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Boletín 014
20 de enero de 2015
LA CRISIS QUE HA CARACTERIZADO LA ECONOMÍA EN EL PAÍS, PRODUCTO DE LA ABERRANTE INSTRUMENTACIÓN DE POLÍTICA CAMBIARIA

*El ajuste cambiario inoportuno, forzado y desordenado de diciembre de 1994, se convirtió en una crisis cambiaria y en unas semanas en el colapso financiero de 1995

 

*Esto dio paso a una recesión severa y a un repunte brutal de la inflación, cuyo desenlace fue mayor pobreza y desempleo


A veinte años del denominado “error de diciembre” la crisis que ha caracterizado la economía en el país y que frenó el impulso triunfalista del proyecto neoliberal mexicano se debió a la aberrante instrumentación de política cambiaria ante dos problemas macroeconómicos simultáneos en 1994: un abultado déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos con una sobrevaluación del tipo de cambio regido básicamente por las reglas de un sistema fijo o predeterminado, señaló el maestro Fernando Chávez Gutiérrez, profesor-investigador de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

El también coordinador del Observatorio Económico de México en su artículo “Hace 20 años en México”, que forma parte de la publicación electrónica: americaeconomía.com, detalla que se encontraron dos escenarios conectados de modo inevitable: por un lado, la entrada en vigor del TLCAN, con una avalancha de importaciones, sin contrapeso de una plataforma exportadora para encarar tal apertura comercial.

 

Por otro, la fuga masiva e intermitente de capitales provocada por cuatro episodios convulsos de alto impacto social que mermaron la confianza de los capitales y, consecuentemente, las reservas internacionales en el banco central: la rebelión zapatista, el asesinato de Colosio, las elecciones presidenciales impregnadas de temores y el homicidio de José Francisco Ruiz Massieu, secretario general del PRI.

 

El investigador apunta que frente a esta situación, la defensa del interés nacional aconsejaba un ajuste cambiario oportuno, voluntario y ordenado. Nada de eso se hizo y los episodios cambiarios entre el 19 y el 21 de diciembre de 1994 fueron estrepitosos y destructivos por haberse hecho fuera del momento pertinente, de forma desordenada y forzada.

 

La fuga intermitente y significativa de capitales ante la incertidumbre obligó la devaluación del tipo de cambio nominal a finales de ese año. Sin las debidas previsiones y declinando al ejercicio responsable de su autoridad monetaria y financiera, la Secretaría de Hacienda y el Banco de México advirtieron a los grandes especuladores lo que debería ser discreto: la modificación del tipo de cambio fijo, primero, y luego al fallar ésta, la flotación misma.

 

El ajuste cambiario inoportuno, forzado y desordenado de diciembre de 1994 se convirtió en una crisis cambiaria y en unas semanas en el colapso financiero de 1995, el cual vino con una recesión severa y un repunte brutal de la inflación, cuyo desenlace fue mayor pobreza y desempleo.

 

Destaca que un hecho atroz fue el espurio rescate fiscal del sistema bancario en 1995 vía Fobaproa. El repunte súbito de las tasas de interés colocó pronto a los bancos en una situación de quiebra técnica. El rescate sólo sirvió para que se vendieran a compradores extranjeros a precio de remate. La deuda pública derivada de esta operación turbia aún sigue pagándose, imponiendo así más restricciones de largo plazo al gasto social y de inversión del Estado mexicano.

 

Es así que la obcecación ruin del círculo rojo del salinismo y la ineptitud cómplice de sus pares en el zedillista, tanto en el terreno cambiario como en el financiero, fueron factores determinantes en los hechos ominosos de hace 20 años.