícil de lograr en una novela.

 

De la Borbolla, amigo entrañable del académico de la UAM, especuló sobre la opinión de éste sobre el hecho de que su rostro aparecería en un billete de la lotería: “habría dicho, con esa ironía que lo caracterizaba y con una palabra muy suya: miserables, se esperaron a que muriera para ponerme en el billete en lugar de darme el premio”.

 

Aun cuando “se dice que el autor está en su obra, yo creo que queda el testimonio de alguien que amó, odió, luchó, bebió y peleó con todos”.

 

El filósofo, ensayista y narrador refirió que “en esta sala, donde el azar te hace recordar que todos estamos aquí por casualidad. En esta lotería de la existencia que nos ganamos todos, un día René se la ganó. Este prodigio de existir es resultado del azar. Así lo conocí, invitado por un alumno mío de un taller de narrativa que él impartía.

 

“Fue un azar que llevara un cuento que le gustara, que luego me volviera a encontrar con él, hasta que llegó un momento en que ya no era por azar, era por una decisión de verlo porque me resultaba simpático, entrañable”.

 

Más de dos millones 400,000 cachitos han circulado en todo el país con la imagen del escritor y periodista, con la intención de recordar a un personaje que dedicó su vida a la creación y de asociarlo con “el sorteo, las buenas prácticas y sucesos que generan una mejor vida para la sociedad mexicana”, señaló la maestra Paulina Domínguez Abin, gerente de mercadotecnia de la Lotenal.

 

“Fue uno de los más notables exponentes iberoamericanos contemporáneos de la prosa narrativa. Un hacedor de amigos, sin duda, un escritor prolífico y para fortuna de la literatura tuvo una carrera dilatada”, mencionó Domínguez Abin.

 

Más tarde, los llamados niños gritones pasaron al escenario principal para anunciar a los ganadores del sorteo mayor y los premios principales. Casco Montoya recibió una reproducción ampliada del billete y firmó el libro de visitantes distinguidos de la Lotería Nacional.

 

Al acto acudieron los doctores Romualdo López Zárate y Patricia Alfaro Moctezuma, rectores de las Unidades Azcapotzalco y Xochimilco, respectivamente, y el maestro David Alejandro Díaz Méndez, director de Comunicación Social de la UAM.